Son casi 150. Durante más de un lustro, la cifra de venezolanos en los entrenamientos primaverales de las Grandes Ligas ha rozado esa cifra. A pesar de la crisis social y económica del país, a pesar de que la mayoría de las organizaciones de las Mayores se marcharon de allí, prefiriendo la República Dominicana como base única de operaciones en el Caribe, una constante producción de peloteros continúa en la tierra de Luis Aparicio y Miguel Cabrera, sin que nada pareciera afectarla.
En esta ocasión suman 148, después de las últimas firmas, dos con los Gigantes de San Francisco, que hace días incorporaron al utility Yangervis Solarte y al patrullero Gerardo Parra, y finalmente la de Marwin González con los Mellizos de Minnesota. Contando a los jugadores protegidos en los rosters de 40 y aquellos que cuentan con invitaciones, únicamente los 206 representantes de Quisqueya forman una embajada más importante en la MLB.
Delegación brillante
Se trata de una delegación brillante. Entre Cabrera y José Altuve suman siete títulos de bateo y tres premios al Jugador Más Valioso. Salvador Pérez y Ender Inciarte vienen de recibir nuevamente el Guante de Oro. Altuve, Pérez, David Peralta y el pitcher Germán Márquez se llevaron el Bate de Plata. Más de un centenar de bigleaguers nacidos en Venezuela vieron acción en la gran carpa en 2018. Es otro hito exportador que apenas rebasan los dominicanos. Y el grupo incluye una interesante dosis de sangre joven, que promete robarle atención a Cabrera, en su búsqueda de los 500 jonrones, y a Félix Hernández, que intenta recuperar su estatus estelar de anteriores épocas con los Marineros de Seattle. Ronald Acuña viene de conquistar el Novato del Año en la Liga Nacional y Gleyber Torres ocupó la tercera casilla en la votación de ese galardón en la Liga Americana. Y para esta oportunidad asoma como candidato un lanzador zurdo nacido en Lima, Perú, con nacionalidad venezolana gracias a sus padres, que ya usó la bandera con las franjas amarilla, azul y roja en el último Juego de Estrellas del Futuro, llamado Jesús Luzardo. El joven serpentinero con 21 años de edad es el prospecto número uno de Venezuela en el escalafón de MLB Pipeline. Tiene las herramientas, dicen los scouts, para adueñarse de un lugar en la rotación de los Atléticos de Oakland y, con el correr del tiempo, llegar a ocupar el lugar que ahora tiene Carlos Carrasco, el as entre sus compatriotas, legítimo sucesor del Rey Félix y baluarte de los Indios de Cleveland. Dominicana todavía domina como el país que más peloteros envía a Estados Unidos en cada primavera. Pero la lista del que escolta a los quisqueyanos es notable también.