Táchira / Un legado que florece: 29 años de historia del colegio “Dr. Neftalí Duque Méndez”

En el corazón del Táchira, Seboruco, donde la tierra fértil nutre sueños, el colegio “Dr. Neftalí Duque Méndez” está pronto a celebrar 30 años de formar jóvenes agricultores. Doris Omaira Duque, una egresada que hoy dirige el colegio que la formó, cuenta la evolución y los desafíos de esta institución

El colegio "Dr. Nefatlí Duque Méndez" fue fundado el 28 de mayo de 1995. Fotos: Josir Cegarra.

Josir Cegarra / Pasante

 

En vísperas de su trigésimo aniversario de trayectoria, el colegio “Dr. Neftalí Duque Méndez”, ubicado en la aldea Santa Filomena del municipio Seboruco, del estado Táchira, continúa siendo un referente en la formación de técnicos medios en producción agrícola, a pesar de la escasez de recursos, problemas de infraestructura, de transporte y de que el apoyo alimenticio llega cada cuatro o cinco meses.

La nómina está conformada por 39 docentes, 11 administrativos y 16 obreros, muchos de ellos egresados de allí, esta institución educativa busca demostrar que la educación es más que edificios y tecnología, sino el compromiso de transformar vidas y dejar un legado en esta zona de montaña.

Con una matrícula de 115 jóvenes la institución, fundada el 28 de mayo de 1995, ha sido testigo del crecimiento y los desafíos de este municipio agrícola. Su actual directora, Doris Omaira Duque, quien también es egresada del colegio, recuerda con nostalgia aquellos años en los que la matrícula superaba los 500 estudiantes y reflexiona sobre las diversas etapas que ha vivido esta institución, desde sus momentos más gloriosos hasta los más difíciles.

Duque relata que, a pesar de los desafíos económicos, el colegio se mantiene en funcionamiento por el compromiso de la comunidad y el personal docente, y que, con una mensualidad de 14 dólares por alumno, se cubren los gastos básicos de mantenimiento y alimentación.

La institución educativa presenta daños en sus techos. Fotos: Josir Cegarra.
El autobús del colegio está dañado desde hace unos ocho años. Foto: Josir Cegarra.

Los estudiantes de sexto año tienen la oportunidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos a lo largo de su formación, realizando pasantías y servicio comunitario en la Fundación Ambiente y Vida Seboruco (Funavis). Esta colaboración fortalece el vínculo entre la institución educativa y la comunidad, permitiendo que los jóvenes se conviertan en agentes de cambio y promuevan el desarrollo sostenible de la región a través de actividades como la reforestación de la zona de predios del agua, que mejora la calidad del aire, protege el suelo y los recursos naturales, contribuyendo además al desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles y garantizando la preservación del agua.

La institución cuenta además con una finca escuela de hectárea y media, llamada Francisco de Asís, donde los estudiantes desarrollan las materias agrícolas. A través de actividades como la selección de semillas, la lombricultura, creación de humus y el cultivo de diversas especies, los jóvenes aprenden de manera práctica y generan ingresos adicionales para el mantenimiento de la institución. Con los frutos de su trabajo, el colegio pudo adquirir una nueva guadaña y recuperar cinco equipos de la sala de computación, demostrando así su capacidad para ser autosuficiente y sostenible.

Omaira Duque, directora de la institución educativa, y Andry Pérez, subdirectora. Foto: Josir Cegarra
Estudiantes de esta institución educativa egresan como técnicos medios en producción agrícola. Foto: Josir Cegarra.

Becado e internado

El colegio “Dr. Neftalí Duque Méndez” no solo se destaca por su compromiso con la educación agrícola y la protección del medio ambiente, sino también por su labor social. La institución cuenta con una nómina especial para cinco becados por condiciones de bajos recursos económicos, lo que les garantiza el acceso a la educación. También exime del pago de matrícula al mejor promedio de la institución, como es el caso de Yanett Victoria Medina Chirinos, una estudiante de segundo año de la aldea Santa Filomena quien cuenta con un promedio de 20 puntos.

La directora del colegio, Doris Omaira Duque, destaca que de igual manera ofrecen un programa de internado en la casa hogar Doña Hilda, que funciona en los mismos espacios, donde 21 jóvenes de las aldeas de Seboruco y La Grita, municipio Jáuregui, reciben tres comidas diarias. Esta iniciativa permite que estudiantes de zonas rurales puedan acceder a una educación de calidad sin tener que alejarse demasiado de sus hogares.

Foto: Josir Cegarra
Foto: Josir Cegarra

 

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