Hacer amistades a través las redes sociales es algo que se ha vuelto común en el mundo de hoy, donde la lejanía a través de la red internet se acorta. Sin embargo, quienes optan por contactar amistades por este medio deben tener precauciones, pues no son pocos los casos en que diversas situaciones delictuales se ha presentado y los involucrados hasta han perdido la vida.
Es el caso de Iván Sperandio. “Voy a El Junquito». Así dijo el vendedor de 34 años, a unos parientes. No regresó a su casa y las alarmas se encendieron en el núcleo familiar. Pasados 15 días el cadáver de Sperandio fue hallado en una zona boscosa.
Los familiares lo buscaron en hospitales y comisarías, en Caracas y localidades cercanas. No había rastros de él y la fatal noticia llegó el pasado viernes 4 de octubre.
Ese día varias comisiones del Cicpc localizaron el cadáver en un área boscosa de El Junquito. La denuncia de su desaparición la elevó su familia y comisiones rastrearon la carretera que conduce a la citada localidad.
Un kilómetro más adelante estaba su auto Chery Arauca, gris, totalmente desvalijado, reseñó El Nacional.
Allegados señalaron que el hombre había comentado que iría a visitar a unas conocidas con quienes había hecho amistad a través de las redes sociales. A Iván Sperandio lo mataron a tiros. «El cuerpo vestía una ropa diferente a la que llevaba 15 días antes. Presumen que la vestimenta no le pertenecía». No tenía sus documentos. Tampoco estaba su teléfono celular, se dijo en el citado medio.
Trabajaba como vendedor en una empresa láctea. Dejó a una bebita de un mes de nacida. Sperandio era el menor de cuatro hermanos.