En el marco de la Campaña Admirable, Simón Bolívar llegó a Trujillo el 14 de junio de 1813, permaneció 12 días y salió en la mañana del 26 de junio para Boconó. El 15 de junio, firmó en Trujillo el Decreto de Guerra a Muerte.
En ese año 1813, el Teniente Coronel Atanasio Girardot, Comandante de la Vanguardia del Ejército al mando del Libertador, el día 10 de junio, había tomado la ciudad de Trujillo; y encontrándose autorizado por Bolivar, asumió la Gobernación y Comandancia Militar de Trujillo, convocando a la municipalidad, a los prelados regulares y seculares y vecinos en general, a un cabildo abierto, con la finalidad de elegir con carácter interino una autoridad ejecutiva del Estado Trujillo. (Fue la primera elección de un gobernador de Trujillo en Cabildo Abierto, convocado por un oficial de la Nueva Granada, perteneciente al ejército de la Campaña Admirable).
En el mismo acto, Girardot decretó la restitución de todos los bienes muebles y raíces, a los ciudadanos del Distrito a quienes el gobierno español se los había confiscado o embargado. En el texto de las normas que hizo publicar, para “su observancia y cumplimiento», ordenó la recolección de las armas y municiones que estuviesen en manos de los vecinos de la ciudad capital y los “pueblos de su comprensión” y depositarlos en su comandancia. En nombre del General en Jefe Simón Bolívar y del soberano gobierno de la Nueva Granada, ofreció indulto a todos los soldados dispersos del ya exterminado ejército del coronel realista Ramón Correa y Guevara.
Girardot marchó con su vanguardia sobre Carache y el día 18 de junio, derrotó al coronel realista José Cañas. Al día siguiente 19 de junio, desde su Cuartel General en Carache, se dirigió a los vecinos para que en plazo de 24 horas, los delincuentes derrotados se presentaran con sus armas y fornituras, para ser perdonados. Asimismo, al tener conocimiento de los resultados de la elección del Cabildo Abierto de Trujillo, expresó: “Desde este momento será reconocida la autoridad suprema del Estado libre e independiente de Trujillo, que provisoriamente, ejerce el ciudadano Francisco Andrés Mendoza, a cuyas órdenes, que obedecerán y respetarán en cuanto mandare, están y quedan sujetos desde este instante”.
Seguidamente nombró como Alcalde Pedáneo de Carache al ciudadano Bernabé Cos, quedando sujeto el nombramiento a la aprobación o revocación del referido Gobernador del Estado.
Simón Bolívar se encontraba en su Cuartel General de Trujillo, como quedó dicho, desde el 14 de junio; atento al fortalecimiento y mantenimiento de su ejército. Para lograr adecuadas condiciones operativas, requería con inmediatez, suficiente apoyo logístico y reclutamiento de tropas trujillanas. En este sentido, Bolívar, el día 22 de junio, a los siete días de haber firmado el Decreto de Guerra a Muerte, dirigió oficio al Gobernador Francisco Andrés Mendoza, el cual quedó inscrito en el libro de órdenes así:
“ Señor Gobernador de Trujillo.
