Todo lo que engloba a la familia salesiana y a la iglesia en general lucha por divulgar el mensaje de San Juan Bosco, el cual continúa vivo entre la sociedad. Por lo tanto es necesario mantener activo el mensaje de Don Bosco, por ser una palabra esperanzadora llena de amor y paz
Un día como hoy, 31 de enero de 1888 en la ciudad de Turín (Italia) fallecía el sacerdote Juan Bosco: «Don Bosco», como les seguirían llamando sus amigos y conocidos. Fue un día de duelo y luto para la ciudad entera. Pero había unas lágrimas que se hacían más elocuentes: muchachos y jóvenes que despedían al amigo íntimo, al consejero, al padre…
Hoy celebramos un aniversario más de este acontecimiento y queremos hacerlo presente porque recordar a este hombre extraordinario se convierte en una especie de apoyo y de compromiso refrescante y esperanzador.
Esta evocación se limita a recoger uno de los mensajes que ha dejado su vida, toda hecha de palabras y acciones en favor de los más necesitados. Don Bosco: Un hombre para los jóvenes.
En tiempos en los que se busca y aprecia sobre manera el interés personal, el sobresalir, el placer, el poder…, resulta conveniente recordar vidas que han llegado a una realización plena, justamente porque se han puesto al servicio de los demás. Así fue Don Bosco. Un hombre que «se desgastó» (“como se iba desgastando” su humilde sotana) para crear condiciones de realización a otros, sobre todo a los jóvenes más necesitados de su tiempo. Una frase que salió de sus labios condensa la pasión educativa con que se identificó con esta misión: «Me basta que sean jóvenes para que yo los ame».
Necesidad en atender la juventud
La sociedad actual ha tomado conciencia, de la necesidad y urgencia de una atención esmerada por la juventud. Pero no siempre esto ha sucedido así. En general las sociedades estaban tan estructuradas y los cambios eran tan lentos que la juventud no tenía un modelo cultural al que adaptarse.
A Don Bosco su origen e historia le habían hecho entender lo que significa la pobreza, la orfandad. Y el ambiente eclesiástico general estaba aún muy impregnado de rigorismo jansenista y del espíritu de la «Restauración».
Don Bosco constituyó la sensibilidad eclesial en relación a los jóvenes en peligro que empezaban a pulular por las calles y a abarrotar las cárceles.
Por eso se dedicó en alma y cuerpo a prevenir aquellas situaciones lamentables. Y así de su casa hizo un hogar para los que no lo tenían; abrió escuelas para que aprendieran a trabajar los que no sabían; firmó contratos, como representante de los jóvenes, para lograr de los empleadores un trato de justicia; abrió lugares de recreo para que los jóvenes pudieran desarrollarse a plenitud; les enseñó a rezar, a amar al Señor y a la Virgen, para dar a sus vidas el sentido y la fuerza que debían tener.
Don Bosco se hizo amigo, padre, guía y compañero de camino.
Y ese fue su método de educación: ponerse al lado del joven, meterse en su vida para ayudar a que emerjan los mejores dinamismos de las personas e impulsarlos a una plena realización de sí mismos. Una educación que sea fuente de alegría, de serenidad, de responsabilidad.
Como reflexión
Evocar hoy a San Juan Bosco debería llevarnos a abrir, como él, los ojos a la realidad de la juventud de nuestra época, no menos desasistida y desorientada, y a emprender una acción educativa que vaya mucho más allá del «cumplir programas», «dictar clases», del «repetir apuntes»… Nuestra juventud quiere educadores que les acompañen en sus procesos de formación, que les orienten, que les quieran.
Objetivo
Para Don Bosco la trascendencia radicaba en el cultivo de las cualidades físicas, intelectuales, morales y en el teocentrismo. En la búsqueda de esta trascendencia elaboró todo un proceso de trabajo, de guía y de ayuda para cumplir con sus objetivos.
Mensaje
Don Bosco decía: «Sin religión nada bueno puede lograrse entre los niños, y no es porque desdeñara a los jóvenes que no tenían afecto por la religión, porque abrazaba en sus colegios a todo tipo de alumnos: aquellos necesitados que habían vivido en la calle, huérfanos, sin recursos y extranjeros que por infortunio habían quedado en el abandono».
Labor
Hoy toda la familia salesiana de Valera recuerda a este ejemplar hombre, que sin pedir nada a cambio dio su vida al servicio de los demás. La labor y el mensaje de Don Bosco sigue vivo en el colectivo trujillano. De allí el nacimiento de importantes organizaciones que han sido creadas bajo la inspiración de San Juan Bosco.
El dato
A los 72 años, el 31 de enero de 1888, Don Bosco murió, exhausto por el trabajo. Hoy los salesianos se hallan en todo el mundo. Pio IX que lo había conocido lo beatificó en 1929 y lo canonizó el 1° de abril de 1934. En el centenario de su muerte, el Papa Juan Pablo II lo declaró “Padre y Maestro de la Juventud”.
Día Central
PADRE YOHAN CASTRO
DON BOSCO es legado de paz que se mantiene
Hoy la gran familia salesiana en Valera se reunirá para rendirle tributo a San Juan Bosco, hombre que dedicó toda su vida a causas nobles, teniendo como premisa el bienestar social, la integración y la paz.
El padre Yohan Castro, director de la Escuela Técnica Salesianos Valera informó a DLA que se han desarrollado diversas actividades y para hoy se tiene previsto, el día central, una programación especial que se dará inicio desde las ocho de la mañana con la misa que será oficiada por el padre David Marín. Las actividades continuarán con una gran tarde recreativa, cultural y deportiva.
“En esta significativa fecha hay que recordar el trabajo ejecutado por Don Bosco; partiendo desde la enseñanza y es que, mucho le debe la educación moderna a San Juan Bosco, con respecto a los procedimientos que utilizó para tener grandes logros con jóvenes que presentaban dificultades económicas, en su aprendizaje y en el aspecto personal. Don Bosco es legado de paz que se mantiene”, manifestó. EHG
PADRE DAVID MARÍN
“La juventud necesita y está ansiosa de crecer”
El padre David Marín será el encargado de oficiar la misa en honor a San Juan Bosco en la mañana de hoy en la Iglesia María Auxiliadora del Colegio Salesiano. El padre Marín había estado hace tres años trabajando en Valera, y vuelve por invitación del director Yohan Castro.
“Recibo esta invitación con mucho placer, para mí es una gran satisfacción el poder trabajar aquí en Valera en medio de la juventud de esta ciudad, ya que es una juventud que necesita y está ansiosa de crecer y de formarse, de ser como Don Bosco lo decía, “Ciudadanos buenos y honestos”, que quizás no te lo dicen verbalmente, pero la actitud de ellos hoy es querer ser mejor hombre para construir un mundo mejor. Y creo que los Salesianos hemos tratado de responder a esa juventud y en alguna manera se ha respondido durante los 90 años que lleva la obra Salesiana y de Don Bosco en esta bella ciudad, donde hay muchos jóvenes que ha salido y se han formado en este colegio. Como Sacerdote Salesiano es muy grato saber que hemos puesto un grano de arena en la formación y desarrollo de la juventud valerana y trujillana”. EHG
Todos somos Don Bosco, si soñamos y actuamos como él