San Benito
Los padres de Benito fueron una pareja de esclavos nativos de Etiopía (África), Diana Larcan (Arcan o Larcari), una negra que había obtenido su libertad de un caballero de “La casa de Lanza” y Cristóbal, un esclavo de Vicenzo Manasseri, hombre acaudalado de San Fratello (Italia), uno y otro cristianizados.
Benito fue un hombre de grandes virtudes, que dedicó su vida a la práctica de piedad y caridad cristiana, se caracterizó por ser un eremita integral, solo comía pan y agua una vez al día, en ocasiones hierbas, jamás bebió vino, ni otro tipo de licor, siempre permaneció como hermano lego, nunca quiso ser sacerdote.
Después de acaecida su muerte el 4 de abril, martes de pascua en 1519, el Senado de Palermo Italia en 1713 lo declara y adopta como patrón de la ciudad, título compartido con Santa Rosalía de Palermo. El 10 de mayo de 1743, el Papa Benedicto XIV promulga el decreto de su Beatificación y lo ratifica el día 15 de mayo del mismo año. El 24 de mayo de 1807 el Papa Pío VII en exaltación a la fe católica y aumento de la religión cristiana consuma su canonización para que todo cristiano lo venere y le rinda culto.
Llegada a América
En el viejo continente se le venera desde su matria Italia, la magia y encanto del culto a San Benito de Palermo llega al nuevo continente de la mano del colonizador español, luego que este traspasara los océanos para pisar el suelo de sus costas. Introduciendo desde aquel momento a través de los frailes franciscanos su veneración en las colonias bajo su dominio, en la América septentrional, principalmente en Perú, Chile y México, donde es acogido por los pobladores negros como su protector, le levantan altares y capillas, consintiendo la iglesia su paseo en procesión acompañado de las sinfonías de los españoles, el ritmo de la guarura indígena y el retumbar de los cueros africanos. Desde Portugal, es trasladado vía marítima hasta Bahía de Todos los Santos en Brasil, donde desde su arribo le celebran misas y es sacado en romería a la calle.
El Negro en Venezuela
Su presencia y veneración en Venezuela data del siglo XVIII, fecha cuando originalmente es instituido su culto entre la masa de esclavos africanos, peonada de haciendas situadas en Bobures, San Pedro, Santa María, Gibraltar, La Ceiba, Moporo, Tomoporo, espacios costeros de las riveras del lago de Maracaibo, ruta de comercio con estados circunvecinos y países del Caribe, este último contexto consiente el establecimiento de la devoción al negro en Trujillo, Mérida, Falcón, Yaracuy, Lara. Contribuyendo este implante mágico-religioso al nacimiento de diversas manifestaciones culturales inherentes a San Benito de Palermo, adecuados a la idiosincrasia de cada uno de estos lugares.
Presencia en La Cejita
Días posteriores a la celebración de la Navidad y la Nochebuena, en la localidad de La Cejita las casas de familia aún se impregnan del grato aroma del musgo fresco entremezclado con el humo de los fogones, donde se cocinan las sabrosas hallacas y los delicados dulces de año nuevo, en el corredor o sala principal muestran el tradicional pesebre luciendo la imagen del niño Jesús después de su nacimiento.
Este es el ambiente que se respira en La Cejita el 27 de diciembre de 1994, hasta que de repente, a media mañana, el inconfundible retumbar de los cueros del medio golpe, la requinta y el tambor mayor, al compás del flautero y la armonía que impone el maraquero transforman esta tranquilidad en bulliciosa algarabía ante el asomo de San Benito de Palermo, cargado en hombros de sus vasallos, dispuesto a recorrer las calles y avenidas del poblado.
Es importante resaltar que la imagen que adoran y veneran los seguidores del santo negro en este lugar, fue traída por Luis Alberto “Naco” Lara y la vestimenta que lució en su primera salida la donó Gerardo «Negro» Contreras, el acto de bendición se celebró durante la homilía ese mismo día.
El pequeño santuario donde el Santo Negro mora todo el año fue construido con recursos de la Alcaldía de Carvajal ese mismo año. Entre los primeros organizadores de esta festividad mágico religiosa en La Cejita se recuerdan a: Carmen Viloria; Isabel González; Iría Rodríguez; Aurora Espinoza; Julio y Rodrigo Barroeta, los tamboreros locales: Henry “Morrocó” Lara; Rafael Ignacio “Naco” Lara; William Briceño; Douglas “Flaco” Abreu; Edixon “Borrasca” Rodríguez; Jhoni Rivas; Carlos “Tico-Tico” Rivas; Freddy Mejías, Osman Azuaje; Gerardo “Negro” Contreras; Joel “Coconazo” Rodríguez. Al cumplimiento de dos años de este acontecimiento cultural-religioso, en el año de 1996, durante dos días hicieron presencia en la romería local San Benito de Palermo de San Timoteo y sus esclavos, además las agrupaciones de tambores representativas de Campo Alegre y Motatán.
La admisión de San Benito de Palermo como integrante de las imágenes del santoral católico que habitan en el interior de la Iglesia Nuestra Señora de La Inmaculada Concepción lo formalizó el párroco José Manuel Castro Pirela, en diciembre de 2018 y certificó la constitución de la respectiva cofradía dirigida por dos antiguas devotas del santo negro milagroso: Isabel González y Aurora Espinoza. Así aparece registrado en la memoria del poblador cejitense, el inicio y continuidad de esta celebración católica.
Conversaciones con Silvio Valero, Isabel González; Rubén Vázquez; José Luis Briceño; Tulio Barroeta; Wilmer Manzanilla; Guillermo Angulo Martos; Iván Estrada; Néstor –Pipe- y Orlando Rodríguez Perozo; José Homero Santana Molina; Cira Briceño.
Bibliografía: Raúl Ricardo. San Benito en el Sur del Lago de Maracaibo. Talleres de Producciones Editoriales C.A. Mérida. Venezuela. 2008.