Templo San José Plasma sentimientos con letras indelebles

La iglesia es una belleza arquitectónica que ha cumplido con todos los requisitos del templo

 El seis de enero de 1958  en el local del  Santuario de San José, se efectuaba solemnemente la creación o inauguración de la nueva parroquia. Ese acto se desarrollaba con la asistencia de Monseñor Antonio Ignacio Camargo Primer Obispo de Trujillo

Mañana 19 de marzo es el día del hombre paciente, guía y protector de la familia cristiana, San José, padre de Jesús en la tierra y símbolo de amor. El gran carpintero.

Por tal motivo Historias de Vida ha querido celebrar esta fecha tan significativa dedicando su espacio a los 60 años de la creación de la Parroquia San José de Valera.

La Parroquia de San José fue iniciada por el presbítero José Humberto Contreras con la construcción de una pequeña Capilla en el sector por el año 1952. En 1956, el Padre Juan de Dios Andrade inició los trabajos de la construcción del Santuario, bajo la dirección del ingeniero Antonio García y según los planes levantados por el ingeniero Homero Zanichelli. El 6 de enero de 1958 estando gran parte del santuario construido, fue inaugurada o mejor erigida la Parroquia canónicamente por Mons. A. Camargo Obispo de Trujillo. La Parroquia es de jurisdicción extensa y tiene las siguientes demarcaciones:

Para aquel año 1952 Valera era una ciudad que comenzaba a crecer en cuanto a población se refiere, particularmente en feligresía católica, de allí que se hacía necesario construir una capilla que permitiera albergar a estas personas, para la época sólo existían las parroquias de San Pedro y la San Juan Bautista las cuales no tenían la capacidad de recibir a todos los feligreses del momento.

Por toda esta situación comenzó la construcción de la capilla denominada «provisional», ya que la idea era construir un gran templo, esa capilla ya tenía para ese instante el nombre de San José en honor al padre adoptivo de Jesús.

Para la posteridad

Mons. Dámaso Cardozo, su primer párroco y quien ofició la primera misa hace 60 años.

El seis de enero de 1958  en el local del Santuario de San José, se efectuaba solemnemente la creación o inauguración de la nueva parroquia. Ese acto se desarrollaba con la asistencia de José Humberto Contreras, propulsor de la idea, de Monseñor Antonio Ignacio Camargo Primer Obispo de Trujillo quien autorizó al Mons. Dámaso Cardozo a oficiar la primera misa, para luego el padre Juan de Dios Andrade hacer entrega de la Parroquia al nuevo Párroco, Dámaso Cardozo.

Luego de cumplirse toda la programación oficial, se llevó a cabo el primer bautizo, el niño Luis José Vielma quien fue acompañado por sus padres, Luis Vielma y María Teresa de Vielma, quienes se mostraron completamente regocijados por tal acontecimiento.

El Santuario es una edificación de líneas modernas, orgullo de la Parroquia por su crecido costo y mérito arquitectónico. Allí se levanta para gloria de Dios y satisfacción de cuantos en alguna forma aportaron su contingente hasta ver la obra totalmente realizada.

Por las calles podía observarse la multitud comentando eufórica el grato suceso del día. En efecto, la nueva Parroquia se hacía necesaria en la ciudad de Valera. La población había ido creciendo de forma asombrosa. Grande es la distancia que media entre los sectores beneficiados y el Templo Parroquial. La Parroquia representa progreso, es un nuevo núcleo de vida católica. Había ciertamente una razón indiscutible para el júbilo colectivo.

Mons. Antonio Camargo, primer Obispo de Trujillo brindó total apoyo a la obra.

Fue una tarde de gratos recuerdos para quienes vivieron ese momento que comenzó a las cinco de la tarde de aquel  6 de Enero de 1958 para la sociedad católica de Valera, y muy especialmente para quienes integran la Parroquia San José que tan bondadosamente el Obispo Antonio Ignacio Camargo creó, atendiendo los deseos de esta porción de su grey. Esta fecha quedó grabada con letras indelebles y será recordada con emoción por las futuras generaciones, ya que marca un nuevo giro de gloria en el ritmo acelerado de progreso.

