Eduardo Viloria / DLA
Una tensa y silenciosa calma existe entre los que siempre se han erigido como protagonistas en el acontecer político de los municipios, bajo el área de influencia del eje panamericano, donde muchos conversan con los periodistas, dan impresiones, pero nada de publicaciones en algunos casos, otros parecen haber entrado en el olvido de lo que aconteció el pasado domingo con las elecciones cumplidas, donde fue electo el jefe del ejecutivo nacional, ya reconocido por el CNE.
Declaración que no sale de ningún representante de partido o grupo político, que no deben de actuar solos, sino mantener la cohesión y la unidad, necesaria en estos momentos difíciles, cuando se conoce de nuevo el sabor amargo de fraude, esta vez electoral, donde pudiéramos señalar que resulta imperdonable no producir una declaración colectiva de los jefes de las organizaciones y sus seguidores, para no ser tildados de cómplices del fraude cometido, donde unos – los del gobierno y defensores del régimen- se creen más listos que los demás.
Como custodios y defensores del pueblo y de las instituciones de diversa índole que funcionan en una sociedad, donde se pueden incluir las instituciones religiosas, sindicatos, cámara de la Industria y el Comercio, deben fijar posición, pues en estos momentos de crisis, es necesario conocer su opinión y recursos que se deben implementar para enfrentar la crisis creada, si es que consideran que hay. ¿O no hay crisis?
Las alcaldías, concejales y parlamentarios no afines al gobierno, deben fijar posición de lo sucedido y marcar o señalar el camino a seguir. Lo sucedido el pasado domingo 28 de julio, donde se observó con el cambio de testigos y miembros de las mesas electorales, colocar trabas a funcionarios escogidos previamente, para que ejercieran sus funciones de acuerdo a lo establecido en la ley de la materia, es entendible como que todo estaba planificado, lo cual nos debe llevar a una reflexión, no para responder a través ofensas e infundios, sino para aclarar la verdad de lo sucedido, donde la democracia, esa que pregonamos todos en general, ha estado ausente de las decisiones tomadas, tendentes a favorecer solo un sector, al que todos conocemos.
El país necesita más democracia y esta la pueden implementar los dirigentes de los parridos y las organizaciones que hemos mencionado, todo por el bienestar del colectivo en general. Es lo que se impone en esta hora crucial para el país y su democracia.
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