San José ¡Modelo y prototipo del hombre de fe!

 San José es una figura llena de simplicidad y de sencillez, que se nos presenta a todos nosotros bajo el aspecto más inesperado e inaudito, teniendo en cuenta el papel tan importante que ha desempeñado en el plan salvífico de Dios

 San José

 

El santoral de la iglesia Católica celebra hoy 19 de marzo el día del hombre paciente, guía y protector de la familia cristiana, San José, padre de Jesús en la tierra y símbolo de amor. El gran carpintero.
La figura de San José… Ciertamente, no resulta tarea fácil hablar sobre este personaje. Su figura, en efecto, no es la del protagonista estelar y de primera línea y los textos del Nuevo Testamento hacen pocas referencias a su persona. Lo podríamos considerar como un héroe anónimo, de aquellos que, más que con sus hazañas grandiosas nos hablan con su silencio. En resumidas cuentas, San José es una figura llena de simplicidad y de sencillez, que se nos presenta a todos nosotros bajo el aspecto más inesperado e inaudito, teniendo en cuenta el papel tan importante que ha desempeñado en el plan salvífico de Dios.
Sin embargo, muchos de los devotos de San José parecieran solo considerarlo como un ser angelical, excelso, un personaje supra-humano.
Efectivamente, cabría imaginarse a San José como un hombre poderoso a quien Dios hubiera encomendado la excelsa misión de abrir camino a Jesucristo, llegado al mundo, para imaginárselo como un profeta, como un sabio judío o como un integrante de la clase sacerdotal. Y, sin embargo, no, nada de esto. Se trata de lo más simple, modesto y humilde que podamos imaginar. No obstante, esta simplicidad no desluce ni empaña para nada la excepcional misión que San José asumió en orden a Jesús a su Madre, Marta, así como en orden a los misterios de la Encarnación y de la Redención. Más bien, el hecho que Dios se valga expresamente de medios o instrumentos, digámoslo así, «a primera vista pobres e inadecuados», nos ayuda a todos nosotros a comprender mejor el sentido profundo, misterioso y paradójico de la buena nueva como anuncio a los pobres, a los humildes, a los necesitados, a cuantos tienen necesidad de ser consolados, redimidos y liberados.

En Trujillo existen poblaciones cuyo patrón es San José, motivo que los impulsa a celebrar este gran día dentro de fiestas que difunden la fe y devoción cristianaDios se vale a menudo de la debilidad y de la ignorancia para confundir la prepotencia y la sabiduría de este mundo, acostumbrado a juzgarlo todo, a valorarlo todo, con criterios de poder, de riqueza material, de nobleza de sangre y de privilegios sociales.
San José en el fondo, se trata de ese inefable y misterioso modo de obrar de Dios, comprensible sola y exclusivamente para quienes lo contemplan con los ojos de la fe, ya que como nos dice el profeta Isaías, «los pensamientos de Dios no son los pensamientos de los hombres, ni los caminos de Dios son los caminos de los hombres». (Is. 55,8).

La simplicidad

 

San José personificación de la simplicidad. San José el hombre justo, San José el hombre de fe. Puede enseñarnos cómo debemos comportarnos en nuestra vida para superar estas dificultades, ayudándonos a comprender el sentido más profundo de aquellas significativas palabras de San Pablo: «El justo vive de la fe».

 

“Nuestro
protector”

En Trujillo existen poblaciones cuyo patrón es San José, motivo que los impulsa a celebrar este gran día dentro de fiestas que difunden la fe y devoción cristiana. La invitación es en general a todo el pueblo de Trujillo para que asista a estas festividades, donde los pobladores disfrutan dedicándole tiempo a sus creencias y tradiciones folclóricas. Aspectos que hemos perdido y son importantes para sentirnos identificados con nuestro país.
“San José para nosotros y para nuestra comunidad, es el protector y como comunidad cristiana nos apegamos a esa protección que nos brinda y le pedimos que proteja a toda Venezuela; es menester pedirle que extienda esa protección a todos los hogares venezolanos”, aportó el Pbro. Juan Castellanos, párroco de la iglesia San José de Valera.

 

 

 

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