Luzfrandy Contreras / DLA
La casa hogar San Pablo está ubicada en la avenida España, con principal de Pueblo Nuevo en San Cristóbal, estado Táchira, tiene 65 años de fundación, en este momento mantienen la atención a 87 adultos mayores, algunos cuentan con el apoyo de sus familias, otros no. Así mismo, la necesidad económica sigue siendo una de las prioridades en esta institución, la cual se mantiene gracias al trabajo de tres religiosas, y al apoyo que puedan conseguir de algunos entes o personas particulares.
Sor Olivia Cañaveral, directora de la casa hogar San Pablo, informó que la institución está presentando algunas deficiencias, especialmente por daños registrados en el techo y por algunas filtraciones. Hace un año, una parte del techo se levantó, y desde ese entonces no han podido conseguir apoyo para brindar una solución a este problema. Esta área, es utilizada para el paso de los adultos mayores desde sus habitaciones, hasta el comedor, de allí su importancia.
«Hemos hecho de todo para hacer que pasen por un ladito, porque ¿qué vamos a hacer?. Las canales también están bastante deterioradas, cuando llueve se moja todo, sobre todo el área de la cocina».
De donación en donación sobrevive la casa hogar
También existen otras deficiencias en la institución, que han podido solventar poco a poco, gracias al apoyo de algunos proveedores, como la compra de alimentos, medicamentos y otros insumos.
«Para la alimentación, ahorita la situación es bastante difícil, entonces lo que son granos, arroz, pasta, todo eso, hay que comprarlo y pues la situación está muy difícil. Salimos a pedir colaboración y mucha gente nos colabora, pero obvio no es suficiente. Con los medicamentos estamos más o menos abastecidos, porque nos han ayudado con algo nuestras mismas hermanitas desde Colombia, pero por ejemplo, lo que es antibiótico, y otras cosas puntuales, sí nos hace mucha falta», comentó Sor Olivia.
A pesar de contar con más espacio para el recibimiento y la atención de más adultos mayores, la directora de la institución recalcó que no se cuenta con el ingreso económico deseado para ofrecer un óptimo servicio. Informó que los abuelos colaboran con el 75% de la pensión venezolana, lo cual no les alcanza para cubrir sus necesidades.
Aunado a los gastos que se mantienen a diario en la casa hogar, las religiosas deben cubrir el salario de seis personas encargadas de actividades específicas. «Tenemos cinco chicas y un chico, a los cuales tenemos que pagarle un sueldo por encima de lo que está establecido en el país, porque aún así no quieren venir a trabajar. Ellas nos ayudan por ejemplo, a asear a los abuelos, nos ayudan en la limpieza, y en la cocina», explicó.
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