Tanto las autoridades como los que se dicen llamar miembros de la Sociedad Civil, se olvidaron de la fecha patria, feriado que generalmente era celebrado con ofrendas al padre de la patria en la plaza Bolívar de cada localidad, para recordar el grito independentista de 1810, cuando se estaban cumpliendo 211 años del desconocimiento de la autoridad española de aquel entonces producto de los movimientos sucedidos en España, donde había sido depuesto Fernando VII y desconocida esa autoridad en la Capitanía General de Venezuela a cargo de Vicente Emparan, a través de una consulta, donde el “no” del padre José Cortés de Madariaga influyó en la decisión tomada ese día.
Renunciando el capitán General, al acatar los asistentes la señal del sacerdote Madariaga, de “no”; por detrás del alto funcionario, que se creía el legítimo representante de la Corona Española, respondiendo el no lo queremos del público. Sucediéndose la frase inolvidable del Capitán General sin autoridad, “No quieren que gobierne. Yo tampoco quiero mando”. Lo que llevó a Emparan a renunciar al alto cargo que desempeñaba.
Esta es historia que generalmente la aprendíamos los venezolanos y especialmente los cursantes de las diversas instituciones escolares de Rafael Rangel, en las instituciones de educación primaria, historia olvidada donde se ha construido inclusive una nueva versión de la historia tradicional, que podríamos llamar fábula, sobre la gesta de unos héroes que lo que han hecho es hundir la República, razón que ha llevado al país al extremo en que se encuentra.
De esta situación somos culpables todos, unos por mentir y otros por creer las mentiras, creadas en torno a esos héroes inexistentes.
En el municipio Rafael Rangel no hubo nada, ni un ramo de flores, menos una corona de flores naturales, se olvidaron de la gesta del Cabildo de Caracas pues ni la bandera nacional, esa de los tres colores, amarillo azul y rojo, ese símbolo que identifica las fechas transcendentales de la patria, fue izada en el palacio municipal, sede del Concejo y la Alcaldía.