Carolina Jaimes Branger
Hubo una época cuando la abstención electoral pudo haber sido vista, de manera errónea, a mi modo de ver, como una forma de protesta política, sobre todo en un país como Venezuela, en el que la gente votaba religiosamente. Para poner un ejemplo, en las elecciones de 1988, votó el 81.92 % del padrón electoral. Sin embargo, desde que llegó el chavismo, sus partidarios, asesorados por los cubanos, le dieron la vuelta a la tortilla y convirtieron la abstención en algo muy, muy perjudicial para la sociedad, que ha tenido muchas consecuencias negativas para la democracia.
Recordemos lo que pasó en 2005. Los demócratas -quiero creer que lo eran en aquel momento y que muchos lo siguen siendo- erróneamente pensaron que no participar en las elecciones legislativas se vería como una protesta masiva contra el régimen. En aquel momento, yo tenía un programa diario en RCR, Radio Caracas Radio. Y cuando yo llamaba a votar y explicaba mi punto de vista de por qué la abstención era un disparate, porque nunca había deslegitimado régimen alguno en ninguna parte del mundo, los insultos de los oyentes no se hacían esperar. De hecho, lo que más me decían, después de “vendida al chavismo” era “esposa de militar”. Milagros Socorro puede dar fe de esto: ella escribió un artículo en el mismo talante y le cayeron encima también.
El terrible resultado de aquellas elecciones fue ponerle en bandeja de plata al chavismo todas las instituciones. No deslegitimamos nada.
Al régimen chavista, hoy más que nunca, le conviene que haya abstención en cualquier proceso electoral que haya, empezando por las primarias. Y las van a torpedear de todas las maneras posibles. ¿Por qué renunciaron los rectores chavistas del CNE? Hasta ahora pienso que nadie del lado opositor lo sabe. Al menos, no lo han explicado. Pero anoten que lo que vayan a hacer será para favorecer la abstención para las primarias y, si es que las llega a haber, para las presidenciales.
A pesar de la historia que rueda ad nauseam sobre que “la trampa está en las máquinas”. A pesar de la desconfianza que a muchos les produce el voto manual. Aunque el voto sea con barajitas. O con caraotas. Sea como sea, tenemos que ir a votar y no caer en lo que quiere el régimen: que nos abstengamos.
La abstención electoral lo único que permite es que un régimen totalitario se mantenga en el poder, sin el apoyo popular necesario para justificar su mandato. La abstención electoral también puede permitir que un régimen totalitario manipule más fácilmente los resultados electorales a su favor. En estos momentos, cuando el padrón electoral ha disminuido tanto, primero por causa de la diáspora y segundo porque muchos no han podido inscribirse por la escasez de centros abiertos (otra estrategia que los favorece) el chavomadurismo sabe que una gran cantidad de ciudadanos no votará y fácilmente puede manipular los resultados en todas las zonas donde espera una baja participación. Esto le permitirá mantener el poder sin necesidad de contar con el apoyo de la mayoría de la población. El nuevo gobierno no tendrá representatividad, pero no será ilegítimo. ¡¿Han pensado que serán seis años más de Maduro?!
En última instancia, la abstención electoral puede favorecer a un gobierno totalitario al permitirle mantener el control sobre la población sin tener que rendir cuentas a los ciudadanos. Por lo tanto, es importante que los ciudadanos ejerzamos nuestro derecho al voto y participemos activamente -no sólo votando, sino cuidando los votos- para evitar que se erosionen aún más los derechos y libertades civiles.
La abstención electoral al único que le conviene es al régimen. Abstenerse puede hacer también que el gobierno se sienta menos obligado a responder a las necesidades y preocupaciones de la población. Y esto puede llevar a una mayor represión y violación de los derechos humanos. ¿Hasta cuándo vamos a soportar esto?… Yo no he tomado la decisión sobre por quién voy a votar. De lo que sí estoy segura es de que voy a ir votar contra lluvia, viento y marea y que voy a cuidar mi voto. Si todos vamos a votar y nos comprometemos a cuidar nuestros votos, por lo menos se las ponemos más difícil. ¿O se las vamos a poner de bombita otra vez?
@cjaimesb