Es increíble que a algunos les sorprenda la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia sobre elección de la Universidad de Carabobo. Hay que ser inocente para esperar que un régimen autoritario actúe respetando derechos.
Las elecciones de la UC demuestran que si eres mayoría, votando se gana. Ahora, si tu plan llegaba hasta ahí, es posible que te quedes como pasó con los diputados de Amazonas o con la gobernación del Zulia. Si enfrentaste los comicios sabiendo esto, no podías tomar la elección como un fin en sí mismo. En el caso de la UC no ha terminado.
Esta sentencia es una muestra de debilidad y un gran error del gobierno al arremeter contra el sector más aguerrido de la sociedad: Los estudiantes. Ha llegado la hora y esta es la oportunidad para que nos unamos y que demostremos con hechos que el país está primero. Este es un buen comienzo apoyar en esta lucha a los estudiantes.
Hay que buscar los puntos de encuentro y hacer sinergia. La propuesta que venimos haciendo desde Unidad Visión Venezuela es clara: generar presión para provocar el verdadero quiebre en el bloque de poder. Y eso se logra escalando el conflicto. Para eso hay que contar con un plan que haga uso de todas las herramientas.
Desde un sector de la sociedad, una fracción cada vez más pequeña insiste en que votar, a sabiendas de que tu decisión no será respetada, es ser colaboracionista.
Habemos quienes creemos que el “colaboracionismo” es no darse cuenta de que si no votas, ni siquiera te tienen que robar. Es como regalarle tu celular al malandro de la cuadra porque igual, tarde o temprano, te va a robar.
Robarse unas elecciones no legitiman al ladrón, al contrario aumenta exponencialmente el costo de mantenerse en el poder.
Urge organizarse. Retomar la ruta electoral que necesita tiempo, pero si no se inicia el camino siempre estará igual de lejos. Además algunos vienen diciendo que esos votos de la UC no los contó el Consejo Nacional Electoral, eso es quitarle méritos a la organización, disciplina, gallardía y compromiso con la democracia del movimiento estudiantil. Así como otorgarle un aura de invencibilidad a la tiranía de Maduro. Algo totalmente absurdo.
Porque el voto masivo y la defensa del mismo, obligaría al régimen a tener que hacer trampa, enfrentarse a una sociedad que ya no aguanta más; y enfrentarse a una Comunidad Internacional que vería esto muy claramente.
En fin, recuperar la confianza en el voto es tarea imperiosa. Difícil si, pues depende de remontar el recelo versus partidos y dirigentes, de neutralizar el radicalismo destructivo. Pero lo importante es que con todo esto, hay hambre de esperanza, por encima de la retórica.
Por ahora, solo les dejo para que piensen en lo siguiente: El gobierno después del 2015 no ha hecho elecciones cuando sabe que las puede perder. Simplemente las hace cuando sabe que la gente no votará. Cuando siente que si lo harán, las suspende como hizo con las elecciones regionales de 2016 o con el referendo revocatorio. Y por eso adelantó las presidenciales de este año.
Basta de hacer política para intentar destruir a los diferentes. De lo que en realidad se trata la política, es de convencer. Hagan propuestas, no insulten, dejen de difamar, no repitan informaciones como loros sin verificar su veracidad, en fin, no se preste para destruir la imagen del otro. Seamos honestos con el país.