Los precursores

Como ya lo hemos indicado la historia del templo se da inicio en el año 1952 cuando Monseñor José Humberto Contreras, hombre insigne de la época, analiza la situación de urgencia de buscar un lugar en donde se pudieran realizar los oficios religiosos, ya que para el momento la ciudad crecía con el nacimiento de urbanizaciones como Lazo de La Vega, La Ciénaga, 5 de Mayo, Las  Delicias y el barrio Independencia y por consiguiente era mayor la feligresía, por ello Monseñor Contreras recurre a la ayuda del señor Luis Alberto Vielma quien para el momento era presidente de la Sociedad San José, a fin de que éste se abocara a buscar un terreno con el objetivo de crear una capilla donde se pudieran hacer las misas.

Con mucho esfuerzo y una dedicación plena se fue levantando una historia de mucho centimetraje e importancia para Valera. Gráficas y reproducciones, Edgar Alviso

La edificación

El terreno donde posteriormente se construiría el templo fue donado por la familia Salinas, representada por el señor Antonio Salinas y la señora Lisa de Salinas, este terreno estaba ubicado en la avenida 14, esquina con la calle I3, lugar donde actualmente está la parroquia San José. Para eso se requería la autorización del Vicario de Valera, Padre Juan de Dios Andrade,  quien no dudó en dar el visto bueno para la creación del templo.

La construcción de la capilla del posterior templo se logró también con el apoyo de la Sociedad San José, quienes realizaban colectas para conseguir fondos y del comercio en general para poder costear la  compra de todo el material de la obra. Para ese entonces, hace 60 años un camión de arena gris costaba 25 bolívares y una paca de cemento tenía un precio de 3,30 bolívares, sin embargo las ganas de contar con una parroquia abundaban en el sentir de cada feligrés del momento, eso al fin y al cabo, era lo que más importaba.

Un Dato

Para ese entonces, hace 60 años un camión de arena gris costaba 25 bolívares y una paca de cemento tenía un precio de 3,30 bolívares.

Párrocos de gran factura

Padre J. Humberto Contreras fue quien comenzó todo el movimiento de la Parroquia San José.

La parroquia de San José ha contado desde sus inicios con párrocos de gran factura, en un principio fueron José Humberto Contreras y Juan de Dios Andrade, ya cuando se estableció como parroquia estuvo  Monseñor Dámaso Cardozo, desde 1958 hasta 1970, año en  que muere. Sus restos reposan en el interior de la parroquia San José.

Claudio Riol, quien sólo realizó una pequeña pasantía por el templo ya que estuvo en el año 1970 para cubrir el vacío que había dejado Cardozo. Luego, el padre Ricardo Villegas falleció en el año 2016, estuvo entre 1972 y 1983, cuando debió dejar la parroquia por los cambios rutinarios que realiza la Diócesis cada cierto tiempo. Luego llega a la Parroquia el padre José Luis Azuaje entre 1984 hasta 1999, cuando fue nombrado Obispo Auxiliar de Barquisimeto y Titular de Itálica, ese año llega el presbítero Pedro Artigas, realizando una extraordinaria obra y labor hasta el año 2014 cuando es designado el actual párroco, Juan Carlos Castellanos, el cual ha sabido mantener firme el rico historial que le colocaron en sus manos.

