En agosto pasado, Escenarios Datánalisis realizó la primera Encuesta Multisectorial dirigida a empresas en cuatro sectores de la economía: agropecuario, industrial, comercio-servicios y tecnológico. Aunque todavía no es usual distinguir entre el sector servicio y el tecnológico, ya conviene formalizar su diferenciación porque el desarrollo de nuevas tecnologías es el factor que más rupturas de tendencias produce en cualquier orden de la sociedad y, por ende, en los modelos de negocio.
Quien quiera actualizar su modelo de negocio, lo primero que necesita pensar es en nuevas tecnologías. Y no es necesario considerar dimensiones digitales, químicas, electrónicas u otras materias sofisticadas para hablar de innovaciones tecnológicas como el auto eléctrico o el que ya amenaza con sustituirlo, el movido por hidrógeno (blue gas). Un caso tan sencillo como el invento del container para el transporte de mercancías es uno de los grandes avances tecnológicos del Siglo XX; al igual que el delivery se ha convertido en un gran avance del Siglo XXI para superar el bloqueo que impone la cuarentena al comercio.
Aunque resultó una sorpresa, no es de extrañar que en la Encuesta Multisectorial de Escenarios Datanálisis se encontrara que las empresas del sector tecnológico son las que registraron los mejores puntajes en todos los indicadores e índices que se construyeron: entre el 10% de las entrevistadas que reportan que sus ventas han crecido durante la cuarentena, las tecnológicas son las empresas que presentan mayor proporción de casos; los mayores puntajes en el Índice de Adaptabilidad al “Low Touch Economy”; en el de Libertades Económicas; en el de Flexibilidad-Adaptabilidad del Modelo de Negocio y en el de Competitividad Sectorial.
Más importante aún el descubrimiento de que las empresas de otros sectores que reportan mayores incrementos en sus ventas durante la cuarentena son las que también reportan mayor Actualización Tecnológica.
Sin embargo, cuando se pregunta por los factores que tendrían mayor impacto positivo sobre la actividad empresarial, se mencionan la disponibilidad de mano de obra calificada, acceso a materias primas e insumos, diversificación de clientes-mercados y de productos, pero escasamente se menciona el acceso a desarrollos tecnológicos y la exportación.
Los mensajes que se desprenden de esta observación para los proveedores de tecnologías son muy claros: es posible que la conciencia tecnológica no esté a flor de piel entre nuestros empresarios porque estos últimos asumen que la tecnología es costosa e innecesaria en un país exageradamente importador en el cual la actualización tecnológica fue cayendo en desuso desde fines de la década de 1970, producto de la introducción de la política petrolera rentista a partir de 1973, el incremento de la sobrevaluación de la moneda y sus consecuencias: el crecimiento de las importaciones, el freno a las exportaciones no petroleras y al turismo; la desaceleración de la producción y de la creación de empleos calificados.
Para recuperar la mentalidad tecnológica, los proveedores pueden cambiar su modelo de negocio, pasando de una Proposición de Valor enfocada a ser excelentes en producir adelantos tecnológicos a una Proposición de Valor basada en ser acompañantes del desarrollo de sus clientes. Para efectuar esta modificación, pueden añadir a su oferta de tecnología, acompañar al cliente en los estudios de mercado para la diversificación de productos, maquilarle la producción, facilitarle la distribución del producto, ofrécele las mejores condiciones de pago posible y hasta considerar la opción de desarrollarle la nueva tecnología a riesgo del proveedor a cambio de compartir los resultados del éxito del nuevo producto, entre otras estrategias que podemos idear. El caso de Ingritech, empresa de tecnología de alimentos situada en Maracay, es un excelente ejemplo venezolano de esta transformación.
¿Y cómo incide la tecnología en nuestra capacidad de respuesta ante la tragedia socioeconómcia que vivimos? Ahora no tenemos divisas para financiar importaciones ni para recuperar nuestra producción y servicios, pero tenemos educación universitaria (que fue mejor de lo que la percibíamos) y, con ella, la inventiva y la disposición a emprender que están aflorando por doquier. ¡Así levantaremos vuelo como el Fénix, sobre nuestras propias cenizas!
@joseagilyepes