Táchira: Casi todos los 53 mordidos por serpientes este año compraron suero antiofídico porque no había en el hospital

La mapanare y cascabel son las causantes del 97% de las mordeduras de serpiente que ocurren en Venezuela, sobre todo en época de lluvias cuando estos animales buscan lugares secos para aguardar. En el país es escaso el suero antiofídico y las víctimas de emponzoñamiento debe comprar muchas veces el antídoto Judith Valderrama

(Especial) En segundos todo puede cambiar en la vida de un hombre cuando es alcanzado por los colmillos venenosos de una serpiente, la muerte es uno de los destinos posibles cuando el mortal veneno se extiende por el cuerpo, pero contar con el suero antiofídico a tiempo hace la diferencia. En Venezuela –ahora- este antídoto es escaso o nulo en los centros de salud.

Al año, unas 60 personas mueren en Venezuela por envenenamiento tras la mordedura de serpiente, pero no hay desde hace unos siete años cifras oficiales de mortalidad por parte del Ministerio de Salud. Esta data la aporta el Capitán de Bomberos del Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (Inea), Luis Contreras, en declaraciones a El Pitazo en 2020.

Tampoco hay suero antiofídico en los centros de salud y son permanentes, -sobre todo en época de lluvias- las solicitudes en redes sociales de apoyo para adquirir el antídoto que les permita bloquear el veneno a los mordidos.

No había antídoto en hospital central

Así sucedió este 4 de agosto con Ender Mora, un joven agricultor del municipio Uribante en el Táchira, quien fue mordido por una mapanare y un amigo lo trasladó al hospital central de San Cristóbal, al llegar le informaron que no contaban con el suero antiofídico.

Ender Mora, un joven agricultor del municipio Uribante

La precaria situación económica de su familia, todos agricultores, no le permitía comprar el suero. Habitantes de Pregonero se comunicaron con periodistas y amigos que se activaron por redes sociales y un par de ciudadano donaron dos kits de suero antiofídico, lo que salvó la vida de Ender Mora, finalmente.

Adquirieron el antídoto en el banco de suero antiofídico de la casa parroquial San Rafael Arcángel, de El Piñal, municipio Fernández Feo.

De no haber ubicado el producto las consecuencias habrían sido lamentables, tenían que amputar su mano derecha, en uno de los casos; el otro escenario, habría fallecido. Según le hicieron saber los médicos que le atendieron, relata Yoel, amigo de Ender Mora, quien relató que fue llamado para auxiliarlo porque no tenían forma de sacarlo al hospital.

“Yo le lleve, menos mal tenia gasolina. Pero por el camino Ender se quejaba de un profundo dolor en la mano y mucho dolor de cabeza”.

En la región tachirense, en lo que va de año se contabilizan 53 ingresos al hospital central de San Cristóbal, por emponzoñamientos de serpientes, sostiene Gabriela Rico, coordinadora regional de Zoonosis, quien asegura que no se cuentan muertes en la entidad.

Un banco y ahora un seguro

El 30 de abril del 2020 ante la crisis generada por constantes mordeduras de serpientes y la desesperación por la carencia de suero antiofídico nace “una iniciativa de Dios”, que es como define el padre Jhony Arías, su ingeniosa idea del banco de suero antiofídico en El Piñal, municipio Fernández Feo del Táchira, específicamente en la Casa Parroquial San Rafael de Arcángel.

Revela el sacerdote que la situación era muy crítica por los constantes accidente con serpientes, y aunque no ha mejorado del todo, se logró aliviar el padecer de unas 30 personas en el último año tras sufrir un emponzoñamiento ofídico.

El teléfono del padre Jhony Arías desde que fundó el banco de suero antiofídico suena constantemente, tantas veces como ataques hacen las serpientes, sobre todo en la época de lluvia cuando –dice- se incrementa las mordidas, debido a que las culebras salen de sus guaridas y buscan espacios secos, que son donde están o por donde suelen transitar los humanos.

Debe darlos el gobierno

Padre Jhony Arías, fundador del Banco de Suero antiofídico de EL PIñal

“El banco surge con aportes de mucha gente. Nosotros como sacerdotes le hemos otorgado los sueros a mucha gente que luego no los pagó, porque somos un banco privado, pero sabemos que los kits de este antídoto debe darlos el gobierno. Todos los hospitales, ambulatorios de las ciudades y los pueblos deberían tener el suero gratis. Pero partiendo de la realidad, de la crisis económica y social que estamos viviendo me he propuesto fundar el segundo banco de suero antiofídico con recursos propios de la zona sur del estado Táchira”.

Ya se ha comprado alrededor de 39 kits de suero antiofídico, y solo ahorita (agosto 2021), les queda un kit. “Hemos ayudado a mucha gente en Táchira y sus alrededores, como Barinas, Trujillo, Mérida, y la gente de aquí del Táchira como el muchacho de Pregonero que le dimos dos kits esta semana, y una niña anoche cerca de la parroquia también se le aportó después de ser mordida dentro de su casa”.

El banco funciona sin fines monetarios -explica el reverendo- aunque hay que pagar los sueros porque son costoso y no se consiguen, afirma el padre Arias, quien tiene una línea con Biotecfar, Caracas, la Farmacia de la Universidad Central de Venezuela.

