¿Por qué se rebeló Hugo Chávez el 4F de 1992?

“El 4 de febrero fue un rayo que iluminó la oscuridad, Venezuela se hundía”, decía Chávez justificando su acción militar contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Gráficas: Archivo Digital DLA

 Para el historiador Elías Pino Iturrieta, en 1992 el deterioro creciente de los partidos que ejercían el control de la sociedad desde 1958, conllevó a una serie de errores que provocaron acontecimientos transcendentales para la historia venezolana, como el Caracazo y la intentona golpista de 1992. Pero, a pesar de ello dice: “al recordar el 4F, cabe una pregunta: ¿éramos felices y no lo sabíamos?”

El 4 de febrero de 1992, un acontecimiento hizo que la historia de Venezuela cambiara para siempre, luego de que un teniente coronel de apenas 38 años de edad y de nombre Hugo Chávez Frías, asumiera la responsabilidad de una rebelión militar que encabezó para “devolverle la dignidad a un pueblo que se encontraba sumido en la pobreza”, producto de las políticas neoliberales aplicadas por el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez y de los ex mandatarios que lo antecedieron durante más de tres décadas.

26 años después de aquella llamada intentona golpista y/o rebelión militar, es el ahora fallecido Hugo Chávez, quien cuenta con sus propias palabras, recopiladas a través de los discursos que pronunció desde que llegó a la Presidencia de la República, la importancia que tuvo – a su criterio – esta fecha para el país. Las citas de sus palabras fueron tomadas de las transcripciones recopiladas por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información.

Muerte de un “régimen deslegitimado”

“El cuatro de febrero (…) le dimos la estocada mortal al Pacto de Punto Fijo y ahí está debatiéndose entre los muertos políticos de la historia y no van a volver (…) Así que el 4 de febrero fue eso, la muerte de un régimen deslegitimado, pervertido y carcomido que ya no le prestaba ningún bien a Venezuela. Pero el cuatro de febrero al mismo tiempo, generó la fuerza que fue capaz de parir una nueva patria”, decía el hoy fallecido mandatario.

“Fue aquel un movimiento de muchachos patriotas, algunos todavía nos llaman golpistas, allá ellos. Nosotros no somos golpistas, nosotros somos revolucionarios, un movimiento revolucionario, un movimiento patriótico”, manifestó Chávez un día como hoy, pero en el año 2005, desde el Cuartel Cipriano Castro, hoy conocido como Cuartel de La Montaña, morada donde precisamente descansa el líder de la llamada Revolución Bolivariana.

Golpistas son los que pretenden instalar una dictadura

En esa oportunidad añadió: “golpistas son los que se unen a la oligarquía para atropellar a su propio pueblo, golpistas son los que pretenden instalar en Venezuela una dictadura, o pretendieron instalarla; golpistas y apátridas son los que se arrodillan al imperialismo norteamericano. Nosotros somos antiimperialistas, revolucionarios, bolivarianos, y cada día somos más y lo somos en mayor profundidad”.

Venezuela se hundía

“El 4 de febrero fue un rayo que iluminó la oscuridad, Venezuela se hundía”, señaló Chávez desde el Paseo Monumental de Los Próceres, un 4 de febrero de 2007, cuando se realizó un desfile con motivo del XV aniversario del denominado Día de la Dignidad.

1992 – 2018 ¿Qué ha cambiado?

El editor adjunto del diario El Nacional, Elías Pino Iturrieta – sobre le 4F de 1992 – comenta que esa fecha se tiene que observar desde la actualidad. “Nuestro tiempo agobiado por las dificultades tiende a sacar cuentas benévolas sobre el sistema de gobierno contra el cual se produjo la intentona militar. La actualidad habitualmente mira desde un estrecho prisma, y deja de lado realidades sin las cuales no se puede entender lo que sucedió entonces y sucede ahora”.

Deterioro creciente

Para el también historiador, al recordar el 4F, cabe una pregunta: ¿éramos felices y no lo sabíamos? “Este acontecimiento histórico permite el entendimiento del asunto según se quiere plantear aquí. En 1992, como consecuencia de una cadena de errores cuya existencia se advierte después de la primera presidencia de Caldera, ocurre un deterioro creciente de los partidos que ejercían el control de la sociedad desde 1958. Las fortalezas fundacionales de la lucha contra Pérez Jiménez eran o parecían escombros, y los liderazgos mostraban un decaimiento sin paliativos”.

