Táchira | Un surtidor de gasolina se convirtió en el año viejo más llamativo en San Cristóbal 

Zulma López /DLA.-


La creatividad del tachirense se puso de manifiesto nuevamente en esta Navidad, con la elaboración de un año viejo con la forma de un surtidor de gasolina, a través del cual los habitantes del sector La Concordia de San Cristóbal, expresan la molestia generada por la escasez de combustible, que ha afectado a gran parte del país y en especial al estado Táchira.

Los vecinos de la calle 4 de La Concordia, apoyaron a Jonathan Carrillo, un joven de ese sector que se dedicó a elaborar el llamativo año viejo que tardó unos cuatro días en realizar, utilizando material reciclable, pintura y goma.

Carrillo contó que tenía cinco años aproximadamente sin hacer un año viejo, la situación económica lo obligó a no seguir realizando esta tradición, característica de la región andina.

Los tachirenses realizan estos muñecos para representar el año que termina y que se quema el 31 de diciembre y para darle la bienvenida al año nuevo.

El joven narró que las personas que pasan en sus vehículos por el lugar le dicen que el año viejo es muy creativo y le toman fotos para subirlas a las redes, inclusive a los niños les gusta y también quieren tomarse fotografías,»estoy esperando que la gente colabore para ver si podemos meterle la pólvora», acotó.

El año viejo está pintado en los colores rojo, amarillo, gris y negro, en la parte superior tiene un aviso donde se puede leer el texto «Ya no aguanto más» y en la parte inferior escribieron palabras como gasolina, no hay, Pdvsa y le agregaron el octanaje de 91 y 95 y el precio de Bs. 38.

 

Un robot gigante también es un año viejo 

También los habitantes del barrio Guzmán de San Cristóbal hicieron un año viejo pero con la figura del robot Bender de Futurama, un dibujo animado que es admirado por los niños.

Los nietos del señor Rómulo Becerra son los creadores de este año viejo. Según Becerra, los vecinos no colaboraron con la realización del mismo, por lo que la familia se organizó para poderlo hacer. Dijo que tardaron dos meses en elaborarlo y tiene una altura de seis metros aproximadamente.

Utilizaron materiales como tablas, cartón, cinta adhesiva, almidón, pintura y alambre para poderlo sostener en un poste de alumbrado público del lugar.

«Le dije hágalo hijo, que nosotros lo queremos ver, que mis nietos y toda la vecindad vea que si hay gente que puede hacer cosas en la vida», exclamó.

 

 

 

 

 

 

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