Juan Carlos Alvarado, secretario general nacional de Copei, arribó este domingo 8 de noviembre a tierras trujillanas a imponer la «voluntad centralista» de la Junta Ad Hoc designada por el Tribunal Supremo de Justicia.
Alvarado también cree que «Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra».
En su intervención, que cerró la reunión vespertina nocturna celebrada en un conocido hotel de Valera, y antes de lanzar la poderosa granada explosiva fragmentaria, el jerarca copeyano desmeritó y devaluó -excepto una- todas las declaraciones y opiniones que le precedieron: la de Néstor Rives, José Hernández, Adolfo Pérez Bacca, Pablo Mujica, José Gregorio Vethencourt y Henrris Peña. También la de un familiar de Hernán Castellanos, exalcalde socialcristiano del municipio Pampán. Solamente ensalzó lo expresado por Víctor Jérez, proyectándolo favorablemente en el contexto político partidista y en su formación profesional.
«Es una pequeñez»
No fue del agrado de Juan Carlos Alvarado, el venir al estado Trujillo para hablar de candidaturas de Copei a la Asamblea Nacional.
Según él, hay asuntos más importantes que abordar en Venezuela, de modo que, de acuerdo a su criterio, «es una pequeñez hablar de candidaturas».
Además, de cara a los venideros comicios parlamentarios -dijo-, los aspirantes por Copei los nombra la Dirección Nacional. No las regiones. «Centralismo puro», en pocas y resumidas palabras.
Ahora, yo le pregunto: ¿Si tratar el tema de las candidaturas «es una pequeñez», entonces por qué se empeñan y esmeran tanto en ponerlas «a dedo» desde Caracas?
«He aquí el detalle», comentaría el muy recordado actor y comediante mexicano Mario Moreno, sí, el popular, extraordinario y mítico Cantinflas.
Primero las instituciones
Para Juan Carlos Alvarado, «primero son las instituciones y no las personas».
Con tal aseveración pisoteó, pateó, escupió y lanzó al pote de la basura el criterio cristiano de que, después de Jehová, lo más importante son el hombre y la mujer, porque son creación de Dios, del Padre Nuestro, tal cual lo describe y relata en detalles el libro de Génesis en el Antiguo Testamento de las Sagradas Escrituras.
Alvarado olvida -al parecer lo hace adrede, a propósito- que por intermedio de hombres y mujeres que sean decentes y honestos, que actúen apegados a férreos valores morales y estrictos principios éticos; de esa manera son fortalecidas las instituciones.
No es al revés. Las instituciones no hacen fuertes al género humano. No. Es la humanidad la que, al proceder nutrida por las firmes enseñanzas cristianas, cimenta y fundamenta unas buenas, eficientes y sólidas instituciones públicas y privadas. He ahí la esencia de la doctrina cristiana y del principio humanista.
Juan Carlos Alvarado, por favor, lea la Santa Biblia y revísela con detenimiento.
Le informo que en el Nuevo Testamento, específicamente en el libro de San Juan 8:32 aparece esta extraordinaria afirmación de Jesucristo: «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».
Es Víctor Jérez y no JH
Al culminar la desigual reunión copeyana donde la cúpula centralista escuchó; pero al final habló, desmeritó las opiniones que no le favorecían, e impuso.
Sí, al terminar, en las afueras del salón, Juan Carlos Alvarado manifestó que, por el territorio trujillano, el joven abogado Víctor Jérez y no José Hernández, encabeza la lista de diputados a la Asamblea Nacional por la alianza que integran Copei, Acción Democrática, Avanzada Progresista, Cambiemos y El Cambio.
«Víctor Jérez es el primero en la lista, y si él no acepta, pondremos a otro», sentenció sin derecho a réplica, a la defensa ni a pataleo.
Significa que por decisión de Alvarado y de Miguel Salazar -presidente nacional de la tolda verde-, pasándole por encima al Comité Regional de Copei; José Hernández fue «ponchado» en términos beisbolísticos, y «guillotinado» si aplicamos la jerga de la sangrienta Revolución Francesa del siglo XVIII.
JESÚS SEGOVIA
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