“Me acaban de aprobar cuatro sueros antiofídicos, es que no hay, la producción está en mínimo por los insumos y pare de contar muchas cosas. Pero bueno, hemos hecho una labor extraordinaria y vamos a seguir haciendo esa labor, primeramente, Dios, eso sí”.

La crisis y un seguro

En la búsqueda de soluciones que evite amputaciones o muertes por las mordeduras de serpientes, el padre Arias se propone poner en marcha un Seguro de Suero Antiofídico, que consiste en pagar, como en un seguro personal, una cuota de 5 mil pesos colombianos al mes.

“Pero esto significa que es mejor tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo. A través del Banco de Suero Antiofídico sus asegurados tendrán prioridad. Tenemos que abarcar en promedio de 200 a 300 personas afiliadas para que se active el seguro. Algunas de estas personas que resulten con mordedura de serpiente, el banco le da el suero antiofídico sin ningún costo adicional, seguirá pagando los 5 mil pesitos mensuales, pero ahorita un kit de suero antiofídico, está alrededor de 980 mil pesos (265 dólares), y para que la persona no pague esa totalidad de una sola vez porque es muy costoso y no se consigue los recursos hay una propuesta que está en marcha. Llamamos a inscribirse en la Casa Parroquial San Rafael de Arcángel, en El Piñal”, señaló.

Los requisitos para inscribirse en el seguro que propone el presbítero Jhony Arias, son la copia de la cédula de identidad del titular y los datos personales, que serán solicitados al momento de formalizar la adquisición del seguro.

35 sueros antiofídicos en 15 meses

A lo largo de los 15 meses de creado del Banco de suero antiofídico de la parroquia San Rafael de Arcángel, en El Piñal, 35 kits de suero antiofídico se han consumido, relata el sacerdote, “algunos pacientes han requerido hasta tres kits de suero tras una mordedura”, explica.

En cuanto a los kits de suero antiofídico colombianos, señala el padre Jhony Arías, que son de muy baja calidad, comparados con los que se hacen en Venezuela, según le confirmó un médico, “además son más costosos, pero en Venezuela no hay una producción regular que permita la dotación en todos los hospitales”, sostuvo.

No todas las mordidas requieren antiofídico

La coordinadora regional de Zoonosis, Táchira, María Gabriela Rico, señala que en lo que va del año 2021 registran 53 casos de accidentes ofídicos, pero la cantidad de sueros antiofídicos que reciben es reducida, “todos los que llegan se despacha al Hospital Central de San Cristóbal, que es donde van todos los casos. Siempre llega, pero en cantidades reducidas”, reitera.

María Gabriela Rico, coordinadora regional de Zoonosis

La mayor cantidad de incidencias de este tipo ocurren en zonas rurales, destacando el municipio Fernández Feo, San Cristóbal y Uribante, afirma Gabriela Rico.

Cuando llega un paciente y no hay inventario de suero antiofídico en el hospital central, acuden a Protección Civil y Hospital Militar, “ellos nos apoyan en esa parte. Ellos nos cubren, ellos nos dotan cuando nosotros no tenemos. Hay mucha gente también, que por medios propios lo adquiere”, sostiene Rico.

La coordinadora regional de Zoonosis del Táchira asegura no tener reportes de personas que se quedaron sin la aplicación del antídoto en lo que va de año, en la región.

Los kits los despacha desde la Universidad Central de Venezuela, el Ministerio de Salud, “Nosotros hacemos la solicitud y ellos nos envían la dotación que se distribuye a todos los estados, según la demanda de ellos. Yo puedo pedir 100 sueros, pero recuerde que no soy solo yo el estado solicitante”.

– ¿No en todos los casos de mordedura de serpiente se necesita suero antiofídico?

“No, no en todos los casos, es solo cuando la serpiente es venenosa, los otros casos se pueden manejar con tratamientos que los médicos aplican”.

– ¿Cuándo la víctima no puede ver qué tipo de serpiente fue la que le mordió cómo hacen para aplicar el tratamiento?

“Generalmente es por zonas que se determina qué tipo de serpiente es. En el estado Táchira la que predomina es la mapanare y es bastante venenosa. En caso de no aplicar suero la persona podría morir, porque es un veneno que está inoculando en su cuerpo”.

– ¿Cuáles son las cifras que se manejan de casos fatales en Venezuela o el Táchira por mordedura de reptiles?

– “No, no manejamos esas cifras. Como digo yo, la dotación que recibimos es poca pero siempre conseguimos por el Ministerio, el hospital Militar, Protección Civil o la persona lo consigue con recursos propios, pero no tenemos cifras en Táchira, este año, de decesos por emponzoñamiento ofídico”.

Mapanare

Recomendaciones

La coordinadora regional de Zoonosis resalta que se pueden tomar medidas, sobre todo en zonas rurales, para evitar la mordedura de las serpientes en esta época que aumenta la incidencia.

“Uso de botas de caucho caña larga, uso de implementos agrícolas, limpieza de cercas y cultivos, no meter las manos debajo de rocas o huecos, revisar bien, inclusive, hasta en las casas porque las serpientes entran y se presentan casos”.

Recordó que un reptil pudo verse hace pocos días en la pediatría del Hospital Central, la ingeniera Rico dijo que no sabía la especie exacta de esa culebra, pero especulando cree que se trató de una ratonera, que no son venenosas, “la vi en la imagen de las redes no puedo precisar”, indicó.

 


Datos

(hemerografía digital)

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