Numerosas muestras de pesar se observaron en el entierro del politólogo y productor del campo Edgar Hernández, fallecido la noche del jueves en un centro de salud privado de la ciudad de Valera a consecuencia de Covid 19, donde tenía varias días hospitalizado.
Una caravana de vehículos y motorizados partió de la ciudad de Valera a las 11 de la mañana del viernes 22, a la cual se unieron numerosas personas al llegar a la tierra natal del fallecido, uniéndose en el Obelisco de Los Cedros, a la caravana que encabezaba el vehículo que llevaba los restos mortales, hasta los alrededores del Bulevar Benito Salillas, donde había sido improvisado un altar por el presbítero local Edgar Rafael Torres.
A las 12 del mediodía llegaron los restos de Hernández a la capillas del Cementerio local, donde fue oficiada una misa, con asistencia de numerosas personas, que se habían vuelto multitud y ocupaban las adyacencias de la entrada del cementerio de Betijoque, en su mayoría amigos del productor en los cuales se observaba la tristeza por la desaparición física de quien era Presidente de la Asociación de Bananeros y Papayeros del Estado Trujillo (Asobanaptru), además de miembro de la Asociación de ganaderos del estado.
Al padre Edgar Rafael Torres que oficiaba la misa funeral se le quebró la voz, cuando señalaba lo bondadoso de Edgar Hernández con todos, principalmente los que lo buscaban para que les resolviera un problema de la índole que fuera, viéndose en la necesidad de hacer un pequeño alto en su intervención, cuando los ojos se le llenaron de lágrimas
En el mismo acto hubo la intervención de la esposa del fallecido la abogada Morella Matos de Hernández, quien dijo que la familia no va a cambiar de actitud, reconociendo lo bondadoso, buen esposo, buen padre y buen ciudadano que había sido el fallecido, Edgar Hernández, quien deja dos hijos Juan Vicente y Oriana Hernández Matos, los cuales se encontraban presentes en el acto al lado de su progenitora.
El padre Torres acompañó al igual que numerosas personas los restos de Hernández hasta la fosa del cementerio, donde fue sepultado, señalando el párroco que no se podía abrir la urna por la prohibición que existe, motivado a la Pandemia que ha cobrado numerosas víctimas, regando agua bendita a la fosa y la urna que contenía los restos de Edgar Hernández.