Se multiplica por ocho la cifra de menores migrantes que cruzan la peligrosa selva del Darién

Adultos y niños migrantes hacen fila en la comunidad de Bajo Chiquito para ser trasladados a la Estación de Recepción Migratoria (ERM) de San Vicente, en Metetí (Panamá), en una fotografía de archivo. EFE/Bienvenido Velasco

Ciudad de Panamá, 30 may (EFE).- Unicef alertó este martes que la cifra de menores de edad migrantes que cruzaron entre enero y abril pasado la selva del Darién se multiplicó por ocho, en comparación con el mismo período de 2022, alcanzando el «récord de más de 25.000».

Estos niños y adolescentes llegaron a pie a las comunidades de acogida y a las estaciones temporales de recepción migratoria situadas en la provincia panameña del Darién, donde los miles de migrantes que viajan hacia Norteamérica reciben asistencia de salud y alimentación.

«Los niños y niñas que sobreviven el tránsito por la selva del Darién requieren intervenciones para salvar vidas como atención médica, acceso a agua segura, saneamiento e implementos de higiene, recuperación psico-emocional y servicios de protección, especialmente, para aquellos que han sufrido violencia o que viajan solos», recalcó el ente de la ONU.

Unicef agregó que «gracias a los recursos del Gobierno de Estados Unidos y de la Agencia Humanitaria y Protección Civil de la Unión Europea, apoya al Estado panameño en la provisión de servicios para la población migrante y de las comunidades locales impactadas por la migración».

El ente de la Naciones Unidas instó «a la sociedad y al Estado a unirse en un esfuerzo conjunto para asegurar que todos los niños y niñas, independientemente de su origen o situación migratoria, puedan crecer en un entorno seguro, con acceso a educación de calidad, atención de salud adecuada y todas las oportunidades necesarias para alcanzar su pleno potencial».

América vive una crisis migratoria sin precedentes, con miles de nacionales de países del sur del continente viajando de manera irregular hacia EE.UU., en un flujo que es alimentado además por migrantes irregulares procedentes de todo el mundo.

Esta situación se expresa en las más de 157.000 personas que han cruzado la peligrosa selva del Darién, la frontera entre Panamá y Colombia y la entrada a Centroamérica desde el sur, en lo que va de este año.

Esa es una cifra superior a los 109.293 que lo hicieron entre 2010 y 2019, y casi el quíntuple de los 33.819 de los primeros cinco meses de 2022.

La mayoría de estos viajeros vienen de Venezuela, Ecuador y Haití, aunque los hay procedentes también de medio centenar de países incluidos asiáticos, africanos y europeos. Se trata de familias enteras que atestiguan que están huyendo del hambre o la violencia y que creen que en EE.UU. tendrán la oportunidad de dar vuelta a esa situación.

Decenas de miles de migrantes están en ciudades mexicanas fronterizas con Estados Unidos, que este mes cambió su política inmigratoria en un intento por detener el creciente flujo de personas que buscan asilo en ese país.

 

 

 

 

 

 

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