Uno de los autores más contradictorios y difíciles de analizar ha sido el escritor francés conocido como el Marqués de Sade (1740-1814).
Su nombre dio lugar al término ‘sadismo’ que tiene varias acepciones. Veamos las tres definiciones de sadismo que da un importante diccionario: “1) La obtención de satisfacción sexual, o la tendencia a obtener satisfacción sexual, al causar dolor físico o emocional a otras personas. 2) La obtención de placer, o la tendencia a obtener placer, por medio de la crueldad. 3) Crueldad extrema” (1).
Indudablemente el Marqués de Sade fue un depravado sexual y sus obras en muchos aspectos son literalmente repulsivas, no solamente por el ‘sadismo’, sino por las perversiones sexuales. No obstante, el Marqués de Sade, durante la Revolución Francesa (1789-1799) tuvo poder y pudo ser muy cruel y vengativo, pero de manera sorprendente fue compasivo.
El gran escritor francés Gustave Flaubert (1821-1880) lo admiraba mucho, y otros autores franceses eminentes como Roland Barthes (1915-1980) y Simone de Beauvoir (1908-1986), estudiaron muy seriamente su vida y sus obras.
Sade era de la llamada ‘Nobleza de Espada’ y provenía de un antiguo linaje aristocrático. En algunas biografías se dice que su madre nunca le brindó cariño y se piensa que eso influyó en su psicopatología y su animadversión hacia la mujer considerada como ‘madre’. Su padre fue un libertino bisexual que tuvo problemas legales por sodomita, y su tío por el lado paterno, era abad y fue un famoso libertino que siempre tenía varias prostitutas en su castillo. La sodomía, en teoría, estaba severamente sancionada, pero en la realidad el libertinaje sexual y la sodomía, eran muy frecuentes en el medio social de la nobleza. Por ejemplo, el Rey Luis XV (1710-1774), que fue rey desde 1715 hasta 1774, tenía un burdel particular de muchachas jovencitas. Durante los estudios de su niñez, Sade frecuentemente fue flagelado y probablemente sodomizado. El hecho cierto es que Sade era bisexual. En sus obras Sade frecuentemente hace alusión a lo que se denomina ‘algolagnia’ (del griego ‘algo’: dolor y ‘lagneia’: lujuria). Es decir, el placer sexual asociado al dolor físico. Por eso en sus obras muchos personajes piden ser flagelados.
Por otro lado, Sade era bastante culto y un gran orador. Tenía un gran magnetismo personal y podía ser encantador en su trato personal con mujeres y hombres. También se considera que como escritor era bastante brillante. Asimismo, tenía una gran capacidad para actuar, fingir y aparentar lo que en realidad no sentía. En 1763 Sade se casó con Pélagie Montreuil, que durante muchos años se sacrificó por él. La familia Montreuil pertenecía a la llamada ‘Nobleza de Toga’, es decir, la burguesía enriquecida que compraba títulos nobiliarios y ascendía socialmente. Al principio los Montreuil estaban encantados con el matrimonio de Pélagie con Sade. Pero desde muy joven Sade incurrió en orgías sexuales y escándalos. Contrataba a muchachas jóvenes y las obligaba a cometer perversiones sexuales y luego les daba mucho dinero para que se callaran. Desde 1763 comenzó a tener problemas con la justicia y varias veces le dictaron orden de arresto y lo encarcelaron, pero se fugaba a Italia. No obstante, regresaba a Francia y de nuevo incurría en escándalos sexuales y lo arrestaban. En 1772 tuvo un idilio amoroso con su cuñada Anne-Prospére, la bella hermana de Pélagie, y se fugó fuera de Francia. Pero regresó a Francia y en 1777 lo encarcelaron en Vincennes. En esa prisión estaba también su primo el Conde de Mirabeau (1749-1791), que era un libertino sexual que organizaba orgías y contraía grandes deudas. Luego Mirabeau jugó un importante papel en los principios de la Revolución Francesa. Sade estuvo en Vincennes hasta 1784.
