Los comerciantes recaudan hasta 600.000 bolívares semanales, por concepto de mantenimiento y mejoramiento del área, pero el mercado sigue en las mismas condiciones de hace cinco meses. Actualmente los involucrados combaten la contaminación y la inseguridad
Los buhoneros del municipio Valera, en el estado Trujillo, cumplieron cinco meses de haber sido desalojados de las calles y trasladados a los terrenos del nuevo mercado, ubicado en el centro. Las condiciones del lugar no han cambiado. No hay techo, no han asfaltado y no tienen cercado adecuado.
Rogelio Carrizo, representante de la Asociación Civil de Vendedores de Verduras y Frutas, del Mercado La Paz, comentó que aún se adecúan a la legalidad. Son 320 verduleros, quienes están en vías de conformar sus empresas y firmas personales. El declarante señaló que dirección de Economía Informal, de la Alcaldía, ha sido diligente, pues ha trabajado con ellos de cerca. Sin embargo, dejó claro que son innumerables los compromisos con los buhoneros.
“La gente está contenta con el despeje de las vías, ahora vamos a resolverles a los buhoneros, que queremos dignificar este espacio como un área comercial con criterios de crecimiento. Queremos que se levante el proyecto para unos locales, que se nos haga el techo, entrar en un proceso de bancarizar, pues el 80% no posee ese sistema, la formalidad de los registros” detalló.
Señaló, además, dos de los problemas nuevos del mercado: la inseguridad y la insalubridad. Desde noviembre hasta febrero, han ocurrido 21 hurtos en el lugar; y se mantiene un foco de contaminación en la entrada, debido a los contenedores donde depositan los desechos.
“Lo hemos argumentado, no es conveniente tener esos contenedores ahí. Ya hemos pedido se cambie. Es un foco de contaminación, pues cerca están los baños. Igualmente, vamos a conversar en la próxima reunión, el tema del asfaltado y consolidar el cercado. Ahorita está expuesto el paso. Les hicimos llegar 21 casos de robos y necesitamos vigilancia privada”.
Carrizo comentó que los comerciantes cancelan, por concepto de mantenimiento y mejoramiento de las áreas, 500 bolívares semanales (600.000 mensuales). Esto se gasta en el pago de camiones para la basura, un camión cisterna (al mes) para la limpieza, cinco personas para barrer, cuatro vigilantes que fueron removidos por su complicidad de los delitos y otros gastos. Hasta ahora, explica, les han rendido cuentas y no ha habido irregularidades en el manejo de los recursos.
Wilbert Camacho, representante de la Asociación de Emprendedores y vendedores de mercancía seca, comentó que de las peticiones acordadas con los vendedores de ropa y calzado, solamente el 10% se han cumplido. En su área, de 302 locatarios quedan 90. Se retiran por las malas condiciones del terreno.
El piso de piedras, recordó, ha causado que varios comerciantes se enfermen de la garganta o contraigan infecciones. Aunado a la inseguridad por la falta de portones y la presencia de los revendedores en los alrededores. Ellos no se han quedado de brazos cruzados, a la par de las actuaciones con la Alcaldía, han conversado en varias asambleas para cancelar 1500 semanales, por concepto de mejoras.
Inestabilidad jurídica
No obstante, es necesario recordar que existe inestabilidad jurídica en el terreno del nuevo mercado. Muchos comerciantes, en especial de mercancía seca, no quieren invertir en algo que podrían perder. En conversación con alguno de ellos, explicaron que podrían construir sus propios locales, pero no se arriesgan para no quedar “sin el chivo y sin el mecate”. El terreno se mantiene en un litigio por expropiación, que no ha tenido un fallo.