SENTIDO DE HISTORIA / Marlene Briceño: Trujillo, el estado ateneo de Venezuela

Pedro Frailán (*)


Sabe una cosa Pedro, yo recuerdo de mi infancia no en blanco y negro sino llena de colores. Una infancia alegre, libre, rica en valores familiares, en compartir con los vecinos. Sobre todo cuando íbamos a ver la televisión a la casa de Polo Mejías, porque recuerde que todos no teníamos un televisor en la casa, era un momento de convivir, de unión y de alegría.

Yo soy de Campo Alegre, de El Amparo, que está ubicado cerca del aeropuerto, uno como muchacha estaba pendiente de la llegada y despegue de los aviones, eran cuatro vuelos diarios. De unos aviones grandes, unos mansos aviones de Avensa, recuerdo yo. Nosotras nos íbamos por la cabecera de la pista y cuando comenzaba a despegar, los motores lanzaban un viento tan fuerte, que eso lo bombeaban lejos y uno todo flacuchento, de paso, y a reír que ¡Hermosa infancia!

Al transcurrir el tiempo vine a estudiar bachillerato al liceo “Rafael Rangel”. Aquí inició mi actividad política con la JRC (Juventud Revolucionaria Copeyana). Yo venía de un hogar copeyano, mi madre tenía un comité de base de Copei. Comencé repartiendo volantes, folletos, horarios de la DCE (Democracia Cristiana Estudiantil) y luchando por conquistar el centro de estudiantes.

Recuerdo a Ramón Planas, Luis Omar Araujo (Maquique), Carmen Villegas de Mazzei, Mario Maldonado y otros más. Nosotros luchamos con la izquierda. Hago memoria en Jorge Valero, Leonidas Pérez. De hecho, nuestro padrino de promoción de bachilleres fue Miguel Otero Silva, quien compartió con nosotros dos días el autor de Oficina N° 1, Cuando quiero llorar no lloro, Casas muertas y muchas más obras.

El discurso fue memorial grandioso, ese fue un hecho que me acercó más a la cultura, porque eso, era lo que transmitía ese hombre. Y para ese momento, quién iba a pensar que con el tiempo iba a tener tan buen acercamiento con él por medio de su esposa María Teresa Castillo.

Me casé muy joven con Francisco González, me alejé por un tiempo de Valera, estuve en Mérida, Perú, a los 28 años tenía todos mis hijos, estaba recién graduada de licenciada en Educación mención Castellano y Literatura de la ULA – Nurr. Dora Maldonado estaba recién nombrada gobernadora del Estado por el presidente Herrera Campíns.

Al poco tiempo me pidió la Dra. Maldonado que fuera la coordinadora de Cultura, nosotras nos conocíamos por referencia, era coordinación no dirección, dependía de la Dirección de Educación, la directora era Enma Ruiz y yo tuve el atrevimiento de aceptar. Digo esto es porque Trujillo no es improvisado en cultura, eso es ancestral, eso viene de generación en generación. Dígame ese equipo cultural de Trujillo capital en sus distintas manifestaciones y en música, majestuoso.

En el legado musical la Escuela Esteban Rasquin, la Orquesta de Cámara, la Banda de Conciertos Laudelino Mejías. ¿Qué hice? me dejé asesorar por los grandes maestros: Jorge Carrillo, Macaferri, Enzo Serrentino, Antonio Montilla, Ramón Barrios de Poliginia. Formamos equipos de trabajo, mensualmente programábamos. En danzas estaba activa Gladys Mota de la Escuela de Danzas. Los conciertos pedagógicos en los siete distritos del estado.
Carlos Quero había presentado un proyecto de complejos culturales por municipio y se llevó a cabo, entonces el equipo asesor programaba, yo buscaba recursos con el Conac y el Ministerio de Estado, creado por el presidente, incluso con el propio Dr. Herrera Campíns y se conseguían con el ministro José Antonio Abreu, con Dora, hacía presión para los recursos de los núcleos de música, donde Trujillo fue el primer estado del país en tener sus propias sedes. El bicentenario del Simón Bolívar en 1983, eso fue inmenso a nivel regional, nacional y mundial, yo viví esa experiencia.

Para mí, la Coordinación de Cultura fue una escuela, tuve la capacidad de saber oír a quienes sabían y ejecutar; se realizó una gran labor en un periodo reconocido por la historia como el de la cultura. Al final del periodo logramos separar la Coordinación de Cultura, de Educación y crear la Dirección de Cultura gracias a Dora Maldonado, Amparo de Godoy, Oscar Peña Terán que era el procurador y yo. Al poco tiempo llegó otro gobierno y yo quedé sola allá y nadie me decía nada, decidí poner la renuncia y venirme.

Luego en el Ateneo ganamos las elecciones, también me encontré consejeros como la Prof. Aura Salas Pisani, el Dr. Ramón Vielma, recibimos del Dr. Oscar Ponte que estaba en periodo de transición. “Puertas abiertas al Ateneo” logramos consolidar eventos nacionales e internacionales. Hicimos el Festival de Guitarra Antonio Lauro, con estudiantes de guitarra del país, mesas de trabajo, ponencias, conciertos, coordinado por Alirio Díaz, a quien le gustaban mucho las barquillas de los Tres Continentes.

También estuvo Jesús Soto, Carlo Cruz Diez, Yolanda Moreno cuatro veces dictó talleres, Nina Nova, fundadora del Ballet Clásico de Caracas. En música con Chelique Sarabia homenajeando a Ansiedad, intérpretes como Mirtha Pérez, Mario Suárez, Enrique Rivas, Rafael Montaño, se hizo un LP. Juan Vicente Torrealba acompañado de cantantes como: Mirla Castellanos, Rosa Virginia y María Teresa Chacín, Héctor Cabrera, Alfredo Sadel. El arte trujillano fue su gran escenario en distintas artes, se logró el primer encuentro de ateneos iberoamericano. La literatura estuvo presente, convenios con universidades, talleres de formación, los niños con Domingo de Colores, creación de Mirian Godoy, y tantas cosas por contar. Se hizo de Valera una buena plaza para la cultura.

Con María Teresa Castillo creamos la Federación Nacional de Ateneos de Venezuela; María, presidenta y yo, vicepresidenta. Cumplí una agenda internacional por la cultura en Puerto Rico, Cuba, compartí en su residencia con Fidel Castro, en los 80 años del ateneo de Madrid con los reyes de España, Juan Carlos y Sofía.

Mira lo grandioso del arte. En el segundo gobierno del Dr. Caldera le otorgaron el Premio Nacional de Arte Popular al Hombre del Anillo, Antonio José Fernández, me comisionaron a mí para llevarlo. Eso era como tratar con un niño, por su humildad, se le compró la ropa, gracias a Pepe D´Albenzio, montarlo en un avión -nunca lo había hecho-, llegamos a Caracas, al Hilton, y se ubicó en su habitación. Al otro día lo fui a buscar y vi que la cama estaba intacta y la pregunté: ¿Por qué está tan acomodada? Me dijo que durmió en el suelo para no echar a perder eso tan bonito.

Nos fuimos a Miraflores. Lo recibió el Dr. Caldera, le otorgaron el premio con muchos artistas famosos, entre ellas Yolanda Moreno. Al terminar el acto todos los medios lo abordaron, él los atendió desde una silla. Increíble, desde la humildad se hace grande, fue lo que pensé…

(*) p.frailan@gmail.com

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