Una de las obras de teatro más importantes del escritor francés Jean Paul Sartre (1905-1980) es ‘Muertos sin sepultura’ (1947).
La acción se desarrolla en la Francia ocupada por los nazis. Los colaboracionistas franceses que trabajaban para los nazis reprimían a los militantes franceses que luchaban en la resistencia. A un grupo de tales militantes se les encarga la misión de ocupar un pueblo pero fracasan y sus 300 habitantes mueren, al igual que parte de los combatientes por la resistencia. Solamente quedan vivos tres hombres: Sorbier, Canoris, y Henri, una mujer llamada Lucie y un joven de 15 años llamado François, hermano de Lucie. Los cinco están detenidos en el desván de un colegio y esperan el momento de ser interrogados y torturados para que den información sobre la fallida operación. En realidad, al comienzo de la obra no pueden dar ninguna información porque no saben dónde está su jefe llamado Jean. Pero casualmente Jean es detenido y metido en el mismo desván con los cinco detenidos. Los colaboracionistas franceses no saben que es Jean pero los detenidos sí lo saben y pueden dar esa información al ser torturados. En el caso de que no digan nada entonces Jean será liberado porque los colaboracionistas no tienen ningún motivo para acusarlo ni mantenerlo detenido.
Los interrogatorios y torturas comienzan y la segunda vez que es interrogado, Sorbier aprovecha un descuido de sus interrogadores para lanzarse por una ventana al vacío ya que prefiere morir antes que hablar. Canoris, Henri y Lucie son torturados, y ella es violada, pero soporta todo estoicamente y considera que ha derrotado a los torturadores porque no confesó. En toda la obra François está muy nervioso y asustado y les dice claramente a los demás detenidos que se arrepiente de haberse incorporado a su grupo y que cuando lo torturen dirá lo que sabe. Entonces Henri le pregunta a Lucie si cree que François hablará y ella tarda en responder, pero finalmente responde que cree que su hermano sí hablará. Entonces Henri se acerca a François y aunque éste se retracta y dice que no hablará y suplica que no lo maten porque tiene 15 años y quiere vivir, Henri lo estrangula con el consentimiento de Lucie para garantizar que no pueda hablar (Acto segundo, Escena II). Lucie quería mucho a su hermano y queda muy afectada. Entonces Jean les propone que salven su vida de la siguiente manera. Cuando él sea liberado, irá a una gruta y pondrá unos documentos a un cadáver para aparentar que ese cadáver es Jean. Así, Canoris, Henri y Lucie pueden proponer a los interrogadores el siguiente trato: Que los dejen libres a cambio de la información sobre la gruta en la cual (supuestamente) está escondido Jean. Al principio Lucie no acepta porque está traumatizada y quiere morir, pero Jean les convence de que ellos pueden hacer más por la resistencia libres que muertos. Finalmente los tres aceptan y después de que Jean es liberado, hacen el trato con los torturadores y dan la (falsa) información sobre el escondite de Jean, pero los torturadores no cumplen el trato y los tres son fusilados y termina la obra.
Sartre quiso enfatizar en esa obra que aún en las condiciones más extremas de ausencia de libertad, las personas son libres de tomar sus decisiones. En efecto, Sartre en todas sus obras enfatiza que una persona es ‘libre’ en la medida en que asume la responsabilidad y consecuencias de sus acciones por más atroces que sean esas acciones. Por ejemplo, en su obra ‘Las Moscas’ (1943), Orestes mata a su madre Clitemnestra y a Egisto en venganza porque ellos asesinaron a su padre Agamenón. Orestes sabe que ha cometido una atrocidad pero se considera absolutamente ‘libre’ porque asume totalmente la carga de su responsabilidad. Ese concepto sartreano de ‘libertad’ por supuesto es muy discutible. Por otro lado, Sartre en ‘Muertos sin sepultura’ enfatiza que una lucha contra criminales como los nazis solamente puede ser implacable.
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