Desde el momento en que tuve el honor de llegar a esta ciudad, me tomé la libertad de suplicar a usted se sirviese mandar reunir todas las caballerías que hubiese en el Estado para el servicio del ejército; también pedí a usted se sirviese colectar las sumas que el Estado pudiese suministrar para los gastos del ejército; y últimamente he pedido una compañía de 100 hombres que todavía no se ha podido completar. Yo no puedo concebir como la Provincia de Trujillo que ha sido libertada por las armas de la Unión a costa de los más duros sacrificios de nuestra parte, rehúsa hacer los servicios indispensables al ejército, para conservarle su propia libertad y para salvar el resto de Venezuela. Yo no veo que esta ciudad haga nada en favor de sus libertadores; y sí veo una apatía, y una indiferencia por la causa que defendemos, que me hace sospechar, que nuestros enemigos habrían sido mejor recibidos que nosotros, o a lo menos, más atendidos en sus necesidades. Yo protesto a usted, que si para mañana no tenemos 300 caballerías capaces de transportar nuestros bagajes a Guanare, 10,000 pesos en plata para pagar las tropas, y el completo de los 100 reclutas, consideraré la provincia de Trujillo como país enemigo, y será en consecuencia tratado como tal. Yo espero que este caso no llegará; pero si llegare, la culpa solo deberá imputarse a los que tan indignamente han tratado a los libertadores de Venezuela. Ínterin todos los habitantes de la capital y pueblos de Trujillo no empleen su fortuna y persona en servicio de la patria, que a menester de los socorros de todos sus hijos, no lograremos los objetos que con la mayor instancia reclamo de usted. Es necesario poner en juego todos los resortes de la actividad y del vigor más severo para obligar a los propietarios a exhibir sus caudales y caballerías; yo estoy pronto a dar a usted todos los auxilios militares que pueda usted necesitar para llevar a debido efecto sus providencias. Incluyo a usted, una nota de los sujetos que pueden prestar las cantidades que se expresan, las cuales deberán ser entregadas de grado, o por fuerza”.
El Gobernador Mendoza, respondió al Libertador y éste, le envió en fecha 25 de junio un nuevo oficio con el siguiente texto:
Señor Gobernador de Trujillo. Impuesto por el oficio de usted, que con esta fecha me ha dirigido, de las justas causas que le impiden continuar en el mando que provisionalmente ejercía de gobernador del Estado, y creyéndolas muy fundadas, vengo en admitirle la renuncia que hace, quedando usted expedito para atender a sus intereses o seguir en el ejército. Doy a usted, las gracias a nombre de la patria, por la actividad, celo y patriotismo, con que ha procurado llenar las obligaciones que estaban a su cuidado, cuyo desempeño ha tenido la desgracia de que no salga a la medida de su deseo, por la indolente apatía de sus conciudadanos; pero que nunca hará de caer el mérito que usted ha contraído para con la República” .
Ese mismo día 25 de junio, Bolívar nombra un Gobernador, a quien dirige el siguiente oficio de la misma fecha:
“Señor Gobernador del Estado Trujillo. Ciudadano Fernando Guillén.
Habiendo recibido con esta fecha un oficio del gobernador interino del Estado, en que se exime del mando que ejerce en la provincia, lo nombro a usted, para que se encargue provisionalmente de él, mientras viene el propietario. Las primeras obligaciones a que debe usted atender, son las del ejército, procurando con la mayor eficacia, celo y actividad recoger cuántas mulas y caballos haya en el Estado, para que conduzcan los víveres y pertrechos del ejército, dinero para pagar las tropas y hombres para que tomen las armas, y sirvan de arrieros. Yo espero del talento, patriotismo y actividad de usted, que el Estado Trujillo estará bajo su mando tan dichoso, como yo deseo, y nuestro ejército tan oportunamente socorrido, que no le faltara nada en lo sucesivo; teniendo usted por único principio de su conducta, que la salud del pueblo es la suprema ley”.
Bolívar, muy temprano de la mañana del día siguiente 26 de junio, salió con destino a Boconó, y ese mismo día desde su Cuartel General, le escribió al Gobernador Guillén, lo siguiente:
“ Al ciudadano Gobernador del Estado Trujillo.
La distribución que se hizo entre los ciudadanos ricos de este Estado para la contribución de los 10,000 pesos que he pedido para la subsistencia del ejército, no podrá tener efecto, por haberle cargado a algunos, sumas que no pueden satisfacer, cuando si la contribución se hubiese hecho general a todos, sería más fácil su exacción, al paso que no es tan gravosa al Estado. Así pues, espero que usted adopte este expediente, repartiendo a los que no sean hacendados, cantidades pequeñas, sin perjuicio de que los que públicamente se conoce tener dinero efectivo, exhiban sumas mayores. Usted podrá regular las cantidades menores, teniendo presente las circunstancias de los sujetos y sus caudales; sin dejar una sola persona que deje de contribuir, aunque sean 10 pesos”.