Cuando pienso que celebramos los Cincuenta años de existencia del INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA, AGRO-INDUSTRIAL «REGIÓN LOS ANDES» de inmediato aparecen en mi mente las imágenes de don Quijote de la Mancha y su escudero Sancho Panza. No es casual que así suceda, pues soy un acérrimo convencido de que este Táchira lindero de la patria, es el producto de siglos de compartir entre soñadores y realistas, las características que encarnan esos dos hijos literarios de Miguel de Cervantes.
Los Tachirenses somos afortunados habitantes de un espacio geográfico que ha contado con los invaluables aportes de ingeniosos y valientes idealistas, así como de honestos y leales personajes con los pies bien puestos sobre la tierra.
Vivimos en un territorio de personas académicamente muy bien formadas y de miles de sencillos labriegos.
En estas montañas encontramos a veces un Caballero Andante y a ratos un Caballero de la Triste Figura. Una región que ha logrado desfacer entuertos, pero que también sigue en deuda con diversas injusticias. Ese es el Táchira, un lugar de América, de cuyo nombre celebro acordarme, que desde sus orígenes ha sido un pueblo hidalgo, la tierra de los de canastos llenos de café y del abrazo cordial y solidario.
El Quijote es un soñador que refleja eso que somos.
Hemos dicho que el sueño de los Tachirenses por contar con una Institución de Educación Superior tiene mucho más de de medio siglo. La utopía Tachirense por su tecnológico es una utopía muy antigua. Somos soñadores y somos realizadores de sueños.
Tal como lo hemos contado, la semilla de un Centro de Educación Superior había sido regada muchas veces pero no había logrado germinar.
El Dos de Octubre de 1969, el Señor Carlos García Lozada le envía una comunicación al Doctor Juan Galeazzi Contreras, quien era el Presidente de la Asociación de Ganaderos del Estado Táchira. Esa comunicación es el generoso testimonio para la realización de la utopía. Conviene rescatar parte de ese texto: «En mi propio nombre, en el de mi esposa, hijas y demás familiares, propietarios de la HACIENDA RANCHO SANTA ROSA, le ofrecemos donar al Ejecutivo Nacional o a quien corresponda realizar la creación y sostenimiento de la UNIVERSIDAD AGROPECUARIA DE LOS ANDES, una extensión de aproximadamente Ochocientas hectáreas…»
Una vez concretada la oferta del Señor Carlos García Lozada, la Asociación de Ganaderos del Táchira se convierte en depositaria de la Hacienda Santa Rosa y proceden a profundizar las acciones para lograr la Institución Universitaria para el Táchira e inmediatamente se convoca a una reunión a realizarse el día 15 de marzo de 1970 en la Hacienda Santa Rosa.
El señor Carlos García Lozada, el Doctor Juan Galeazzi Contreras y todos los integrantes de la Asociación de Ganaderos del Estado Táchira fueron los Quijotes de esa hora.
El Quijote es un soñador que refleja eso que somos y los soñadores de ese momento dieron una lección de autenticidad.
En los inicios de la década de los años Setenta del pasado siglo, el INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA, AGRO-INDUSTRIAL «REGIÓN LOS ANDES» nace como fruto de una lucha generosa. A medio siglo de esa gesta, nos corresponde ahora cabalgar sobre el lomo de nuestro Rocinante y enfrentar con fe los senderos de la vida, defendiendo con gallardía la ruta que hemos elegido; y llegar a ser, lo que queremos ser.