Los escándalos sexuales de Sade y sus encarcelamientos, así como la huida con Anne-Prospére, irritaron mucho a su suegra Madame Montreuil, que utilizó todas sus influencias ante el Rey Luis XVI (1754-1793) para que recluyeran a Sade en la prisión de La Bastilla y no le permitieran salir de ella. Allí estuvo preso desde 1784 hasta 1790. Pélagie tuvo muchos disgustos con su madre durante años por su actitud intransigente contra Sade, pero cuando él salió de La Bastilla, Pélagie ya no quiso continuar su relación matrimonial. Sade se identificó (o aparentó que se identificaba) con líderes revolucionarios radicales como J.P. Marat (1743-1793), M. Robespierre (1758-1794), Saint-Just (1767-1794), Dantón (1759-1794) y otros. No obstante, hay motivos para dudar que se identificaba con las ejecuciones en la guillotina porque en sus cartas privadas rechazaba la pena de muerte. En julio de 1793 Sade fue elegido ‘Presidente de su Sección’ (una de las secciones revolucionarias de París) y tuvo mucho poder durante un breve tiempo. En ese cargo demostró capacidad organizativa, gerencial y administrativa. En realidad pudo vengarse fácilmente de los Montreuil, pero por el contrario, hizo todo lo que pudo para salvarlos y logró que no los guillotinaran. Escribió a su amigo Gaufridy refiriéndose a los Montreuil: “Son unos desgraciados (…) a quienes si quisiera, podría destruir con una sola palabra, pero me compadezco de ellos, les pago con desdén e indiferencia todo el mal que me han hecho” (2).
Marat murió apuñalado por Carlota Corday (1768-1793) el 13 de julio de 1793, y Sade pronunció ante miles de personas el discurso de oración fúnebre para Marat, y demostró que tenía una impactante oratoria. Sin embargo, Sade era de origen noble y además era ateo, mientras el implacable Robespierre era deísta, y el 5 de diciembre de 1793 Sade fue encarcelado con el argumento de que era “demasiado moderado” con los enemigos contrarrevolucionarios. El 26 de julio de 1794 el temible fiscal Fouquier-Tinville (1746-1795), que cumplía las órdenes de Robespierre, redactó una lista de 28 “enemigos del pueblo” para ser guillotinados y Sade estaba entre ellos, pero por un error burocrático lo buscaron en una cárcel donde no estaba y por eso no lo pudieron guillotinar. El 27 de julio de 1794 una coalición de legisladores detuvo a Robespierre, Saint-Just y decenas de sus partidarios y el 28 de julio fueron guillotinados. Sade quedó en libertad el 15 de octubre de 1794, pero el 6 de marzo de 1801 volvió a ser arrestado. El motivo fue que Sade publicó en 1800 de manera anónima, un panfleto libertino titulado: ‘Zoloé y sus dos Acólitas’ en el cual de manera muy obvia hacía referencia a Napoléón Bonaparte (1769-1821) y su esposa Joséphine de Beauharnais (1763-1814). Aunque era anónimo, rápidamente se supo que el autor era Sade, y Napoléon se indignó mucho y ordenó su detención con el argumento de que era el autor de obras muy indecentes…¡Evidentemente Sade no tenía temor de meterse en problemas!…Luego Sade fue trasladado al asilo de locos de Charenton donde organizó obras teatrales hasta que falleció en 1814.
Diversos autores han señalado que es difícil entender a Sade, porque en muchas de sus cartas personales expresaba que era partidario de la libertad, la igualdad, la justicia y los valores para convivir en comunidad. Pero en sus obras, como por ejemplo: ‘Justine o los Infortunios de la Virtud’ (1791), ‘Juliette o la Prosperidad del Vicio’ (1798) o ‘La Filosofía en el Tocador’ (1795), plantea que el humano es cruel por naturaleza y que los gobiernos no deberían reprimir esa crueldad del más fuerte contra el más débil. En sus obras trata de justificar el libre desenfreno de los más brutales instintos para obtener placer a costa del sufrimiento de otros. Entonces es difícil dilucidar cuáles eran las verdaderas ideas de Sade.
Por otro lado, el ‘sadismo’ no necesariamente es sexual, y en un artículo que publiqué en este diario el 10 de abril de 2005 titulado: ‘Sadismo y Jerarquía del Poder en la Sociedad’, vimos que muchas personas cuando desempeñan cargos de poder, manifiestan un sadismo hacia los subalternos y gozan humillándolos. En general, algo muy frecuente en las dictaduras es el sadismo de muchos funcionarios. NOTAS: (1) Pag. 1531 en ‘The American Heritage Dictionary’ (2000). Hougton Mifflin Co. (2) Pag. 577 en Francine du Plessix Gray (2002) ‘Marqués de Sade. Una Vida’. Ediciones B.
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