Táchira / Carnavales entre racionamientos de agua y electricidad

Las fiestas carnestolendas en algunos municipios del estado Táchira, sobre todo en la ciudad de San Cristóbal, han estado marcadas por un racionamiento contínuo de agua y cortes eléctricos de cuatro horas cada cuatro horas

Recolectar agua en envases es la única alternativa, sin embargo, también es insuficiente ante tantos días de racionamiento. Foto: DLA

Los racionamientos de agua y electricidad se intensificaron en el estado Táchira desde el inicio de los carnavales, sin una versión oficial de las autoridades. Aunque desde la central hidrológica, Hidrosuroeste, se han publicado los días que habrá agua por sectores, estos planes no se cumplen y el servicio llega a ratos. 

En lugares de la capital tachirense como avenida Ferrero Tamayo, avenida Carabobo, Barrio Obrero, Pirineos, Pueblo Nuevo, La Concordia, los habitantes han pasado entre tres y ocho días sin el servicio del agua potable, mientras que los racionamientos eléctricos son de cuatro horas, cada cuatro horas, a los que se suman las bajas eléctricas. 

Jonathan Mora, habitante de Barrio Obrero, manifestó que les quitan la electricidad cada tres horas y que durante el carnaval tan sólo han tenido una o dos horas de agua. “Pero igual hay que pagar los servicios y les siguen subiendo el costo. Me pregunto ¿qué más nos pueden quitar?”, agregó. 

Víctor Rincón también vive en Barrio Obrero. Indicó que en su casa tienen tres días sin agua y cuando revisan el esquema de racionamiento publicado por Hidrosuroeste, no compagina con lo que ha estado ocurriendo durante los días de carnaval. 

En la localidad de La Concordia parte alta vecinos denunciaron que tienen ocho días sin agua, al igual que ocurre en la avenida Carabobo. “Nada, es la misma historia, supuestamente porque no ha llovido, pero cuando llueve tampoco hay. Esto es una cosa sin control”, dijo. 

Otros municipios del Táchira como: Bolívar, Ureña y Junín, fronterizos con Colombia, enfrentan hasta 15 horas sin electricidad, mientras que el agua potable les llega una vez al mes, por lo que dependen de la compra de camiones cisterna. Esto, sumado a la ausencia de gas doméstico ha generado que los ciudadanos tengan que volver a cocinar con leña, pues dependen de cocinas eléctricas. 

 

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