La Asociación de Peloteros no está de acuerdo con la rebaja salarial que espera conseguir la MLB, aunque las primeras discusiones para aprobar un plan que permita jugar la temporada 2020 se han extendido, y en cierto modo se han trabado, por los temores de jugar en plena pandemia de covid-19. Los equipos aprobaron el lunes el proyecto elaborado por el comisionado Rob Manfred, pero uno de los aspectos claves habla de una reducción de ingresos para los jugadores, lo que es mal visto por el sindicato. Ya Ken Rosenthal publicó en The Athletic que los recortes por ahora son inviables para la unión. Algunos medios estadounidenses han señalado que a los peloteros les disgusta especialmente lo que ven como un cambio a las condiciones previamente aceptadas por las partes.
El adicional no convence
En marzo, la Gran Carpa pidió a la asociación que aceptara un prorrateo de los salarios. Entonces hubo consenso. Ahora, además de prorratear, piden una rebaja adicional, ante la perspectiva de no poder cobrar entradas en los estadios, ya que se jugaría sin público. La reducción sería a través de un plan para compartir los ingresos que puedan generarse en la zafra recortada.
Analistas como Arturo Marcano sugieren que, al filtrar el plan para jugar, la MLB ha puesto contra las cuerdas a los jugadores, que perderán la batalla de la opinión pública si se niegan a retomar las actividades. Algunas versiones agregan que, a estas alturas, los equipos perderán menos dinero que los peloteros si no hay acción, lo que les daría una posición de poder adicional en la negociación. La primera parte de las conversaciones se han centrado mayormente en cómo pudieran los clubes entrenar, jugar y viajar sin exponerse al nuevo coronavirus. MLB debe presentar propuestas en ese sentido, para conseguir el apoyo de la asociación.