Corruptelas, escándalos…

Continúa refiriendo Iturrieta: “en 1992 la expansión de las corruptelas, pero también del desencanto popular por las noticias de numerosos escándalos protagonizados por altos funcionarios que contaban con la blandura de los tribunales, marcaban una atmósfera que invitaba a distancias prudenciales. Las toldas más importantes (AD y Copei), servidoras eficaces de la sociedad en lapsos que se sentían remotos, eran ahora, para vastos sectores de la colectividad, clubes de contratistas distanciados de la gente sencilla. Nada esperanzador salía de su seno, nadie capaz de atraer de nuevo a las multitudes, ningún mensaje digno de ser creído”.

El segundo mandato de CAP, fue “del gozo al foso en cuestión de dos años”, al descubrir los “colmillos de una jauría que sólo mira de reojo la democracia” cuando quiere pasar inclementes facturas.

Colmillos de una jauría

Además de ello, para Iturrieta, la reedición de CAP, “que va del gozo al foso en cuestión de dos años”, descubre los “colmillos de una jauría que sólo mira de reojo la democracia” cuando – a su criterio – quiere pasar inclementes facturas.

Cualquier parecido con la actualidad…

Estas son parte de las razones que de alguna manera explican el intento de golpe que dio Hugo Chávez Frías el 4 de febrero de 1992. Cualquier parecido con la actualidad – hablamos de lo expresado por el hoy fallecido “piloto rebelde” Óscar Pérez – parece mera coincidencia, pero con dos desenlaces totalmente diferentes que nos llevan a preguntar: ¿siguen presentes las razones por las cuales Chávez se rebeló hace 26 años contra el entonces gobierno de Carlos Andrés Pérez? Juzgue usted.

 “Un fracaso militar, un éxito político”: 2 visiones opuestas del golpe de Estado fallido

El 4 de febrero de 1992, un grupo de militares decidió dar un golpe de Estado contra el presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez. Aquellos insurgentes estaban liderados por el comandante Hugo Rafael Chávez Frías, quien, pese al fracaso de la operación militar, se convirtió en una figura política gracias sobre todo a un breve discurso de apenas un minuto en el que se rinde y menciona dos palabras que fueron casi proféticas: “Por ahora”. “Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados”, dijo en el mensaje en el que pedía a sus fuerzas que depusieran las armas.

Tras pasar dos años en la cárcel, Chávez salió libre en 1994 y cuatro años después se convertiría en presidente de forma democrática al ganar las elecciones. Su gobierno y su doctrina, el chavismo, no sólo signan la historia del país, sino el presente a pesar de su muerte en marzo de 2013.

El portal BBC Mundo rememoró aquellos días de febrero de 1992 con la voz de uno de sus protagonistas. El general Fernando Ochoa Antich, militar de carrera, de 79 años y hace 26 años era el leal ministro de Defensa del presidente Pérez.

¿Cómo veía la situación de Venezuela previa al golpe?

Como ministro de Defensa el 4 de febrero de 1992, Fernando Ochoa Antich reconoce errores durante horas de tensión e incertidumbre.

“En una situación de deterioro y crisis económica, el país estaba desencantado de la democracia. El presidente Pérez llega (en 1989) y plantea la reforma económica (…), pero hubo una inflación que empezó a estar en el 80%. Aumentaron los precios y empezó a haber escasez”.

“El 27 de febrero de 1989 hubo un estallido social por la escasez (el llamado Caracazo). El gobierno usó las fuerzas armadas y hubo un número de muertos elevado. La popularidad del presidente Pérez empezó a caer. Había descontento porque la inflación no bajaba del 30% y Venezuela estaba acostumbrada a inflaciones de un dígito”.

“En Venezuela se creía que los militares podían desarrollar un gobierno de corte desarrollista como el del general (Marcos) Pérez Jiménez (de 1952 a 1958). La gente tenía la ilusión de que un gobierno militar iba a repetir eso”.

“Sectores políticos, sectores capitalistas y medios de comunicación aspiraban a que hubiera un golpe de Estado porque querían que se rompiera el bipartidismo y jugar un papel distinto”.

 

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