Por: Franklin Ramírez
Desde hace un poco más de 64 años, cuando aquel esperanzador 23 de enero de 1958, conmocionó nuestra capital, por tan esperado suceso: “el derrocamiento de la dictadura y el alumbramiento de la deseable democracia” la sociedad civil organizada, ha jugado un papel preponderante en la construcción de un nuevo estado democrático y de derecho, apuntalando la independencia de los Poderes Públicos, la supremacía de la Constitución como norma rectora de todo el ordenamiento jurídico y abogando por el ejercicio pleno de sus derechos fundamentales, por tan solo nombrar parte de su injerencia en la edificación de la Venezuela post dictadura.
Para nadie es un secreto, la actual situación política que vive nuestro país, sin contar el grave entorno económico que padecemos los venezolanos, empero, hablemos de lo primero, nuestros actuales dirigentes políticos: Gobernadores, Alcaldes, Diputados, Legisladores y Concejales, me refiero a la “seudo oposición” que hace vida activa con el actual régimen democrático, o que al menos así lo aparenta, cuando de sus discursos, actos y comportamiento de sus abanderados y representantes políticos, deja al descubierto, toditas sus costuras.
La presente situación se ha deteriorado en los últimos años, y ha sido más evidente la falta de liderazgo serio y confiable, donde la mayoría de los venezolanos, no se sienten representados por sus antiguos partidos políticos, mostrando la suficiente apatía o desidia sobre los temas electorales, gremiales y sindicales, ya están cansados de tanta (politiquería), durante los cincuenta años de democracia, fueron utilizados, engañados y fustigados, con discursos populistas, preñados de esperanza, pero que nunca obtuvieron lo que sus discursos prometían, siendo los del cogollo (intereses partidistas) los privilegiados, mientras que los guarismos de la desigualdad y la miseria se extendía en el resto del país.
Con el devenir de los años y como consecuencia de lo anterior, el discurso populista se incrementó, distorsionando la mente de los venezolanos, con ideología marxista, anacrónica y fracasada, dando paso a un régimen democrático que se afianzó en el poder para conseguir por la fuerza, lo que no pudieron conseguir con la voluntad de los venezolanos, destruyendo todo lo que tocan, pasando por la mayor empresa exportadora de petróleos del mundo, hasta la destrucción de las instituciones democráticas, el estado de derecho y de justicia, siendo el deterioro tan grande, que ha tocado la mente y la integridad de su gente, los ha trastocado, suprimiendo su auto estima, alimentándolo de desilusión y desesperanza, borrado de su mente la posibilidad cierta de cambio, siendo afortunadamente, el número de seguidores (ciegos, sordos, mudos) cada día menor, que escasamente representan menos del 15 por ciento del patrón electoral.
Sin embargo lo que quiero expresar, va dirigido para toda la sociedad civil venezolana, por cuanto somos mayoría y debemos combatir el discurso degenerativo, con ideas positivas, llenas de optimismo, civismo, inclusión y democracia, utilizando todos los canales y medios disponibles para divulgar información saludable, compartiendo lo que sume, lo que alimente al alma, rescatando nuevamente la fe, la esperanza y el amor, como lo contempla la carta de Pablo a los Corintios (1.13;13) es ahora, la lucha es constante hasta conseguir la victoria, el mayor compromiso de jóvenes profesionales, probos, con ganas de libertar y conquistar el legado dejado por el más grande mentor de esta tierra. Simón Bolívar, El Libertador.
Dejemos de criticar al opositor y asumamos su postura desde nuestros zapatos, dejemos de retuitear al gobierno, (no caigamos en su juego macabro, que nos distrae, nos mantiene ocupados y nos hace perder el norte) compartamos información de contenido, valioso, productivo, debemos asumir el compromiso por nuestro país, delegado por años en nuestros políticos y abanderados, es deber como venezolanos, asumir las riendas en la conducción de nuestro destino y detener el franco deterioro imperante que nos ha llevado a la actual situación, debemos tomar con responsabilidad, coraje y determinación, la política pública, para brindarles, en un futuro inmediato, a las próximas generaciones, un país productivo, libre y una mejor calidad de vida a los venezolanos.
Abogado litigante
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