SANTO DOMINGO, barriada emblemática de Valera, un sector que a sus 199 años de fundación va de la mano con la elevación a Parroquia Eclesiástica de la Ciudad. Un lugar pintoresco, considerado entre los más alegre de la urbe, su colorido y cotidianidad ha si lo refleja.
Sus habitantes, son la esencia pura del sector, su bohemia representada en un abstracto colorido es, parte de lo que significa Valera; donde la imaginación, los sueños, la fantasía, la confraternidad, compañerismo las cuales se conjunta con la más nobleza amistad y solidaridad entre quienes lo habitan.
El populoso sector nace a principios del siglo XX tal como lo hacía Valera como parroquia eclesiástica, se única al sur de la ciudad, va en paralelo con Las Acacias, colinda con Contrafuego y San José. El sector se considera como de los más longevos de la urbe de Mercedes Díaz. Sus habitantes muestran una nobleza, que llama la atención, en su mayoría, llena de sabiduría; la gente de Santo Domingo, tiene una manera de ser, muy de allí, que la hace ser un hombre y una mujer con un candor que recibe las enseñanzas todos los días, de la lluvia, del sol, de esas maneras que distingue al trujillano, del resto de los venezolanos.
Los lugareños
EL rico historial de los lugareños de Santo Domingo es enorme, con un sabor pueblerino único, con aromas de añejo frescor que le dieron vida y presencia a dicha ubicación.
Nos atrevemos a nombrar algunos de ellos; Jesús Antonio Simancas, quien era conocido como Don Chano, gran tipo, persona ejemplar y mejor anfitrión. Había nacido en Contrafuego; muy niño llegó a Santo Domingo; allí creció y se hizo hombre trabajando duro. Fue el dueño de una de las más famosas bodegas de la zona.
Pero como Don Chano, en Santo Domingo también existieron personaje muy populares de la Valera de ayer, así tenemos a: El Mocho Lisandro, por quien todos sentían un especial cariño y mucho aprecio tanto sus vecinos como sus fieles y seguidores que visitaban su bodegón de licores, se convirtió en el gran vendedor miche las 24 horas del día. También podemos mencionar a la mujer del grato paladar como los fue Doña Edicta Mora, la famosa mondonguera, que deleitó a mucha generaciones de valeranos y foráneos entre ellos muchos políticos de cuello blanco. Hay otros nombre celebres e históricos del sector como: Julio Torres, Ismael Márquez, Dorotea, Juan Ignacio González, Silvio Castillo, Miguel Santana, y la lista es larga.
Pioneros
Entre los pioneros y grandes bodegueros del viejo Santo Domingo a parte del Mocho Lisandro y Don Chano, estuvieron: Juan Herrera, el popular Piro, Julio Torres, Ismael Márquez y el Gordo Aldana.
Otro personaje popular fue un chofer llamado Pablo Antonio Herrera, quien viajaba desde Valera hacia cualquier parte del país. No le importaba la hora; lo importante para él era partir; la hora estaba demás.
Ramona Hernández Farías, fue famosa porque hacía mandados a diestra y siniestra. Muy servicial, estaba atenta a todos los que requerían sus servicios, Fue una mujer útil para esa sociedad.
Qué decir de, Sósimo Moreno, el popular Pimi, según dejó contagia, era sobrino de Juan José Gómez. Pimi era el utility del barrio, lo arreglaba todo.
Quien en Santo Domingo no recuerda a otro personaje como, Gonzalo Rangel, el célebre vendedor de la zona, el hombres se iba a Cúcuta a traer mercancía sobre todo sabanas, almohadas, toallas y lencería del hogar, y luego se las colgaba al hombro para pasearse por la zonas vecinales ofreciendo su mercancía con libreta en mano para ir anotando los fiaos que cobraba semanalmente y quien no le pagaba le retiraba la mercancía.
Valerio Simancas, era vendedor de loterías en la época de la dictadura de MPJ. De él quedó un chiste para la posteridad según un vez relató en 2005 Augusto Morillo a Diario de los Andes, “Un día, no tenía a quien venderle, y se introdujo a la Seguridad Nacional en Valera ubicada donde está la Sociedad San José. Un esbirro atento a todo le advirtió: mira, mi llave, cuento cinco y van cuatro. Por supuesto, Valerio desapareció como por arte de magia”. Augusto Morillo considerado el gran cronista popular de Santo Domingo, con un conocimiento exacto de toda su historia.
LA COFRADÍA
Estos personajes formaron la cofradía de aquella Valera, cuando la ciudad solo contaba con siete agentes del orden publico comandados por “Alma Grande”, apodo de aquel policía que con solo sus corpulencia y estatura metía miedo. Como dice Alfredo Matheus, “era la época en que se dormía con las puertas abiertas, nadie robaba porque no habían choros, y el que se atreviera a roba se las veía peluda con los esbirros”.
Ricardo Morillo, fue otro citadino de la época en la cual las rondas policiales s se realizaban a pie, no hacían falta patrullas, no había delincuentes. Un vendedor de hallacas conquistó la gran capital, Caracas donde se convirtió en actor. Morillo también fue de los primeros caleteros que tuvo el Mercado Viejo de Valera en los años 50.
Caracas lo catapulto como actor de la recordada Corín Tellado.
Fue importante promotor de discos en Venezuela, responsable de lanzar al estrellato a Reinaldo Armas con su disco “Laguna Vieja”.
Silvio Castillo fue otro habitante distinguido de Santo Domingo, propietario de la Bodega, Las Gradillas, ubicada donde luego se montó la Farmacia Valera. Castillo con el tiempo fue regidor del Viejo Mercado Municipal de Caracas.
DEPORTISTAS
DE ALTO NIVEL
La historia de Santo Domingo también se refiere al deporte. Es retoño de exquisitos atletas, sobre todo cuna de grande futbolistas, lista que encabezan, Pedro Vera, William y Carlos Morillo, Edgar Estrada quienes dieron pie para que la zona se convirtiera en una gran cantera del fútbol regional.
Igualmente hay dos nombres que hicieron vibrar con sus actuaciones en las bolas criollas, nos referimos a: Mano E´ Diablo, fue uno de los mejores jugadores de bolas criollas de Trujillo, al igual que Manuel Valero, un fenómeno del boche.
Pero la zona también vio nacer la agilidad en los puños como los boxeadores, Martín Mejías, Lorenzo Mejías, Américo Azuaje, y “El Mechudo” unos aventajados pegadores que sentaban en el cuadrilátero a cualquier rival.
Fueron años en los cuales todos estos personajes se convirtieron en una institución en Santo Domingo. Se hicieron querer y respetar por todos los lugareños. Santo Domingo zona de magia y bohemia donde los sueños son capaces de hacerse realidad.
Repensar a Valera es…
… Saber que se cuenta con habitantes que desde cada sector urbano trabajan, se esfuerzan y luchan con la cotidianidad diaria, para hacer que este lar sea, más próspero… Saber que se tiene la capacidad necesaria para crecer, que pide herramientas para seguir construyendo un mejor mañana en procura que, su ciudad deje de ser un pueblo grande, que piense en grande, para grades cosas. Que piden que, ni, la mezquindad, la rencilla, el odio y la intolerancia no se conviertan en escollos insuperables… Repensar a Valera, es saber qué, el gran bienestar de la ciudad está en su gente… EHG