El Cristo de la Salud es una de las imágenes religiosas más antiguas de Venezuela y América. Los feligreses trujillanos le atribuyen milagros relacionados con la salud de propios y familiares. El Cristo de La Salud, ubicado donde hoy está la Plaza Sancho Briceño o Plaza El Carmen, que conjuntamente con la Cruz Verde de los frailes dominicos demarcaban el Trujillo de esa época, conformando cada imagen los extremos de «la ciudad portátil”.
Este Cristo tiene en Trujillo 452 años y de existencia quizás más, fue hecho y traído de España y colocado por los franciscanos cercano a 1.570, actualmente se encuentra en la Iglesia Chiquinquirá. El historiador y escritor Francisco Domínguez Villegas, en su obra “Páginas Trujillanas”, páginas 63 y 64, narra lo siguiente: “Según dato histórico de muy buena fuente, el Santo Cristo de la Salud que se venera en la iglesia Nuestra Señora de la Chiquinquirá, desde su llegada de España, estuvo en capilla propia en el sitio que hoy ocupa la placita “Sancho Briceño”, hasta el año 1.678, que la capilla sufrió también la violencia de los piratas franceses que saquearon e incendiaron la ciudad». Narra también: “Si bien la imagen no sufrió deterioro en su cuerpo, los efectos de la proximidad del fuego, calor y humo estropearon su colorido original, y así será conservado hasta el año 1.920 que le fue lamentablemente cambiado por el que aún conserva, perdiendo de este modo gran parte de su valor histórico y artístico”.
Francisco Esteban Grammont de La Mothe o Creveauc, acérrimo enemigo de la monarquía española borbónica, este pirata quien había invadido, saqueado y quemado las poblaciones de Camagüey, Panamá, Campeche, Veracruz, La Guaira, Maracaibo, Gibraltar y otras colonias españolas en América, sitió la ciudad de Trujillo el 31 de agosto de 1.678, debido a la ferocidad y crueldad de los invasores, prácticamente la ciudad no opuso resistencia, ya que fue tomada de sorpresa porque jamás pensaron que los piratas vencerían las trincheras defensivas, una vez ocupando la ciudad en 1 de septiembre, en donde pasó a cuchillo y degolló a muchos habitantes y al retirarse, saqueó e incendió la Iglesia Matriz, el Convento de San Francisco de Asís y San Antonio Tavira de Padua de La Recolección, La Ermita de La Chiquinquirá y la Ermita del Cristo de la Salud. Además con los saqueos e incendios se perdieron y quemaron valiosas reliquias, muchos documentos, entre ellos el Archivo del Cabildo de la ciudad, los de los conventos, también fue destruido el Granero Comunal, el Estanco de Aguardiente, Chimó y Tabaco, incautaron el ganado vacuno de Juan de Escoto, de Angela Rodríguez de Espina, del sargento Fernando Araujo: y el ganado lanar de Juan de Urbina Velásquez, e Ignacio García de la Rivas; las yeguadas de Lorenzo Fernández de Graterol y de Juan Castañeda; el depósito de cacao de Pedro y Juan de Tafallez; el de harina y papelón del licenciado mudo Rodríguez Cabrita; la surtida tienda de los catalanes y la del pardo Diego Pio de Azuaje, y provocó un gran incendio en la vegetación cercana al río Castán, cerro Vichú, la Peña del Loro, la quebrada de Los Cedros, Sandoval o El Boquerón, La Chapa, La Paz, Carmona, Musabás, La Guaira, el Coloraito, El Calvario, Santa María, Alameda, produciéndose así el primer incendio de grandes proporciones en Trujillo.
Tradición y culto
Esta tradición y culto religioso a la imagen del Cristo de la Salud proviene de España y en muchas poblaciones le tienen fe, como el caso de Cáceres, Córdoba (en dicha ciudad se celebra los lunes santos y le rindió culto la desaparecida Cofradía de la Coronación, la realización de la imagen es anónima y data de 1590), Sevilla (le rinden culto la Hermandad de la Candelaria y su imagen data de 1.615 realizada por el artista Francisco Ocampo), Madrid, Murcia, Málaga (de la cual es el patrono) y su devoción se debe a que estas zonas fueron muy azotadas por epidemias y rinden agradecimiento por los milagros y favores recibidos.
Venerado en la iglesia Chiquinquirá
El Cristo es una de las figuras más veneradas de la Iglesia Chiquinquirá de Trujillo, se dice que a finales del siglo IXX, Trujillo fue diezmado por la peste española y eran muchas las personas devotas a esta imagen que le pedían que los protegieran y curaran de la peste. En la actualidad, al terminar los oficios religiosos la gente se le acerca, lo toca y se persigna con el fin de recibir sus favores.
En tal sentido, escribo estas líneas que he investigado para que los trujillanos valoremos ese gran tesoro histórico que tenemos, porque estoy totalmente convencido que son muchos los coterráneos que no conocen la historia de esta imagen sagrada. De igual manera, agradeceré a las personas que tengan más información sobre este tema, que lo aporten e igualmente si perciben algún detalle o dato erróneo, estamos abiertos a corregirlo con su ayuda.