Pareciera que estos tiempos son los espacios de lo global y lo local, del mundo y la ciudad. En el medio están, muy importantes, las naciones-estado. Quedan al margen otros espacios territoriales como las regiones y las entidades federales llámense provincias, departamentos o estados. Se mundializa y los actores principales son las organizaciones multilaterales y multinacionales, y los estados nacionales en diversos tipos de alianzas. Se localiza y los protagonistas son las ciudades, sus gobiernos, líderes o comunidades organizadas. Y todo en redes y conexiones.
Se reúnen en grandes o exclusivos foros los altos funcionarios mundiales, jefes de gobierno y gerentes corporativos. También los alcaldes y líderes de las grandes ciudades, de las intermedias, o de las distintas orientaciones urbanísticas tales como ciudades sostenibles, o digitales, “Smart Cities”, ciudades culturales, históricas, tecnológicas, innovadoras, o para el desarrollo económico local y muchas otras. En este marco se reúnen las universidades y centros de talento. Son dos tendencias que corren paralelas y son estos encuentros o instancias la que van buscando respuestas a los enormes desafíos del presente y del futuro. Llama la atención la escasa actividad internacional o en los países de autoridades de estados o provincias.
Pero otras realidades que también marcan los tiempos y los espacios, como la globalización de la codicia y su traducción en sistemas financieros rapaces, la corrupción, la delincuencia, la contaminación, la desigualdad y la crisis planetaria en su capacidad de sostén.
Y allí están la mujer y el hombre concretos, con sus nombres y apellidos, sus historias y sus circunstancias. Está la persona humana, sujeto de dignidad. Puede ocupar un sitio anónimo, estéril, cruel, solo para sobrevivir amargamente. O un lugar digno donde vivir en convivencia. Pareciera que no existen sino dos alternativas, o te rompes el lomo para consumir, o trabajas para vivir decentemente. O te ubicas en el sector de la competitividad y las conexiones globales, o en el lugar de la convivencia, el trabajo humano y la solidaridad.
El mundo y sus localidades tendrán que centrarse más y más en ofrecer alternativas apropiadas a la persona humana y a la posibilidad de satisfacer sus necesidades de ser, estar, hacer y tener en condiciones que le permitan su realización plena, en comunidad. El mundo lucha contando con la Agenda 2030 y los Objetivos del Desarrollo Sostenible. Y muchos lugares son exitosos porque se han empeñado en lo que llamamos proceso de lugarización, que es el desarrollo local en afirmación de la identidad e insertándose con sabiduría en lo global.