A través del movimiento “Reconstruyendo La Ermita”, habitantes de esta comunidad y de lugares cercanos se unieron desde hace tres años para hacerle mantenimiento a la plaza José Antonio Páez, y ofrecer a propios y extraños tardes deportivas, culturales y de recreación.
Este movimiento está conformado por 11 ciudadanos, quienes no reciben apoyo económico a cambio de su trabajo, tan sólo la colaboración de amigos que no viven Venezuela, empresa privada, artistas plásticos, entre otros, que quieren aportar su grano de arena para reparar el espacio y lograr que este tipo de labores altruistas se mantengan en las comunidades tachirenses.
José Gregorio Casanova, coordinador de Reconstruyendo La Ermita, relató al Diario de Los Andes que los días lunes y jueves de cada semana el equipo barre los espacios de la plaza y poco a poco la han ido pintando, con apoyo de una ONG que les donó parte de la pintura, a la empresa privada y artistas plásticos.
“Esperamos en los próximos días tener la plaza totalmente pintada. ¿Qué nos falta?, tres murales. Gracias a unos artistas plásticos que nos han brindado su apoyo, entre ellos Guillermo Gutiérrez y Óscar Zabaleta, dos muchachos con una gran trayectoria en el mundo de murales, grafiteros, y que muy gentilmente sin cobrar nada han hecho los diseños de este trabajo”, expresó.
Cuando tomaron la plaza Páez para su embellecimiento, no contaban con un bombillo para iluminación. Por la donación hace dos años de un venezolano en Estados Unidos instalaron 26 bombillos. Posteriormente, gracias a la empresa privada instalaron cuatro reflectores de 50 megavatios.
Recientemente les donaron 20 reflectores de 100 megavatios, pero no ha sido posible su instalación porque no cuentan con el apoyo ni de Corpoelec, ni de la Alcaldía de San Cristóbal. “Se han llevado oficios, pero ha sido imposible la colaboración, porque no contamos con los recursos humanos especializados en la materia, ni con el camión cesta para que coloque los reflectores”, dijo Casanova.
Drenajes
Uno de los problemas que enfrenta la plaza y para el cual requieren apoyo de los organismos municipales, es el colapso de los drenajes, pues cuando llueve el agua no tiene por donde circular. Omar Delgado Arraiz, integrante del equipo que reconstruye La Ermita, manifestó que también faltan las rejillas porque se las roban para venderlas.
“Necesitamos apoyo de la Alcaldía de San Cristóbal para que por favor vengan a destapar los drenajes y a colocarles rejillas, así no sean de metal, así sean de un material menos costoso”, destacó.
Punto policial
La principal petición del grupo “Reconstruyendo La Ermita” es que se instale un punto policial en la zona, porque la plaza fue tomada por indigentes y consumidores de estupefacientes y licor, presentándose riñas entre ellos, sin que haya intervención de seguridad.
“Cuando están bajo los efectos de esas sustancias, entre ellos mismos han tenido peleas fuertes y a veces no contamos con personal policial, aunque es de destacar que Politáchira, los que están asignados a esta zona, cada vez que los llamamos, si están cerca, se logra solventar algunas situaciones, pero necesitamos un punto policial para la plaza porque es muy alta la cantidad de indigentes”, dijo José Gregorio Casanova.
José Daniel Chacón es del equipo. Para él este trabajo procura un impacto social, al tratar de cubrir las debilidades de algunos organismos de gobierno, como las alcaldías.
“Un grupo nos hemos dado a la tarea de hacer un trabajo de impacto que vaya más allá de lo que es limpiar. Quisiéramos limpiar las mentes de las personas, quisiéramos ir contra los antimodelos que se han instalado en la plaza La Ermita. A 50 metros de aquí hay personas consumiendo alcohol y droga sin temor a la ley, sencillamente porque no hay quién ejerza la ley sobre ellos. Nosotros limpiamos y nos conseguimos entre las matas alcohol, sustancias estupefacientes y procedemos a destruirlas”.
Hizo un llamado a las autoridades a enfocarse en la administración del Mercado Municipal de La Ermita, pues en las carretillas ubicadas en los alrededores dejan alimentos y a personas que los cuiden, quienes aprovechan de ingerir bebidas alcohólicas. “Al día siguiente esas personas están en estado de ebriedad, no saben lo que hacen, y vienen a la plaza La Ermita, que nosotros hemos limpiado a hacer sus necesidades”.
Solicitó a las sociedades religiosas que llevan ayudas a estas personas que se ubican en la plaza La Ermita, que les lleven también alimentos para el corazón, fe y esperanza, pues con la comida terminan consumiendo más droga y alcohol. “Queremos que les brinden esperanza, que les brinden fe”, acotó.
El equipo de “Reconstruyendo La Ermita” se mantiene firme en su trabajo de limpieza y de realizar actividades recreativas semanalmente. Están convencidos que en medio de las dificultades que enfrenta el país, la labor de las comunidades organizadas permite dar una cara distinta y un respiro a los vecinos.