Luis “El Teacher” Cárdenas.- Diez días duró el culebrón de verano más seguido por los amantes de las redes sociales, en especial por la vía twitter, que tenían material suficiente para opinar, analizar, reflexionar, adivinar, llorar unos y celebrar otros, la posible salida del astro argentino Lionel Messi del FC Barcelona. Hoy el propio futbolista ha echado todo por la borda y termina reculando más por obligación y para no llegar a un supuesto juicio, por lo que se queda en el equipo al que llegó a los 13 años para saltar al estrellato.
Los memes no se hicieron esperar desde el momento que envió un burofax al presidente del blaugrana, José Maria Bartomeu, donde le informaba su decisión de marcharse, esa misma que parecía contundente hasta que su padre y representante, Jorge Messi, se reunió con el directivo y todo cambió. Lo que se habló en esa hora y media que estuvieron reunidos hicieron que este viernes la “Pulga” sorprendiera a todos, en una entrevista muy informal, donde salió en cholas, poniéndole punto final a la novela, con el “me quedo”.
Para sorpresa de muchos, de aquellos que lo colocaban en las filas de Manchester City, Inter de Milán, o Paris Saint Germain, o de muchísimos clubes en el mundo -incluyendo una buena parte de las redes de los equipos venezolanos de primera división que por la pandemia y la crisis futbolística que vive la Federación Venezolana de Fútbol no se ha iniciado la competición, aprovecharon el momento para hacerse notar- que se “ilusionaban” con ver al “10” con los colores de sus oncenos, el extraordinario futbolista dio una entrevista confirmando su continuidad, pero lo hace más obligado por un tema de contrato, que por el deseo de seguir y pensar en un proyecto grande para volver a ganar títulos.
Recapitulemos… Messi viene de tres años haciendo junto con sus compañeros papelones durísimos en la competencia más importante en el fútbol europeo, la Champions. Pero sin duda alguna que la goleada histórica sufrida ante el Bayern en los cuartos de final disputados en Lisboa fue el detonante para salir del club, al que le ha dado 33 títulos, más de 600 goles, más de 200 asistencias y al que ha defendido más de 700 veces. Parecía que era el momento preciso para buscar “nuevos aires”, o como dijo Cristiano Ronaldo al salir del Real Madrid, “nuevos retos”.
La temporada 2019-2020 fue la más “pobre” que ha tenido el delantero argentino en lo individual y colectivo en la última década con el culé. Se fueron en blanco en cuanto a títulos, algo que no sucedía desde la temporada 2006-2007, y además, no superó la treintena de goles y quedó lejos de la Bota de Oro. Sin embargo, marcó 25 tantos y repartió 21 asistencias en LaLiga, para ser el “pichichi” de LaLiga y el máximo asistidor de la temporada. ¿Nada mal no? Pero a los grandes y talentosos como él siempre se le va a exigir más, es una cruz que deben llevar sobre sus hombros, más cuando además de ello es el líder y capitán del equipo.
De la firme decisión al triste cambio
Según su contrato, Messi tenía marcado el 10 de junio como el día clave para darle a conocer a la directiva por escrito su deseo de no jugar la última temporada que lo vinculaba al Barcelona. Sin embargo, con la pandemia suspendiendo y reprogramando las competiciones, que terminaron casi a final del mes de agosto, eso no sucedió en el tiempo estipulado, y según la directiva por ello el jugador está obligado a continuar en el Club, o por el contrario cualquier equipo que lo quiera debe abonar la cifra de 700 millones de euros como estipula la cláusula de rescisión. Una cantidad que ningún club en el mundo puede darse el lujo de pagar por nadie, menos en estos tiempos que el Covid ha golpeado la economía global.
¿Mal asesorado o ingenuidad del jugador? Es lo que muchos se preguntan al momento de valorar la actuación de Messi en los últimos días. “Yo pensaba y estábamos seguros que quedaba libre, el presidente (Bartomeu) siempre dijo que a final de temporada yo podía decidir si me quedaba o no y ahora se agarran a que no lo dije antes del 10 de junio cuando resulta que el 10 de junio estábamos compitiendo por la Liga en mitad del virus este de (…) y de esta enfermedad que alteró todas las fechas. Y este el motivo por el que voy a seguir en el club”.
Queda claro que Lionel Messi tuvo que tomar esta decisión amarrado a lo que estaba plasmado en el papel, pero para nada con felicidad de continuar, aunque en su entorno familiar si celebrarán seguir en suelo catalán. «Mis hijos no querían irse de Barcelona, ni querían cambiar de colegio. Miré más allá y quiero competir al máximo nivel, ganar títulos, competir la Champions. La puedes ganar o perder, porque es muy difícil, pero hay que competir. Por lo menos competirla y que no nos pase lo de Roma, lo de Liverpool, lo de Lisboa. Todo eso hizo me llevó a pensar esa decisión que no llevé a cabo», aseguró.
¿Qué viene ahora?
Las grandes preguntas que quedan, ¿qué va a pasar ahora en esta temporada que deberá afrontar con el equipo? ¿Cómo lo recibirán sus compañeros luego de declarar públicamente que no había un proyecto sólido para aspirar a ganar títulos? ¿Vendrá más motivado o por el contrario tomará una actitud tipo James Rodríguez o Gareth Bale en el Madrid, que los llevaron a pasar sentado parte del 2020? ¿Deberá pedirle perdón al barcelonismo por su decisión de marcharse del club? Muchas interrogantes quedan en el camino para el que es considerado por muchos el mejor jugador del mundo y uno de los mejores de la historia, las mismas las irá cambiando él con sus actuaciones en la cancha o las podrá hacer más negativas a su figura.
El fútbol es de estado de ánimo y la afición siempre ha tenido memoria corta. Con dos partidos extraordinarios volverán los aplausos y se pueden cerrar heridas, con los títulos vendrán los homenajes y al final el fútbol continuará, los seguidores de Messi lo alabarán una vez más, al igual que sus detractores estarán con sus flechas preparadas para darles el zarpazo. ¿Quién salió ganando y quién perdió en esta confrontación? El tiempo dirá y pondrá a cada quien en su lugar.