Viven de la caridad de los tachirenses en el ancianato Medarda de PIñero, pero el hampa no les está dejando descanso porque dos robos se han presentado en lo que va de semana.
Ladrones se metieron por una ventana de la cocina del ancianato Medarda de Piñero, ubicado en el centro de la ciudad San Cristóbal, en el Táchira. De allí hurtaron mercado, dos licuadoras, una tostadora y un exprimidor industrial, relata la hermana Laura Ruiz que lo que no se llevaron los destruyeron.
“La intención no era hambre, ni necesidad, sino vandalismo”, sostiene la religiosa que cuida los 36 ancianos sin más hogar, ni mesa que la que ellas les brindan.
“Hay mucha inseguridad en esta zona, la hermana estaba atendiendo a uno de los colaboradores y mientras se bajó a dejarnos un donativo le robaron la batería de su carro”.
Anteriormente tenían un policía de manera permanente resguardando el ancianato, pero hace año y medio cuando la Policía del Táchira fue intervenida y pasó a manos del gobierno nacional, les fue retirada la custodia, argumentando falta de personal. “daban seguridad tanto a los abuelos como las hermanas que viven aquí, porque recordemos que esta es una casa a puertas abiertas. El domingo entraron, pero los alrededores siempre han sido inseguros”, sostiene Laura Ruiz.
La caridad del tachirense los matiene
La directora del ancianato sor Rosalía Matías, narra sobre la noble labor que cumplen las religiosas asistiendo a abuelos que no tienen dónde comer o dormir, “en este momento tenemos internos 36 abuelos, aquí se le da comida a los que vienen de la calle a pedir. Se les da una sopita o lo que tenemos”.
Por el espacio reducido los ancianos no permanecen de manera permanente en la residencia religiosa, en el día salen, van a la plaza y se concentran de nuevo a la hora de comer y de dormir.
No reciben un apoyo puntual del gobierno, sostiene la directora que la gobernadora esporádicamente les da un apoyo, “cuando puede”, sostiene la hermana directora. Después del robo por ejemplo, les hizo llegar alimentos.
“Estamos apoyadas cien por ciento de toda la comunidad del Táchira que no nos ha dejado faltar. No tenemos ninguna cuota del Estado, hay un organismo de la gobernación que se llama FUNDES y nos da cada tres meses un aporte. El de los últimos tres meses fue de mil bolívares”, relata Sor Matías.
Cuando se le pregunta que necesitan o qué piden, señala: “yo nunca digo que necesitamos, porque lo que vamos necesitando va llegando y lo que llega es bienvenido. Si tenemos podemos compartir con otras personas que no tienen, ese es nuestro lema y el lema del fundador”.