Fervor y devoción para San José

Cabría imaginarse a San José como un hombre poderoso a quien Dios hubiera encomendado la excelsa misión de abrir camino a Jesucristo

La figura de San José. Ciertamente, no resulta tarea fácil hablar sobre este personaje. Su figura, en efecto, no es la del protagonista estelar y de primera línea y los textos del Nuevo Testamento hacen pocas referencias a su persona. Lo podríamos considerar como un héroe anónimo, de aquellos que, más que con sus hazañas grandiosas, nos hablan con su silencio. En resumidas cuentas, San José es una figura llena de simplicidad y de sencillez, que se nos presenta a todos nosotros bajo el aspecto más inesperado e inaudito, teniendo en cuenta el papel tan importante que ha desempeñado en el plan salvífico de Dios.

Sin embargo, muchos de los devotos de San José  parecieran solo considerarlo como un ser angelical, excelso, un personaje supra-humano.

Efectivamente, cabría imaginarse a San José como un hombre poderoso a quien Dios hubiera encomendado la excelsa misión de abrir camino a Jesucristo, llegado al mundo, o cabría imaginárselo como un profeta, como un sabio judío o como un integrante de la clase sacerdotal. Y, sin embargo, no, nada de esto. Se trata de lo más simple, modesto y humilde que podamos imaginar. No obstante, esta simplicidad no desluce ni empaña para nada la excepcional misión que San José asumió en orden a Jesús a su Madre, Marta, así como en orden a los misterios de la Encarnación y de la Redención. Más bien, el hecho de que Dios se valga expresamente de medios o instrumentos, digámoslo así, «a primera vista pobres e inadecuados», nos ayuda a todos nosotros a comprender mejor el sentido profundo, misterioso y paradójico de la Buena Nueva como anuncio a los pobres, a los humildes, a los necesitados, a cuantos tienen necesidad de ser consolados, redimidos y liberados. Dios se vale a menudo de la debilidad y de la ignorancia para confundir la prepotencia y la sabiduría de este mundo, acostumbrado a juzgarlo todo, a valorarlo todo, con criterios de poder, de riqueza material, de nobleza de sangre y de privilegios sociales.

San José en el fondo, se trata de ese inefable y misterioso modo de obrar de Dios, comprensible sólo y exclusivamente para quienes lo contemplan con los ojos de la fe, ya que como nos dice el profeta Isaías, «los pensamientos de Dios no son los pensamientos de los hombres, ni los caminos de Dios son los caminos de los hombres». (Is. 55,8).

 

 

El esplendor de su interior se puede captar en esta excelente composición gráfica de Edwuard Barradas. Un templo que con los años fue cambiando y así poder contar con uno de los recintos religiosos más imponentes de la ciudad de Valera, el cual sirve a su comunidad bajo la guía de su párroco, Juan Carlos Castellanos.

San José personificación de la simplicidad. San José el hombre justo, San José el hombre de fe. Puede enseñarnos cómo debemos comportarnos en nuestra vida para superar estas dificultades, ayudándonos a comprender el sentido más profundo de aquellas significativas palabras de San Pablo: «El justo vive de la fe».

 “Es nuestro protector”

En Trujillo existen poblaciones cuyo patrón es el Santo, motivo que los impulsa a celebrar este gran día dentro de fiestas que difunden la cultura, el deporte y la devoción cristiana. La invitación es en general a todo el pueblo de Trujillo para que asistan a estas festividades, donde los pobladores disfrutan dedicándole tiempo a sus creencias y tradiciones folclóricas. Aspectos que hemos perdido y son importantes para sentirnos identificados con nuestro país.

El actual párroco del Tempo San José es el padre Juan Carlos Castellanos, oriundo de Cuicas, municipio Carache, fue ordenado presbítero por Monseñor Vicente Hernández Peña, el 18 de octubre del 2008. Desde el año 2014 se hizo cargo de la parroquia sustituyendo al Padre Pedro Artigas.

“San José para nosotros y para esta comunidad, es el protector y como comunidad cristiana nos apegamos a esa protección que nos brinda y le pedimos que proteja a toda Venezuela; es menester pedirle que extienda esa protección a todos los hogares venezolanos”, aportó el párroco, Pbro. Juan Castellanos.

¡Modelo y prototipo del hombre de fe!

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