Gabriel Montenegro.
«Tenemos dificultades con el suministro de agua en todo el casco central y la periferia de Valera, y desde los sectores La Plata, Plata II, La Marchantica, Plata III , Morón, Calle 12 y La Ciénaga hacemos un llamado a la empresa Hidroandes, a fin de que implemente los planes de contingencia o palitativos inmediatos para poder llevar aunque sea algún camión cisterna para poder abastecer a la población”. Quien así se expresa es el dirigente social Javier Uzcátegui Valero, preocupado habitante de la ciudad de las “Siete Colinas”, quien lanza su SOS al referido organismo a fin de que haya mayor diligencia sobre la solución a este grave problema.
Los personeros de la empresa hidrológica regional (Hidroandes), informaron en fecha reciente a los representantes de los medios locales que se estarían activando dos bombas que estaban en reparación antes de las severas lluvias sucedidas el pasado mes de noviembre; sin embargo, este lunes 7 de diciembre, las cosas cambiaron, al informarse que una de las bombas se volvió a dañar.
«Tenemos reportes de centros ambulatorios, especialmente unidades pediátricas donde están cerrados los baños y hay médicos que no pueden lavarse las manos para hacer los procedimientos, tampoco hay agua en las cocinas para hacer los alimentos de los pacientes y mucho menos en las residencias de la mayoría de nuestras comunidades locales valeranas», añadió Uzcátegui visiblemente preocupado.
La limitación al acceso del agua es tan fuerte en Valera y otras comunidades cercanas como Carvajal, Motatán, Sabana Libre y la zona sur del sector Las Acacias hacia Carmania, que esto se puede convertir en una catástrofe sanitaria en breve, y roguemos a Dios que tampoco en otra epidemia de cólera o una infección bacteriana general.
La carencia de agua es mucho más grave que las fallas reiteradas de electricidad y hasta la falta de gas, “las tres Marías” del actual drama social que vivimos por fallas en los servicios públicos: “Cuando usted tiene varios días sin agua empieza a tener problemas sanitarios en su casa, con el desaseo y los olores nauseabundos, y ni decir de la sed y la falta de agua para poder procesar nuestros alimentos, dijo por su parte la señora María Eugenia Montenegro, residente en la urbanización Libertador en la Plata III de esta ciudad.
Si usted no tiene cómo proceder a la higiene habitual y vive en un clima tropical como el nuestro, entonces, esa es una fuente de generación de enfermedades y eventuales contagios, además, de la deshidratación de muchos niños y el colapso de las personas de la tercera edad, estos últimos los más proclives a enfermedades infecto-contagiosas.
Con el tobo sobre los hombros
Resulta decepcionante y muy triste observar a muchas amas de casa y padres de familia cargar con tobos y cualquier perol con tal de buscar un poquito del vital líquido, ver transitar a ancianos, jóvenes, estudiantes de nuestras barriadas, al igual que los niños desesperados salir a pegarse de cualquier tubería por la cual emane algo de agua.
Apelamos a las buenas intenciones de nuestras autoridades, a fin de que agilicen todo lo inherente a la reparación y reactivación de las bombas dañadas, además de revisar lo relativo a las viejas y ya obsoletas tuberías que conforman la red de distribución en todo el casco de Valera y sus zonas marginales, ya que el drama no solo se agudiza cada día que transcurre, sino que nos amenaza hasta con terminar de acabar con la paciencia de un pueblo tan golpeado por el deterioro evidente de sus servicios públicos.
Fotos Onésimo Caracas.