La expresión folklore de origen anglosajón (Fol que significa pueblo y Klore conocimiento). Este término fue acuñado en 1846 por William Thoms, con el fin de utilizar una definición para las diversas expresiones tradicionales, recreativas y culturales que conforman la idiosincrasia de los pueblos.
Muchas son las manifestaciones folclóricas del estado Trujillo, pero pocas son las de origen nativo o aborigen que lograron sobrevivir a la colonización, rescatadas, investigadas y estudiadas por algunos ciudadanos como: el sabio trujillano Rafael María Urrechaga, el etnólogo e historiador merideño Julio César Salas, el historiador Amílcar Fonseca, el Dr. Ramón Urdaneta Bocanegra, profesor Alberto Aranguren y otros etnólogos e historiadores y también otras traídas por la colonia española, entre ellas tenemos: los Chimbángueles de San Benito de Betijoque; la Romería de los Pastores de San Miguel; el Baile de Santo Domingo y Baile de San Pedro en Carache y Boconó; el Baile de los Enanos y la Muñeca de la Calenda en Trujillo; el Baile de la Media Botella en Carache; Las Locainas de La Quebrada; Los Giros de San Benito en La Mesa de Esnujaque; el Robo del Niño en todo Trujillo; los Indios de Tostós; la Hermandad de Los Penitentes de La Cejita, Velorio de la Cruz de Mayo, los velorios de angelitos (cuando fallece un recién nacido), el toro de palo, el juego de las cañas y las gallinas, el toro de la otra vida, el palo encebado, carrera de mochileros, huevos en cuchara, carrera de carros de rolineras, piñatas (con chucherías, harina y churupos) y los globos del Sr. Ignacio Cegarra en la capital Trujillo, la quema de Judas, el vuelo de zamuracas o papagayos, festival del sancocho, Paradura de Niño Jesús, el juego de trompo, el careo de cocos, la perinola o boliche, el juego de Partido Liberal, el juego de ladrones y policías, penitencia, el juego del escondite, el juego de la loca, stop, seguidillas y muchos otros juegos y bailes que conforman nuestro nutrido y valioso folclore.