(A Valera en sus 204 años)
Raúl Díaz Castañeda
Déjame que te mire como el día
que me diste tu canto por morada,
un canto de sirena iluminada
que a mi amor enamora todavía.
De mi tierra larense yo venía
con una juventud en bocanada
que al ver tu cabellera derramada
quiso que tu cintura fuera mía.
Tu boca de aguamiel me dio, Valera,
un beso de colinas empinadas.
Un hechizo tu falda volandera.
Tus ríos desnudos árboles en vuelo.
Pulso febril tus calles asoleadas.
Y de San Juan las torres, tierra y cielo.
Valera, 15/02/24