Zulma López/ DLA.-
La voluntad de ayudar al prójimo es una de las premisas en la casa hogar Medarda Piñero, ubicada en el centro de la ciudad de San Cristóbal, en donde actualmente hay 28 abuelos, quienes son atendidos por un grupo de personas que dirige Sor Dolly Aristizábal Patiño, directora de ese lugar, convertido en refugio de las personas que no tienen familia.
La madre Sor Dolly Aristizábal Patiño cree que en ese hogar de mendigos todo funciona bien por la ayuda de Dios, pues la caridad y la colaboración de muchas personas hace que los 28 abuelos que viven allí puedan comer y tener sus medicinas.
El espíritu bondadoso de la madre Aristizábal y su título de enfermera ha hecho que salga a la calle a buscar a quienes tienen problemas de salud y los refugie en el hogar para brindarles las atenciones médicas que necesitan, “recogimos un viejito de Barrio Obrero que estaba llagado, lacerado y vino que ya no podía caminar, con la ayuda de varios médicos y todos que nos han ayudado, este señor ya está caminando’, expresó la madre.
Perdió la cuenta de la cantidad de personas que ha recuperado de la calle, ella dice que son muchos y en el lugar actualmente duermen 28 personas, cuatro de ellas son mujeres y 24 son hombres, sin embargo, brinda comida aproximadamente a 70 personas, es decir la mayoría de ellos llegan de la calle.
Contó que luego de seis meses las personas que ha recuperado no se reconocen, por los cuidados que le brindan en la casa hogar. Aseguró que hace unos días acompañada de funcionarios de la Policía buscó a un señor que se encontraba en las inmediaciones del terminal de pasajeros y ya prácticamente es otra persona, “aquí nos colaboran los terapistas, los médicos y primero Dios”, subrayó.
Le da gracias a Dios porque todos los días las personas le llevan comida para los abuelos, dijo que así sea un paquete de arroz es donado por alguna persona de San Cristóbal. Además, nunca los abuelos han comido solo arroz, siempre les sirven una proteína. Indicó que ocho personas trabajan con ella en el lugar para ayudar a hacer la comida que les brinda a los abuelos y también para limpiar y lavar la ropa de quienes viven en la casa hogar.
Aseguró que los abuelos también apoyan con la limpieza y con el mantenimiento del lugar, inclusive les tiene un horario con el nombre de quienes colaboran para que laven los platos, barran, limpien los baños y las habitaciones.
Sor Dolly Aristizábal aseguró que lamentablemente ya no tiene capacidad para recibir más personas, pues la habitación en la que duermen los hombres está totalmente llena , inclusive hay algunos abuelos que por su condición de salud no se pueden levantar de sus camas.
La madre Aristizábal tiene tres años ayudando a las personas de la casa hogar Medarda Piñero, cuya fundación fue hace 47 años por Monseñor Nelson Arellano. Pidió a las personas que la apoyan a que sigan colaborando, para poder atender a los abuelos que por circunstancias de la vida llegaron a ese lugar.
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