Tomadas adyacencias del Banco Bicentenario en Betijoque

La inconformidad de los pensionados ayer en el Banco Bicentenario de Betijoque.

Personas de la tercera edad, discapacitados y ciudadanos que les depositan la pensión del Seguro Social y de misiones gubernamentales,  tomaron ayer las adyacencias del Banco Bicentenario ubicado en la esquina de la calle 9 con avenida 5 de Betijoque para protestar la actitud de los funcionarios de la entidad bancaria, que además de no darle buen trato a los que les toca cobrar por esta sucursal bancaria, generalmente les informan la carencia de efectivo y de plástico para darles tarjeta de débito al que la solicita

La protesta en silencio contra la actitud de los ejecutivos del Banco Bicentenario de Betijoque, salió ayer a flote al declararse en rebeldía las personas de la tercera edad, discapacitados y favorecidos por ayudas de misiones sociales del gobierno, que todos los meses encuentran diversidad de dificultades para hacer efectivo el dinero que tienen en las arcas del banco, pero que no pueden hacer uso del mismo porque generalmente la respuesta es la misma, no hay dinero, no hay efectivo, añadiendo a esto que cuando una persona opta por el plástico o tarjeta de débito, también les responden que no pueden complacer la solicitud por no tener plástico en la entidad bancaria.

Se calcula que en la protesta había más de 700 personas, 445 pensionados, a los que había que añadir los discapacitados y favorecidos por misiones sociales del gobierno, que coparon los dos canales de circulación de la amplia avenida 5 o calle Independencia de Betijoque, donde estuvo interrumpida la transitabilidad de vehículos por varias horas.

El drama de cobrar una pensión

“Quiero que me paguen mi pensión”, gritaba esta doña en la protesta.

Hay numerosas historias de lo que significa cobrar una pensión, muchas ganadas por los años de trabajo, otras otorgadas por el gobierno nacional, sin embargo, para hacerla efectiva es el mismo drama, estar desde la medianoche en la acera del banco, soportar sereno, agua en muchas oportunidades y el peligro de estar en la calle, lo cual parece no importar a los señores del gobierno que anuncian el pago de la pensión o emolumento, sin embargo, las remesas de dinero no llegan, como es la respuesta de los ejecutivos de la entidad bancaria que no conversan con los afectados, completando el drama y decir popular que “la última desgracia es llegar a viejo y estar limpio en este país”.

 

 

Afectados

“Estoy en esta cola desde las 3 de la madrugada”, nos dijo Josefina de Aldana, igual tiempo tenía Rubén Fajardo y con similar tiempo si se quiere antes de esa hora, Josefina Pacheco de León.

Víctor Manuel Betancourt vive en Mete Miedo, localidad del municipio Bolívar, que tiene varias salidas para llegar a la carretera negra, la Panamericana, por el Kilómetro 17 o por Buena Vista.

De Guará en Altamira de Caús, municipio Bolívar, estaba en la cola Camilo Duarte Cuadros, quien nos dijo que había salido de su casa el pasado lunes al mediodía.

Del Eje Panamericano

Estas tres damas vinieron del extremo oeste del Eje Panamericano.

María del Carmen García venía de Arapuey, esperanzada en hacer efectivo el dinero que le pertenece, pero le dijeron que no; en similares condiciones necesitadas de dinero estaban María Gutiérrez y Nilsa de Ruiz, procedentes de Caja Seca, similar drama el de Ignacio Maldonado, en dificultades por la carencia de dinero.

Quisimos conversar con un empleado del banco, salió uno hasta la puerta, se negó a declarar, menos dejarse tomar fotos.

 

Camilo Duarte Cuadros, salió de las montañas de Guará el lunes al mediodía.

En la manifestación se encontraban reconocidos luchadores sociales de la zona, como Mime Andara, Carlos Figueredo, Carlos Olmos y otros, todos en desacuerdo con la medida que había tomado el banco “que temprano le pagó a unas 20 personas y después cerró sus puertas”. Señalando de paso que ni los cajeros peatonales están operativos en el Banco Bicentenario de Betijoque.

 

 

 


Respuesta a través de un policía

El efectivo policial se convirtió en vocero de los señores del banco.

Un efectivo policial J. Villarreal, “este es mi nombre”, al negarse a dar el nombre de J. grabado en su camisa, entró y les trajo razonamientos a las personas. “Las líneas de conexión bancaria no sirven y lo más grave no hay efectivo, tal vez venga un camión de seguridad con el dinero ahora más tarde”, dijo el efectivo policial que era interrumpido a cada momento al no caerle bien a los que protestaban.

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