En la capital tachirense los supermercados permanecieron abarrotados de usuarios, así como carnicerías, panaderías y puntos de venta de comida en general, en el primer día de cuarentena
Con poca circulación vehicular y peatonal, escasos comercios abiertos y largas colas por combustible, ha permanecido la ciudad de San Cristóbal durante el primer día de la cuarentena decretada por Nicolás Maduro a partir de las 5 de la mañana de este lunes, para evitar la propagación del coronavirus.
Durante un recorrido realizado en los principales supermercados, se observaron compras nerviosas de alimentos no perecederos, carnes y embutidos. Algunos ciudadanos con tapabocas se vieron transitar en vehículos, motocicleta, bicicleta y caminando, otros portaban además guantes y lentes.
Las farmacias permanecieron abiertas, se vieron transitar camiones del aseo urbano con los trabajadores usando tapabocas, también unidades de transporte público realizaron sus recorridos. Las panaderías laboraron con puertas cerradas, por lo que las colas se observaban al frente de las mismas, y algunos puntos de venta de alimentos aplicaban jabón antibacterial a los compradores al ingresar a sus negocios.
Algunos supermercados disminuyeron la venta de productos de la cesta básica, tan sólo dejan adquirir tres, debido a que la noche del domingo las compras nerviosas los agarraron por sorpresa y hubo quienes llevaron en cantidad para sus hogares.
Con máscara de gas
En un supermercado de San Cristóbal la mayoría de los ciudadanos tenía tapabocas, pero un joven optó por usar una máscara antigás para protegerse. Su nombre es Cristhian Moreno, tiene 20 años de edad, y considera que no hay mejor medida de prevención que su máscara de gas la cual puede limpiar cuantas veces sea posible.
“Hay que ubicarse uno en espacio y tiempo. Busco la manera de no contaminarme y no contaminar a las personas, uso guantes, la careta, tomo guarapos calientes para prevenir todo virus que llegue. Evito saludar de manos en la calle, digo hola, chao, llego a la casa a hacer gárgaras de sal”, acotó.
Elías Márquez salió a comprar alimentos para llevar a su familia, vive junto a su mamá de 56 años de edad, su hermana y su abuela de 83 años de edad. Llevaba tapabocas para evitar contaminación, pero adicional a ello está tomando ácido fólico y hacer gárgaras de ajo caliente para que el virus no ingrese a sus vías respiratorias. “Tendremos que acatar los cuarenta días, que más toca”, agregó.
Orlando Useche es de El Cobre, llegó a una clínica en San Cristóbal a hacerse exámenes preoperatorios y lo agarró el anuncio de cuarentena. Estaba asustado pues no entendía bien si podía regresar a su casa, y le preocupaba tener que pagar hotel tantos días, pues no cuenta con recursos suficientes.
“Anoche entré en pánico porque me imaginé que ni podía salir de la casa, esta mañana temprano llamé al doctor y me dijo que si atendía, vine y noté que todo está en relativa calma. Espero poder regresar a mi hogar, para la operación todavía faltan unos días”, agregó.