Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)
Es muy bien conocido que con la edad y/o la formación, se adquiere experiencia sobre la vida, aunque eso no se cumple de manera inexorable, es decir, hay personas que tienen edad avanzada y han asimilado muy pocas experiencias, y por el contrario, hay personas jóvenes que a pesar de su poca edad han asimilado muy buenas experiencias. Pero en términos generales, con la vida se adquiere experiencia y frecuentemente esa experiencia es dolorosa…¿Cuántas veces hemos querido retroceder las manillas del reloj para remontarnos a años anteriores con la experiencia y formación que tenemos ahora para no haber cometido los errores que cometimos?…En la obra ‘Vera o los Nihilistas’ (1880) del gran escritor irlandés Oscar Wilde (1854-1900), el Príncipe Pablo Maraloffski dice: “Experiencia es el nombre que los hombres dan a sus errores. Yo nunca cometo ninguno” (Acto II)…Wilde se caracterizaba por su fino humorismo en sus obras, pero la triste verdad es que toda persona comete errores.
Es muy frecuente que durante la juventud y gran parte de la adultez, las personas vivan aguas turbulentas en su mente que les inducen a cometer innumerables errores, y solamente cuando se llega a una edad avanzada y esas aguas se tranquilizan y decantan, y la tierra se sedimenta y el agua se aclara, la persona se percata de los múltiples errores cometidos no solamente en el plano personal, sino en el plano político. Pero ya no hay nada que hacer porque es imposible borrar el pasado. Además, lo más terrible es que cada persona creía que actuaba de la manera más correcta en ese momento de su vida tanto en lo personal como en lo político, pero solamente con el tiempo y la experiencia adquirida se percata de que tenía ideas y prácticas equivocadas. Entonces lo más prudente a todas las edades es que cada persona conceda un margen de duda a las creencias que pueda tener, porque en el futuro puede comprobar que sus ideas eran equivocadas.
La cuestión de la vejez y el malestar con el propio pasado es muy importante porque según autores como el conocido psicólogo estadounidense Martin E. P. Seligman (nac. 1942), es uno de los factores que más puede incidir en el grado de felicidad de una persona. Este autor plantea en su obra: ‘Felicidad Auténtica’ (2002) que una persona debe deslastrarse de las experiencias traumáticas del pasado (Véase el Capítulo 5: ‘Satisfacción con el Pasado’). Para ello, Seligman recomienda “comprender” lo que ocurrió en el pasado personal y superar los traumas sufridos para que no incidan en el posible proyecto futuro de felicidad de una persona y recomienda algo así como: “Reconciliarse con el propio pasado” (1).
Por otra parte, muchos autores clásicos griegos y romanos son una fuente imperecedera de sabiduría y ellos insistían en que todo aprendizaje bueno implica esfuerzo y sacrificio. Veamos algunos ejemplos. El poeta épico griego Hesíodo (Siglo 8 A. de C.) en su obra: ‘Los Trabajos y los Días’ dice: “Es fácil tener en abundancia las cualidades inferiores, porque su camino es suave y cerca del caminante. Pero los dioses pusieron el sudor en el camino a las cualidades superiores: Largo y empinado es el sendero que a ellas conduce, y áspero en sus comienzos; pero cuando se llega a la cumbre, entonces resulta fácil por duro que sea” (Líneas 287-292). (2).
El poeta griego Teognis (siglo 6 A. de C.) escribió: “Las buenas compañías te edificarán; si te juntas con los malos, hasta el buen sentido que tengas lo perderás” (3). Otro autor: Epicarno de Siracusa (aprox. 530-440 A. de C.), autor de comedias, escribió: “El dolor es el precio que los dioses requieren que paguemos para obtener beneficios” (Fragmento 36, Diels-Kranz). También escribió: “Bribón, no busques el facilismo para que no tengas que sufrir lo duro” (Fragmento 37, Diels-Kranz). De manera similar, el gran dramaturgo griego Esquilo (525/524-456 A. de C.) en su tragedia ‘Agamenón’ dice: “Zeus ha decretado que los hombres para adquirir sabiduría tienen que sufrir” (dicho por el Coro, estrofa 3, líneas 176-179).
Estos autores tienen muchísima razón: La vida es un aprendizaje, la mayoría de las veces doloroso, o muy doloroso. Ese aprendizaje obviamente proporciona experiencia, pero algunos autores como el escritor argentino José Ingenieros (1877-1925) en su obra: ‘El Hombre Mediocre’ (1913) es demasiado drástico y cáustico cuando juzga a los viejos. Esa obra es muy discutible en muchos aspectos, pero en el Capítulo 6 hace una crítica tan demoledora contra las personas ancianas, que resulta demasiado obvio que exagera la nota. Es verdad que con la edad se pierden facultades, sobre todo memoria, aumenta el riesgo de Alzheimer, se pierde salud y condiciones físicas, etc. Pero repito que las personas con la edad muchas veces (no siempre) adquieren una experiencia que no se puede comprar en una bodega o una farmacia. Hay personas jóvenes que tienen la sabiduría de escuchar consejos a personas con más experiencia y formación y eso es valedero en todo, no solamente en la vida personal sino también para las políticas de un gobierno concernientes a todo tipo de desarrollo…Hay que escuchar a las personas con formación y experiencia, bien sean personas con edad avanzada o bien sean relativamente jóvenes.
NOTAS: (1) Martin E.P. Seligman (2002) ‘Authentic Happiness’. Free Press. New York. Chapter 5 ‘Satisfaction About the Past’. (2) Me he basado en la edición de ‘Hesiod Theogony and Works and Days’. A New translation by M.L. West. Oxford World Classics. Otras traducciones en vez de ‘Bajeza’ traducen ‘Maldad’ y en vez de ‘Superioridad’ traducen ‘Virtud’. Yo he preferido escoger los términos ‘Bajeza’ y ‘Superioridad’. (3) Citado en Jenofonte ‘Recuerdos de Sócrates’, Libro I, Sección II.