Cada gobierno uno tras otro, quinquenio tras quinquenio, todos han sostenido durante los últimos 80 años de la historia republicana ,el idéntico criterio de la agricultura de puertos, sin diferenciarse en absoluto de las políticas del antecesor gobernante, todo guarda la continuidad de un rígido hilo conductual de una política construida sobre la base de la disposición de apropiarse de fabulosas riquezas en divisas de la nación, en nombre del Estado construyen sus acomodaticias políticas con el propósito de ser financiadas y otorgadas en condiciones preferenciales, decisiones con vulgares maniobras administrativas del poder ejecutivo y las autoridades de turno del BCV , las divisas son asignadas sin ningún control a una casta de cazadores rentistas apuntalados por la burocracia servil de los gobiernos de turno con la justificación que en el país no existe la capacidad productiva agrícola para garantizar el suministro alimentario de su población, por ello nos son diferentes, son las familias de siempre de la burguesía nacional, hoy con caras frescas con el legado de” los enchufes “de los jóvenes de ayer, similar comportamiento de la lección aprendida , cometer el latrocinio ,en apropiarse de las riquezas de la nación, llevarlas al “”buen resguardo “”, por la permisiva conducta de la autoridades financieras de la Republica , la banca pública y privada en un operación concertada de fuga de riquezas en dólares, euros y oro , que son saqueadas con el aval legalizado ante el mundo financiero, ocurriendo el mayor robo contra las riquezas de una nación, dejándola en condiciones de la mayor pobreza, acción ejecutada con la mayor conducta inescrupulosa y criminal
Ochenta años de gestión de la agricultura de puertos ,financiados con los ingresos en divisas de la renta petrolera, nuestros gobernantes practicaban el inmediatismo, la demagogia como solución de promesas electorales ante una población con altos niveles de pobreza, las crecientes necesidades de demanda de bienes de consumo reales y los creados artificialmente, la cultura de la renta petrolera, nos modelo una práctica social parasitaria, una actividad política clientelar, populista, llegando hasta niveles de imponer un patrón gastronómico foráneo, de la dieta alimenticia y nutricional de la población venezolana, donde el suministro de los alimentos y sus materias primas solo provenían de los grandes países con altos desarrollos agroindustriales.
La demanda desmedida en volúmenes de importación cada vez más crecientes, los agronegocios tomaban como referencia los ingresos de divisas de la renta petrolera, a mayores ingresos de divisas mayores las importaciones de bienes y servicios sin tomar en consideración las demandas reales de la población, anualmente los reportes de importación en materias primas, alimentos procesados eran cada vez mayores los volúmenes, evidenciando una práctica corrupta en sobrefacturación, que denominaron seguridad alimentaria, y hasta recibió en el reconocimiento de la FAO con programas sociales de suministro directo de alimentos , mediante entregas gratuitas o subsidios de los paquetes alimentarios, todos marcando el fiel cumplimiento de la dieta gastronómica que nos fue modelada durante los últimos seis décadas con alto contenido de carbohidratos, harinas y bajos contenidos proteicos.
La gestión agrícola de los gobiernos, los planes de inversión pública en el agro soporte, vialidad, electrificación, sistemas de riego, mejoramiento de viviendas, salud y educación en la zona rurales, la investigación, extensión y asistencia técnica agrícola, los presupuestos nacionales de cartera ministerial agrícola, las decenas de instituciones burocráticas públicas vinculadas desde el poder nacional, regional, establecía en cada quinquenio ,cambio de gobierno o en la revolución rojita , marcó una sostenida tendencia histórica de la desinversión pública hacia el agro venezolano, al analizar los presupuestos nacionales en relación a la inversión en el sector agrícola es marcada en términos cuantitativos y porcentuales la relación con el presupuesto total de la Republica, actualmente la gestión del Presidente Nicolás Maduro y de su actual Ministro de Agricultura y tierras es la mayor desinversión publica en sector de la economía primaria, trasformando el ministerio de los agricultores en un cascaron que no presta ni los servicios de atención y asesoría a los campesinos venezolanos
Hoy ante la actual crisis política, económica, social, donde el actual gobierno que se vio en la obligación de reconocer su fracaso en las políticas de seguridad alimentaria, al suscribir el convenio de aceptar la ayuda humanitaria del Organismo de las Naciones Unidas, para atender millón y medio de niños que recibirán diariamente el suministro nutricional en los comedores escolares, población infantil que es parte de los nueve millones de familias, más del 90 % de la población venezolana que actualmente están pasando hambre ,al no contar con un salario que le permita adquirir los alimentos básicos para la ingesta nutricional diaria suficiente y sustentable para mantener condiciones adecuadas de salud a todos los integrantes de la familia.
Ante el inmenso tamaño de la crisis política, económica, social que padece el pueblo venezolano, como consecuencia del colapso de la renta petrolera, el mal manejo de la industria petrolera, profundizadas con las medidas coercitivas impuestas contra la actual gestión de gobierno por parte de los gobiernos de los Estados Unidos y la Comunidad Europea, agravando las condiciones depauperadas y creciente de la pobreza crítica en toda la sociedad venezolana, ante el hecho histórico que no regresaran jamás la agricultura de puertos, es la agricultura nacional quien recibe ese extraordinario reto ante el País, actualmente es la agricultura familiar venezolana , con sus propios y limitados recursos, con su minimizado aporte de apenas el 5% del PIB, es el sector económico que puede garantizar el suministro alimentario de todos los venezolanos, son los agricultores quienes actualmente ,superando los mayores obstáculos como la escases de combustibles, son el eje fundamental de suministro sustentable de la alimentación nutricional suficiente, sana y organoléptica de los alimentos de la mesa de los hogares venezolanos. Hoy está más vigente el pensamiento del hijo de los cafetales de Zea, Alberto Adriani “Vamos a sembrar el petróleo “¨.
aliriorangel1959@gamil.com
.