La esgrimista merideña Shia Rodríguez hizo un repaso sobre su carrera deportiva en una extensa entrevista que le hicieron en diario “Líder”, donde dejó claro su deseo de clasificar a unas olimpiadas, una meta que la desvela como ella misma ha reconocido.
La actual número 47 del ranking mundial de esgrima declaró que tenía 8 años cuando comenzó a practicar gimnasia. “Yo esperaba que mis padres me buscaran mientras mi hermana terminaba de entrenar, los entrenadores vieron que tenía condiciones físicas buenas para el deporte y empezaron a decirme que me uniera, me consintieron, me dieron dulces y comencé solo por el hecho de que me consentían”.
La talentosa joven expresó que se inclinó por el sable, una de las tres modalidades de la esgrima motivada a que quería ser como su hermana. “Cuando llegué a la esgrima yo quería ser como mi hermana, quería usar el sable pero los entrenadores me dijeron que debía comenzar con florete, yo no quería esa arma, recuerdo mi primera competencia con sable fue una categoría mayor de la que era y recibí más sablazos que pare de contar (risas)”.
Rodríguez expresó su gran sentimiento por su tierra. “Amo los colores de la bandera, amo mi país, amo mi ciudad (Mérida), amo todas las letras que tiene Venezuela, voy a un sitio y con orgullo digo soy venezolana, representar a mi país no tiene comparación” y en cuanto al apoyo que recibe, “hemos tenido momentos buenos, no tan buenos, malos, a veces hemos tenido apoyo, en oportunidades estamos bien, en otras no tan bien. Hoy en día estamos muy mal, en lo más bajo, quizás es por la situación del país, los venezolanos no estamos yendo a las competencias”.
Shia, quien ha logrado estar presente en tres mundiales de esgrima, siendo su mejor ubicación un puesto 47 entren 200 competidoras, habló de sus sueños. “Me quita el sueño ir a unas olimpiadas, me estoy preparando, a veces no puedo dormir pensando en eso, no me retiraría de mi esgrima sin estar en unos Juegos Olímpicos, sería traicionarme yo misma, haré todo lo que pueda para ir a unas olimpiadas”.
La menor de tres hermanos expresó también lo que ha sido la rivalidad que ha tenido en competencia con una de las mejores sablistas del país, Alejandra Benítez. “Hemos compartido cuarto, comida, cama, equipo y entrenamos juntas. Nos hemos enfrentado oficialmente solo en dos oportunidades. Generalmente en los entrenamientos me gana siempre, la primera vez fue en una semifinal de unos juegos nacionales realizados en Barquisimeto, estado Lara, el combate quedó 15-13, la felicidad fue enorme. La segunda vez fue en Montreal, Canadá, yo estaba entrenando en Mérida, ella en Rusia, cuando veo que me tocaba Benítez hubo como un choque, pero nada, tenía que pelear. Lo más lógico era que ella ganara, pero eso no me quitaba a mí la ilusión de seguir, fluyó el combate, le gané con 15-10, algo de ensueño”.
No podía dejar a un lado el amor que siente por su entorno, que ha sido indispensable para su crecimiento profesional. “En mi familia, a mi mamá y mi papá, dos personas admirables, mi hermano, lo admiro como nadie, me ha enseñado como nadie. Mi hermana, también. Está un psicólogo, Ricardo De La Vega, es una persona admirable, tiene un corazón enorme, me encantaría volver a trabajar con él. De la esgrima a Olga Kharlan de Ucrania, ella es la mejor. Admirable la calma de Sofya Velikaya”.