Madrid, 26 feb (EFE).- El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, aseguró este viernes que siente el mismo rechazo que la mayoría de los españoles ante las conductas «incívicas» de Juan Carlos I, toda vez que se ha conocido la segunda regularización fiscal millonaria del rey emérito de España ante la Agencia Tributaria.
En rueda de prensa para informar del Consejo Europeo del jueves, Sánchez manifestó que siente «perturbación e incomodidad» por este tipo de noticias referidas al anterior jefe del Estado, al tiempo que destacó la ejemplaridad de su hijo, Felipe VI.
El rey Juan Carlos ha presentado una declaración «sin requerimiento previo» por valor de 4,4 millones de euros (unos 5,3 millones de dólares) para saldar la deuda tributaria que tenía con Hacienda por el dinero del que se benefició de la fundación Zagatka para el pago de vuelos privados, informó hoy en un comunicado su abogado, Javier Sánchez-Junco.
Si el rey emérito «ha cometido irresponsabilidades en las obligaciones fiscales, faltaría más, hay que repararlas», incidió el gobernante socialista español a preguntas de la prensa.
«Y con esta misma rotundidad digo que la casa real actual ha marcado un antes y un después sobre transparencia y el buen uso de los recursos públicos», añadió.
Reiteró que no se está juzgando a una institución, como la monarquía, sino el comportamiento de una persona «y esto es importante».
Según el abogado de Juan Carlos I, la regularización efectuada ante «las autoridades tributarias competentes» ya ha sido satisfecha e incluye intereses de demora y recargos.
La fundación Zagatka fue fundada en 2003 por Álvaro de Orléans-Borbón, primo lejano de Juan Carlos I, quien le sufragó los gastos de los vuelos privados entre 2007 y 2018.
Es la segunda declaración voluntaria presentada por la defensa de Juan Carlos I después de la cumplimentada el pasado diciembre para saldar una deuda con Hacienda por un importe de 678.393 euros.
El rey emérito, que abdicó en 2014, tiene abiertas en España tres investigaciones: una relacionada con un presunto blanqueo de capitales, otra por una cuenta en Suiza atribuida a él y el posible cobro de comisiones por las obras del tren de alta velocidad (AVE) de La Meca (Arabia Saudí) y una tercera relacionada con el uso de tarjetas opacas a otro nombre.
Juan Carlos I, de 83 años, se encuentra desde el pasado mes de agosto en Abu Dabi, adonde se trasladó ante la repercusión pública de «ciertos acontecimientos pasados» de su vida privada y para facilitar a su hijo, Felipe VI, la tranquilidad y el sosiego que requiere el ejercicio de sus funciones.