El movimiento cultural de Valera se ha desarrollado desde hace muchos años y décadas, muchas lunas han pasado, las cuales han brindado un amanecer repleto de conocimientos, de actividad, de compromisos, de luchas sociales, todo en favor de una sola causa: la cultura. Esa cultura que de apoco se fue asentando, encontrando acomodo y lugar en una urbe necesitada de espacios para su desarrollo.
Luego de mucho buscar, de mucho trajinar, de ir de un lado a otro, a veces sin rumbo fijo como barco a la deriva, por fin, una luz se pudo observar en un viejo sótano, un lugar nada agradable, pero era lo que había y se tuvo por necesidad de echar mano de él para que la actividad y el movimiento cultural de la ciudad tuviese un lugar donde agruparse, donde exponer su arte, hacerse sentir y expresar todos sus conocimientos. Así, con migajas comenzaba el linaje y aprendizaje cultural en el Sótano del Concejo Municipal.
Años primarios
Corrían los años de la década de los 70 cuando este movimiento cultural ya hacía de las suyas, eran constantes las diversas manifestaciones, pero el apoyo era muy poco, el respaldo por aporte de las autoridades correspondientes muchas veces fue nula. Aún así, la lucha continuó, nunca desmayaron, se caían y volvían a levantarse, le cerraban una puerta y tocaban otra, andaban del timbo al tambo. Pero esa lucha valió la pena.
Los años 70 y 80 fueron décadas donde se comenzó a manifestar con mucha fuerza el ajetreo cultural, el cual con los años se fue incrementado. Pero en aquellos años el lugar que les habían encontrado era el abandonado y mugriento Sótano Municipal, lugar que en esos tiempos no era nada agradable ni mucho menos funcional, para entrar a él había que utilizar máscaras o tapabocas, equiparse muy bien para evitar contaminarse con las aguas negras que brotaban de sus tuberías y filtraciones de sus paredes que inundaban el piso. Era un lugar lleno de cualquier tipo de alimañas. Cada vez que las cloacas se tapaban, el olor era tan insoportable que muchos valeranos que tenían que pasar por los lados del Sótano, preferían hacerlo por la acera de enfrente para no tener que encontrarse con aquellos desagradables olores que no eran precisamente a flores.
Lucha y aguante
Pero como hemos dicho anteriormente, la lucha y el aguante valieron la pena. Luego de meses aguantando todo aquel mundo subterráneo lleno de miserias, basura y otros, se logró una gran victoria, en la cual logró jugar un papel fundamental, la Fundación para la Cultura y Acervo Histórico del entonces distrito Valera y la Federación de Centros Culturales, en esos años, el Concejo Municipal procedió y luego de tantos reclamos, huelgas y protestas, a reacondicionar las mencionadas instalaciones.
Gracias a esa lucha, comenzó a cambiar el rostro del Sótano Municipal, y por ende el rostro del movimiento cultural. Dichas instalaciones que lograban cierta comodidad, servían de asiento de diversas instituciones culturales, inclusive contando con un amplio auditórium con capacidad para 300 personas, sala de conferencias y exposiciones.
Extraordinaria y ejemplar labor
Para esos años, el entonces distrito Valera, se veía nutrido de una extraordinaria y ejemplar labor en el campo de la cultura popular. Eran agrupaciones que habían logrado realizar una loable actividad en barrios y urbanizaciones populares que conformaban nuestra urbe. Este trabajo con las comunidades era reconocido a lo largo y ancho de la geografía regional y nacional.
Fue una época donde se recogieron buenos frutos, como el de aquella Cámara Edilicia la cual otorgaba subsidio a más de 25 grupos culturales, siendo el único Concejo Municipal en Venezuela, que brindaba recursos económicos a tan elevado número de grupos populares.
Además de este apoyo económico, hay que destacar la preocupación puesta de manifiesto durante la gestión del Dr. Jacob Sénior, al hacerse realidad una vieja aspiración del Movimiento Cultural, como era lo relacionado al reacondicionamiento de dicho Sótano Municipal, y que él denomino como: el centro de aprendizaje cultural de Valera.
Se dignificó la cultura
“En dicho Sótano, se logó desarrollar una significativa labor dirigida a la colectividad en general a través de la implementación de diversos talleres de formación entre los que se destacaron: música, danzas, folklore, creatividad infantil, artesanía, artes plásticas, entre muchas más, las cuales lograron dignificar a la cultura valerana. Fueron momentos duros, pero muy duros los que se debieron sortear, pero había una gran unión, mucha fuerza y compromiso, el movimiento cultural de entonces se hizo fuerte y se convirtió en un pilar de aquella Valera soñadora. Esa unión pudo lograr muchas cosas favorables para la cultura y para la ciudad. Recuerdo que una vez recibimos un ofrecimiento desde la parroquia La Puerta para que nos instaláramos allá, nos brindaron todas las comodidades tanto logísticas como materiales para que fuese La Puerta el gran centro de operaciones de la cultura del municipio Valera. Eso hizo reflexionar a las autoridades del Concejo Municipal quienes abrieron los ojos y comenzaron a ver a la cultura de otra manera”, rememora el cultor popular y partícipe de aquellos escenarios, Alfredo Matheus.
Lugar de conocimiento integral
Con el trascurrir de los años, esta génesis dela aprendizaje cultural municipal fue mejorando considerablemente, las mejoras de a poco fueron llegando, aunque siempre faltaba medio para completar un real, aún así las actividades siempre se mantuvieron firmes.
Todo aquello que se vivió y contribuyó a facilitar el desarrollo cultural de nuestros pueblos es una digna labor de patria. De allí que las instalaciones del Sótano Municipal se fueron convirtiendo en lugar para la tertulia y el conocimiento integral, en brindarle a propios y extraños las posibilidades de elevar su formación en los diversos campos de la cultura, la educación y el arte popular.
Gracias a esa lucha comenzó a cambiar el rostro del Sótano Municipal y por ende el rostro del movimiento cultural.
Repensar a
Valera es…
Saber que, Hoy en día en el Sótano se mantiene una gran cantidad de asesores y promotores culturales que brindan apoyo a las diferentes agrupaciones de la ciudad, se dictan talleres, charlas y foros. Se alberga otros tipos de actividades igualmente muy útiles para la ciudad como la Fundación del Niño, Coordinación Cultural de la Alcaldía, entre otros organismos y fundaciones. Pero aún por allí hay muchos personeros que pueden dar fe de lo que en épocas pasadas fue y significó ese recinto, aposento del desarrollo cultural del municipio. EHG.