DLA.-En un mundo avasallado de opiniones, las informaciones falsas muchas veces terminan imponiéndose. En una oportunidad le escuché decir en una entrevista al polémico asesor de políticos, JJ Rendón, que una conversación televisada que no llame la atención del televidente, éste termina cambiándola; un reportaje publicado en un medio impreso o digital que no guste a quien lo lee, sencillamente éste lee otra cosa; quien escucha radio y no le agrade lo que allí dicen, simplemente cambia de emisora o la apaga. Sin embargo añadió: “pero un rumor no lo puedes desenchufar (…) El rumor es algo para lo que casi no hay remedio”.
La vida energúmena que hoy se vive en Venezuela se ve reflejada en las redes sociales constantemente por el auge espontáneo del llamado periodismo ciudadano; donde los usuarios erróneamente se han convertido en los nuevos “periodistas” en la denominada sociedad de información, cuando en realidad siguen siendo fuentes de información las cuales hay que contrastar.
Una de las tareas centrales del periodista es la verificación de una presunta noticia cumpliendo así con el Código de Ética del Periodista venezolano y la deontología jurídica de la Ley del Ejercicio del Periodismo que hace imprescindible que el periodismo de la generación de la sociedad del conocimiento y la geolocalización siga en esa búsqueda de la confiabilidad de la fuente a la que hace referencia.
¿Si lo dice un periodista debe ser verdad?
En términos generales, el periodismo es el oficio que tiene como fin la búsqueda exhaustiva y la producción de noticias que informen a la sociedad sobre su contexto inmediato. El periodismo se materializa en cápsulas informativa (noticias, crónicas, reportajes, entrevistas, infografías…) que buscan sintetizar un momento o un evento específico. Desde comienzos del siglo XX, el periodismo se convirtió en la profesión que asumía, como misión de carácter público, la labor de mantener informados a todos los sectores de la sociedad sobre los acontecimientos que están sucediendo a su alrededor, y que involucran denuncias y problemas fundamentales.
Ahora bien, debido a la censura de la cual son víctimas los medios convencionales impresos, audiovisuales y radiofónicos, el rumor se ha convertido en el pan nuestro noticioso de cada día, y muchos periodistas “reconocidos” han caído – incluso – en la trampa del tubazo viral o la tendencia del día, mejor conocido como “TT” o Trading Topic, y se han olvidado de confirmar de donde proviene la información, quedándose así sólo con un ángulo del hecho acontecido.
Por esa razón como buenos periodistas estamos en el deber de indagar más sobre cualquier tipo de acontecimiento, procurando así estar totalmente seguro de lo que se está reportando o informando, para evitar el quiebre de la confiabilidad y credibilidad que todo periodista debe merecer por su labor y compromiso con la ciudadanía a la cual sirve y se debe. Y aunque a muchos les disguste, es necesario seguir el paradigma de Chicago Tribune: “si su madre dice que lo ama, verifíquelo”, así somos los periodistas.
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Por: Alexander González
IG: @AlexGonzalezDigital