Más de 4 meses sin recibir tratamiento de parte del Instituto Venezolano del Seguro Social “Dr. Patrocinio Peñuela Ruiz”, tienen los pacientes crónicos del estado Táchira por razones que desconocen, ya que las autoridades médicas no les dan respuesta de qué ocurre con los fármacos.
Angustiados y temerosos porque su calidad de vida cada día empeora, este jueves hicieron la denuncia pública en una protesta en el Seguro Social, en búsqueda de que les den soluciones.
Comprar estos fármacos por el sector privado no es una opción para estos pacientes, pues son medicamentos de alto costo que no se consiguen con facilidad en el mercado. Colombia tampoco es una alternativa; al cambio, el precio de algunos medicamentos puede ascender a los 25 millones de bolívares y no cuentan con los recursos suficientes.
Eufemia Pérez, paciente con artritis reumatoidea deformante, declaró que en la farmacia del Seguro solamente les han manifestado que no hay medicamentos a nivel central y por eso no se han despachado a la entidad; sin embargo, otras personas han comentado que el thermo King donde trasladan las medicinas estaría dañado o el Gobierno no habría cancelado la deuda con los laboratorios.
“Tenemos 4 meses viniendo del Seguro y nadie nos da una respuesta concreta y el problema es que nosotros somos personas con enfermedades crónicas pero estamos activas, trabajamos; pero sin el medicamento no somos nada, no podemos hacer nada, no podemos trabajar y no podemos caminar en mi caso, y así estamos todos los pacientes con los síntomas a flor de piel”, señaló.
Lamentó que tampoco puedan comprarlos por fuera de la institución porque “si no se consigue el tratamiento de la tensión, menos eso; además que son de alto costo”.
Pidió al Gobierno nacional, garantizarles el derecho a la salud para ellos poder vivir con calidad, como lo hacen cuando tienen sus tratamientos completos, pues en la actualidad ya prácticamente les cuesta hasta pararse de la cama.
“El llamado es para que nos atiendan y nos den los medicamentos porque nosotros también pagamos impuesto, somos venezolanos y somos personas que trabajamos, indiferentemente de la edad o de la enfermedad. Aquí no solamente somos los pacientes de artritis, son los que tienen cáncer, los trasplantados, y la farmacia está vacía, las sillas desocupadas porque está solo”.
Indicó que le preocupa empeorar más de lo que ya se encuentra, “tengo los tobillos inflamados, las rodillas inflamadas, me cuenta hasta peinarme, imagínense mi situación. Ya uno no sabe ni qué tomar para controlar la enfermedad. Esto no se puede con medicamentos caseros (…) Si yo me siento, lo pienso dos veces para pararme, es muy difícil la situación de verdad”.