“Se lavó las manos” después de arrollar a sexagenaria en Valera

Embestida por una camioneta cuando salió de una agencia bancaria, Ángela Pulidense González (69) encontró la muerte; a pesar de los esfuerzos del Cuerpo de Bomberos que la trasladó al hospital de Valera el daño en la cabeza y abdomen fue mortal y horas después perdió la vida.

Desde Caracas se trasladaron las tres hijas de Ángela Pulidense, puesto que allá viven todas y al conocer del accidente que sufriera la sexagenaria dejaron todo lo que tenían para trasladarse a esta ciudad y atender a la dama, pero lamentablemente después de dos días en el hospital, falleció.

Indicaron a DLA que Angela Pulidense perdió masa encefálica, sangraba por los oídos y nariz y tenía trauma abdominal entre otros padecimientos y su cuerpo no resistió más, por lo que murió pasadas las 10 de la noche del viernes.

Ángela Pulidense (69 años)

Responsable

Al conocer más detalles del accidente en la PNB, donde tienen retenido el vehículo tipo camioneta Silverado, color rojo, matrícula A01CY5K del conductor que atropelló a la hoy occisa, las dolientes quedaron sorprendidas ante la simplicidad con la cual el sujeto “se lavó las manos”.

“Alegó que donde arrolló a mi mamá no había ni rayado ni semáforo, por lo cual no tenía que pagar nada, no debía nada y así cualquiera entonces se libra de la responsabilidad de un accidente a plena luz del día” comentó la hija de Ángela.

La investigación sigue abierta en la PNB pero para los familiares de la víctima, la actuación del conductor de la camioneta como de las autoridades no fue idónea y aunque no se atrevieron a asegurar de acuerdos entre ellos, lo que sí quedó demostrado fue el acto inhumano de quien solo quiere desentenderse de la muerte de una persona, como si fuera una eventualidad cualquiera. “A nosotros nos mataron a nuestra mamá, porque aunque tenía 69 años ella estaba bien y no tenía por qué morir de esa manera y tampoco hay derecho a que actúen como si nada pasó” expusieron las dolientes.

Exámenes

Para ellas la prioridad era la atención que requería la víctima y por ello estuvieron pendientes de su salud y de todo lo que solicitaban los médicos en la UCI; alegaron que desde el tratamiento hasta los exámenes de sangre tuvieron que pagarlos en otros lugares.

De hecho, Ángela necesitaba una tomografía y como no hay ambulancias en la ciudad que cuente con los equipos necesarios para trasladar un paciente en condiciones delicadas, tuvieron que olvidarse de eso y esperaban mejoría con los medicamentos pero no ocurrió así.

Otro dato que revelaron a DLA fue el motivo por el cual Ángela se encontraba en tierras trujillanas, siendo de Caracas; y es que, quien fuera su pareja la llamó en los últimos momentos de su vida ante complicaciones de salud y ella accedió a acompañarlo, ayudarlo y atenderlo mientras estuvo hospitalizado por un terrible mal. “Vino a darle el último adiós al que fue su pareja y vivía cerca del terminal de pasajeros, por eso estaba en Valera” comentaron, y lamentablemente ella también perdió la vida aquí.

En eventos trágicos queda al descubierto la parte más sensible de las personas y es lamentable que cada vez que ocurren muertes por embestida de vehículos, los conductores siempre quieren “lavarse las manos” o quedar como “inocentes”. Es un tema legal y de discusión moral profunda ante lo que significa, afecta y las consecuencias que genera el fallecimiento de una persona en la vía pública, a causa de un extraño que la arrolla y se toma tan ligeramente, sin sanción ni dolor.


Cremación

Las hijas de Ángela Pulidense González (69) sabían que su última voluntad era la cremación; en repetidas oportunidades reveló que cuando le tocara la muerte no quería ni velatorios ni sepelios, sino que cremaran su cuerpo y arrojaran sus cenizas al mar “para ser libre”, según sus palabras. Pero enfrentan la disyuntiva que la cremación no aplica para las muertes trágicas como es el caso, de lo contrario se llevarán el cuerpo hasta Charallave, estado Miranda.


 

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