Brasilia, 30 may (EFE).- Suramérica ventiló en Brasilia todas sus diferencias, sobre todo las que atañen a Venezuela, en una cumbre regional convocada por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que dejó como resultado una firme apuesta en la integración.
El resultado de esta cumbre regional, la primera en su tipo en nueve años, fue volcado en una declaración bautizada «Consenso de Brasilia» que, como punto principal, incluye un acuerdo entre los doce países de la región para elaborar una «hoja de ruta» para la integración suramericana, estancada en la última década.
A la cumbre asistieron los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Gabriel Boric; Colombia, Gustavo Petro; Ecuador, Guillermo Lasso; Guyana, Irfaan Ali; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Surinam, Chan Santokhi; Uruguay, Luis Lacalle Pou, y Venezuela, Nicolás Maduro; y Perú fue representado por el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola.
La «hoja de ruta» será elaborada en 120 días por un grupo formado por los cancilleres y deberá trazar las líneas maestras de un plan para fomentar el comercio y las inversiones, superar asimetrías, eliminar medidas unilaterales y aumentar la cooperación económica, todo con la meta de alcanzar una «efectiva área de libre comercio suramericana».
Asimismo, deberá promover la cooperación en diversas áreas, como salud, medioambiente, defensa, infraestructura, energía, seguridad fronteriza, transformación digital y combate al crimen trasnacional.
VENEZUELA, LAS DISCORDIAS Y UNA «INDISCRECIÓN» DE LACALLE POU
El «Consenso de Brasilia» incluye, en el segundo de sus nueve puntos, un compromiso «con la democracia y los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la justicia social, el Estado de derecho y la estabilidad institucional, la defensa de la soberanía y la no injerencia en asuntos internos».
Este punto despertó resquemores en el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, quien, en su primera intervención en la cumbre, dijo que ese artículo no terminaba de reflejar la situación venezolana.
«Obviamente, no tenemos la misma definición, que creo que es una en la Real Academia Española, de lo que son el respeto a las instituciones, a los derechos humanos y a la democracia», afirmó el presidente uruguayo en un vídeo divulgado en su perfil de Instagram.
Lacalle Pou también le protestó a Lula, quien la víspera, en una reunión bilateral con Maduro, calificó de «narrativas» las críticas sobre la falta de democracia o violaciones de los derechos humanos en Venezuela.
El líder conservador uruguayo dijo que se sintió «sorprendido» con esa calificación y fue respaldado por el socialista chileno Gabriel Boric, crítico de Maduro, quien sostuvo que lo que ocurre en Venezuela no es una «construcción narrativa», sino «una realidad seria».
Fuentes brasileñas consultadas por EFE consideraron la difusión de ese vídeo como una «indiscreción» por parte de Lacalle Pou en una cumbre celebrada a puerta cerrada, pero aseguraron que tampoco quebró «el espíritu» de una cita convocada para discutir «todas las diferencias» e «identificar las coincidencias».
Sobre ese asunto, Lula declaró en la rueda de prensa final de la cumbre que «no es posible que no haya un mínimo de democracia en Venezuela», ya que el chavismo ha convocado casi treinta elecciones en los últimos veinte años y, aunque ha ganado casi todas, otras las ha perdido.
Aún así, aseguró que Brasil hará «lo que pueda para contribuir con el fortalecimiento de la democracia en Venezuela».