Subsidio del diésel | Por Isaías Márquez

Por Isaías Márquez

Importunamente, es de estimarse, puesto que casi toda Venezuela depende de esta tecnología, Pdvsa ha eliminado el subsidio al diésel para el sector industrial; beneficio que aun cuando  implicaba un costo de cero, todavía  escaseaba  y ya era per se,  más costoso por tener que apelar por el mercado negro, mafia del crimen organizado, de trama oficialista básicamente, que pone precio a la distribución del mismo, porque es de suponerse que todo empresario industrial debe disponer de un capital cuantioso y reservas  para atender contingencias; como por ejemplo, la de escasez de combustible cualesquiera sean las razones, justificables o no, como en la situación de desgobierno que nos ocupa hoy por hoy, cuando grupos delictuales autorizados administran bienes de primera necesidad para la población, tal y como es el caso del combustible tan imprescindible en la industria agropecuaria, razón por la cual los productores de los cereales más importantes para la dieta del venezolano (arroz, maíz y sorgo para el ganado, fundamentalmente) manifiestan un hondo  malestar en virtud del ajuste de su precio a unos  USD0,32/litro.

La escasez de combustible no constituye una de las causas, aunque no de las relevantes, aparte de la electricidad y las invasiones, que impiden la recuperación de la producción industrial del sector privado. Pues, la última encuesta de coyuntura de Conindustria evidencia que durante el I-trimestre 2023 el sector estuvo operando algo por debajo de un 31 por ciento de su capacidad instalada.

El aumento del diésel presume, entre otros, un “duro golpe” para el sector agropecuario venezolano; asunto que nada se relaciona con las sanciones, sino con indiscreción política del régimen, simple y evidentemente. Una matriz energética operativa es fundamental para toda industria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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